25. Las mejores amistades.

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°°°

Inuyasha miro su celular, leyendo por tercera vez el mensaje de texto que acababa de recibir de su ex esposa, Kikyo.

"Necesito hablar contigo Inuyasha por favor"

¿De qué querría hablar después de tanto tiempo su ex esposa?

— ¡Inuyasha ya es hora de ir a la clínica! — escuchó la voz de Bankotsu desde la sala de la casa del matrimonio Banryu.

— ¡Ahora voy! — exclamo en respuesta.

Ahora Inuyasha y Bankotsu ya tenían como ocupar el tiempo en el que supuestamente debían de estar en el sanatorio recibiendo el moreno su tratamiento para seguir prolongando su vida.

Sí, Bankotsu le pidió en favor a Inuyasha que no lo llevará más a las dolorosas secciones de quimioterapias. Eso es lo que él deseaba, lo que él realmente quería desde que había dejado de tener voz en las decisiones sobre su vida misma.

— Bien vamos — llegó Inuyasha y listo para marcharse empezó a empujar la silla de ruedas con Bankotsu en ella.

— Espérenme — Kagome llego trotando hasta ellos vistiendo una falda tubo negra y camisa blanca con tacones negros teniendo una cartera en su hombro.

— Cielo... ¿También vienes? — cauteloso pregunto Bankotsu, Inuyasha evito mirar a su azabache, no soportaba ocultarle el secreto que el moreno le pidió guardar.

— Pedí permiso para acompañarte mañana cariño, pero necesito que me acerquen a la empresa — sonrió Kagome.

— Bien preciosa, vamos que te acercamos — Inuyasha le dio un beso en la mejilla haciéndola sonreír.

°°°

— ¿Qué haremos hoy? — preguntó Bankotsu al ver desaparecer a su esposa dentro del enorme edificio de corporaciones Taisho's.

— Mi ex esposa tiene que hablar conmigo, así que iremos a una cafetería para el encuentro — suspiro Inuyasha todavía estacionado fuera del edificio.

— Genial, estaré de culillo entre ustedes... — volteó los ojos Bankotsu ante el aburrido plan de su amigo el peli plata.

— Porque sé que te ibas a fastidiar le dije a un amigo que se nos uniera — tranquilizo Inuyasha.

— ¿Biakuya?

— No, este se llama Miroku — al momento de mencionarlo, el peli negro de ojos marrones vestido de traje empresarial salía por las puertas del gran edificio y caminaba hacia el auto en donde ambos se encontraban.

— ¡Hola, hola! — la voz del peli negro resonó en el interior del auto en cuanto este entro y se sentó en los asientos traseros — ¡Al fin conozco al esposo de la mejor trabajadora de la empresa!

NO ES LO QUE QUERÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora