8. Casual.

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Su mirada chocolate se abrió y se cerró con rapidez

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Su mirada chocolate se abrió y se cerró con rapidez. La luz del sol le daba en la cara, se giró dando la espalda al sol y al fin pudo abrir sus ojos y acostumbrarse una vez más a la luz del día. Bostezo sonoramente acompañado de un rugido de su estómago.

Como no iba a tener hambre sí la única comida que había tenido era en el almuerzo del día de ayer. Agregando que anoche había tenido demasiada actividad física, ni ella se creyó el haber aguantado tanto.

Su jefe tenía un gran potencial en la cama.

Miro una segunda puerta en la habitación, esperaba y fuera un baño. Se puso de pie desnuda y recogió toda su ropa que estaba regada por el suelo.

¿Dónde estaba su jefe? Seguramente había dormido en otra habitación, sí, seguro eso era.

Se perdió tras la segunda puerta que sí había resultado ser un baño. Se tomó el atrevimiento de darse una rápida ducha, necesitaba relajarse con un poco de agua caliente recorriendo su cuerpo.
Mientras pasaba el jabón por su piel recordó todas las imágenes mentales de anoche, como su jefe la tocaba y como la hacía estremecer con sus dedos, con sus manos y con sus labios.

Ese hombre sabía lo que quería y hacía.

Esperaba que ella también lo haya sorprendido, estaba segura de su cuerpo y era una por mujer abierta a cualquier oportunidad de tener sexo, mientras que estuviera soltera, ella disfrutaría de su sexualidad con cuántos hombres se le ofrecieran.

Su jefe no era la excepción, él se le ofreció y ella solo aprovechó.

Ambos obtenían lo que querían de esta aventura, placer.

Se rió, de su camisa de seda solo habían quedado tres botones, prendió esos tres dejando su escote a la vista. Subió el cierre de su falda, peino su cabellera con los dedos de una mano, salió de la habitación con sus zapatos en mano mirando atentamente el pasillo.

No había nadie ¿Dónde estaba su jefe? El auto tampoco estaba.

Tomo su bolso que estaba en la entrada y fue hasta la sala para sentarse cómodamente en el sofá de cuerpo entero. Saco su celular y vio el horario, eran pasadas las 12 del mediodía, tenía varias llamadas pérdidas de la persona a la cual tenía una promesa que cumplirle y también de su mejor amiga.

- Ay, me olvide de avisarle - marcó el primer número que le aparecía, al segundo tono respondieron - Perdón, perdón.... - empezó hablar a la persona que había llamado, por la ventana vio que el auto de su jefe se estacionaba - solo me olvide del horario y día - escuchó la puerta abrirse y los pasos del peli plata - en la casa de una amiga - miro a su jefe de pie a su lado con una caja de pizza y dos latas de Coca-Cola, su apetito volvió a aparecer - Iré a verte como siempre no te preocupes...nos vemos cariño - y corto la llamada rápidamente al ver la mirada interrogante de su jefe - ¿Trajo pizza?

NO ES LO QUE QUERÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora