6. Sin vuelta atrás.

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- Joven Taisho, está más tranquilo de lo normal - hablo Kaede su ama de llaves dejándole su desayuno frente a él

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- Joven Taisho, está más tranquilo de lo normal - hablo Kaede su ama de llaves dejándole su desayuno frente a él.

- ¡Maldición, dónde está mi zapato! - de fondo se escuchaban los gritos de la loca señora de la casa.

- Fui al médico y me dijeron que no me estresara - reveló cierta parte de la verdad Inuyasha tomando y comiendo de su suculento desayuno.

- Oh, debe de cuidarse y estar fuera de cualquier entorno de estrés...

- ¡Kaede el desayuno, no quiero ver la cara de mi estúpido esposo!

- Joven Taisho ¿No cree que lo mejor para usted sería pedirle el divorcio? - murmuro Kaede despacio mientras ordenaba el desayuno de la esposa de su jefe en una bandeja.

- ¡Eso nunca! Sería como perder una batalla, sí alguien tiene que pedir el divorcio es ella. Además, le hice firmar un contrato prenupcial en dónde no recibe casi nada de mi dinero en caso de divorcio - informo en un susurro.

- ¿Y eso ella lo sabe?

- No y mejor que ni lo sepa...sino nunca aceptara el divorcio - Kaede asintió y cerro sus labios.

- Soy una tumba joven.

- ¡Kaede! - el grito de la mujer de la casa desde la segunda planta.

- Te dejo con el monstruo - Inuyasha se puso de pie y mientras se abrigaba con su saco costoso - Para que no te preocupes, hoy no vuelvo - le guiño un ojo en tono confidencial.

- De acuerdo, cuídese joven Taisho.

°°°

Se encontraba de un increíble buen humor, algo que no era común para él después de salir de la casa de los gritos. Para sorpresa de todos, saludo a sus empleados y a su secretaría ancestral le sonrió.

¿El motivo? Kagome Higurashi.

Hoy sería la primera de muchas que la pasaría con la hermosa azabache, una noche de sexo entre ellos dos. Sabía que sería una noche única, hacía tanto que Inuyasha no tenía relaciones y que desde que conoció a la azabache ella siempre se hizo desear.

Sí los besos ya lo excitaba ¿Cómo sería cuando estuvieran desnudos, tocándose y unidos sexualmente?

Almorzó junto con su amigo Miroku en su oficina mientras seguían trabajando, sin hablar de sus asuntos personales, ya habría tiempo para eso. Sin verla y sin tener contacto alguno con la azabache es como paso todo el día en su trabajo. Extraño besarla y toquetearla, pero ya tendría tiempo para eso y más.

Cruzo hasta llegar a su auto y subirse, sentado detrás del volante esperaba a cierta hermosa azabache. Habían quedado en que Kagome lo utilizaría como un chófer por ese día. Miro su reloj, hubiera esperado la hora de salida en su oficina. Vio venir a la hermosa azabache por el espejo retrovisor, caminando tan elegante y sensualmente inconsciente hacia su coche.
Como siempre sus piernas descubiertas, tacones y falda tubo, está vez llevaba cubriéndola del frío de la ciudad un abrigo azul marino.

NO ES LO QUE QUERÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora