Sign Of The Times - Carl Grimes

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿

POV'S Aaliyah

 -Gracias.-Agradecí.

-Baja niña.-Ordenó uno de ellos.

-Amm no sé como.-Dije ¡Ugh soné como una estúpida! Que buenas primeras impresiones Aaliyah.

-Salta, Mark te atrapará.-Dijo uno con un bigote muy interesante y un hombre fuerte y alto se acercó más.

Tomé mi mochila y salté cerrando los ojos por miedo a caer en el suelo, él tal Mark me atrapo y me dejo de pie en el piso.

-¿Cómo te llamas?-Preguntó don bigotes, sí así lo llamare.

-Aaliyah, ¿Tú?-Pregunté algo nerviosa, pues si me salvaron pero no sabía nada sobre estos tipos.

-Simón.-Contesto.-¿Estas sola?-Asentí.

-Hay que matarla.-Hablo uno de ellos.-No, puede que a Negan le guste.-

-Amm caballeros yo puedo irme y no molestarlos.-Dije mientras lentamente me alejaba.

-No lo creo pequeña.-Dijo Simón y un gran dolor se hizo presente en mi cabeza y de inmediato caí al piso, lentamente mi vista se volvió completamente oscura.

[...]

Desperté en una especie de habitación, se veía limpia me levante de la cama y abrí la puerta encontrándome a dos hombre armados vigilando.

-Al fin despertaste, Negan quiere verte.-Dijo el más alto del par, asentí y comencé a caminar atrás de él. ¿Quién demonios es Negan? Y ¿Dónde estoy?

El hombre se detuvo justo enfrente de una puerta, la golpeó dos veces con su puño y desde adentro se escucho una voz que nos autorizó entrar. El hombre abrió la puerta dejándome entrar y cerrándola a mis espaldas.

La oficina era linda, sillones de piel, limpia y ordenada.-Hasta que despiertas pequeña, primero que nada disculpa a Marc por el golpe.-Habló un hombre de barba con cabello negro y sonrisa reluciente sentado detrás de un escritorio.

-Soy Negan por cierto.-Se presentó.

-Aaliyah.-

-Toma asiento.-Ordenó e hice caso.-¿Donde estoy?-

-En el Santuario.-

-¿Recuerdas algo de lo que paso?-Cuestionó y asentí.

-Estaba en el techo de una plaza rodeada de caminantes, un grupo de hombres apareció de la nada y mataron a los caminantes, me ayudaron a bajar, solo recuerdo eso.-Relate.

-Esos fueron mis hombres querida, por cierto ¿Qué hacías allí arriba?-

-Fui en busca de provisiones con un grupo, me abandonaron ahí.-Comente aún dolida por eso.

-Oh, que pena, ahora estas conmigo, puedes quedarte.-Dijo con una sonrisa en su rostro.

-Yo, no puedo, debo volver.-

-Con los que te abandonaron, ¿Por qué harías eso?-

-Son mi familia.-

-Hasta donde yo sé la familia no se abandona.-Comentó él, es cierto si fueran mi familia como tanto decían no me hubieran dejado ahí rodeada de caminantes y por mi cuenta.

-¿Puedo quedarme?-Pregunté.-Claro que sí.-

-Por cierto supongo que vivías en una comunidad o algo, digo te ves muy limpia.-

-Sí, Alexandria.-Conteste y su rostro mostró sorpresa y después cambio a uno de satisfacción.

-Oh ya veo, ven te llevare a conocer el Santuario.-Dijo él levantándose de su asiento dejándome ver su vestimenta, jeans y chaqueta de cuero, tomo un bat rodeado alambre de púas.