Capítulo 18 A correr se ha dicho

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Querido diario,
La fiesta estaba por empezar, la gente llegaba y llegaba al lugar, todos ellos (o la mayoría) estudiaban en la universidad, cientos de personas por conocer.
Me entristeció pensar que esa noche no estaría junto a Klaus, pero esa cena era importante para él.

Caroline: Espero que su cena salga bien.

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Mientras tanto en la mansión Mickaelson, dos hermanos, una hermana y un viejo amigo, se encontraban por el segundo plato. Por la segunda copa de sangre y la cuarta de vino.

Rebekah: A que pobre humano habéis desangrado esta vez?
Elijah: No hemos desangrado a nadie, provienen de las bolsas de sangre.
Marcel: Desde cuando os alimentais de bolsas de sangre?
Elijah: Siempre han estado por aqui, nadie las aprovechaba, hasta que llegó Caroline. Ahora que lo pienso, nunca la he visto alimentarse de nada que no fueran bolsas de sangre.
Rebekah: Por dios, aveces pienso que esa chica es demasiado buena, es un vampiro, nos alimentamos directamente de la fuente, no puede seguir eternamente así.
Klaus: Es demasiado buena, no quiere herir a nadie. De cierto modo es comprensible. Además creo que fue Stefan quien la enseño a no alimentarse de los humanos.
Rebekah: Stefan es un destripador, que él no sepa controlarse es cosa suya. Repito, es un vampiro, va a matar humanos tarde o temprano.
Elijah: Por lo que yo se, si ha segado una vida humana, pero cuando se dio cuenta de ello, aprendió a controlarse.
Klaus: El autocontrol es una cualidad mas en ella.
Marcel: Mejor, asi no tendrá que apagar su humanidad nunca.
Rebekak: Seria un Barbie despiadada, seguro que asi seria menos seria.
Elijah: Caroline se rige por sentimientos como el amor. Si apagará su humanidad, nunca podría volver a ser ella.
Klaus: Imagina que lo consiguiera, la culpa acabaría por matarla. Es pura luz, un soplo de juventud, alegría, empatia...
Rebekah: Ya, ya sabemos de sobra que te tiene enamorado hasta la médula, aveces resulta preocupante verte tan bien.
Klaus: Lo tomaré como un cumplido hermanita.
Marcel: Yo aun me pregunto cómo narices Caroline sale contigo. Una chica tan especial es difícil de conquistar, seguro aun tendrá miles de pretendientes por ahí intentando conseguí su amor.
Rebekah: Puedes decir que es un bellezon, es algo obvio.
Elijah: Creo que eso solo lo saben ellos. Desconocemos mucho de su historia de amor.
Klaus: Asi seguirá siendo.
Marcel: Vendrás el sábado a verla cantar?
Rebekah: Todos estaremos allí. Sera un gran momento para ella.
Elijah: Me parece que Marcel y yo la escucharemos desde el sótano.
Rebekah: Y eso por qué?
Klaus: No se lo has contado, Marcel?
Marcel: Sabia que algo se me olvidaba.

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Perdí la cuenta de cuantos vasos de "ponche" había tomado, horas bailando, charlando y riendo.
Sky y yo conocimos a cientos de personas, algunos nuestros futuros compañeros de clase.
Pude reconocer a unos cuantos seres sobrenaturales, sobretodo brujas y vampiros.
La gente no paraba de decirme cumplidos, comentarios alabando todo, y algun que otro piropo.
Piropos provenientes de chicos muy diferentes entre si, algunos eran guapos, pero ninguno tan atractivo como Klaus.
¿Cómo le estaría yendo a él?

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Rebekah: Ester no puede volver. Nos destruirá a todos.
Elijah: Necesitamos su magia para traer a nuestros hermanos.
Klaus: Cuando deje de ser útil, la mataré.
Marcel: No creo que Caroline este de acuerdo con eso. Que yo sepa, tiene otros planes para acabar con Ester.

Elijah miro a Marcel con cara de reproche. Intentaron disimularlo, pero Klaus se dio cuenta de que le estaban ocultando algo.

Klaus: Voy a contar hasta tres, si no me decís todo, las cosas no van a acabar nada bien.
Elijah: No hay necesidad de esto Nicklaus.
Klaus: Uno.
Rebekah: Nick, calmate.
Klaus: Dos.
Marcel: Klaus, viejo amigo, nosotros somos simples peones en un gran tablero de juego entre Caroline y Ester.
Klaus: Última oportunidad.
Elijah: Llama a Caroline, solo ella te lo puede explicar.
Klaus: Es su gran fiesta. Esperare hasta mañana.
Caroline: No hay necesidad de ello. Gracias por avisarme Rebekah.
Rebekah: Gracias a ti por venir tan pronto.
Caroline: Klaus, ven a fuera.

Klaus hizo intento de queja, pero mi cara de callate y sígueme lo contuvo.
Salimos a la puerta principal.

Klaus: Sabes que pueden escucharnos desde aqui, no?
Caroline: Pues claro que lo se, no me importa si mos escuchan hablar o no.
Klaus: A mi si me importa.
Caroline: Bien, vale, como quieras. Sabes, mejor hablamos mañana.

Le di la espalda y crucé el umbral. Llevaba un par de pasos cuando Klaus se interpuso en mi camino.

Klaus: Espera amor.
Caroline: A qué quieres qué espere?
Klaus: Quiero que esperes a mis disculpas.
Caroline: Tengo todo el tiempo del mundo.
Klaus: Lo siento.
Caroline: Vale. Me vas a escuchar ahora?
Klaus: Si.

Tarde como unas cuantas en contarle todo. O casi todo.
El reloj de mi teléfono marcaba las cuatro y diez de la madrugada, asi que decidí que era hora de volver a la residencia a dormir.
Klaus se opuso a que fuera sola hasta allí, pero logre convencerle.
Al llegar me encontré con Sky despierta (acababa de volver de la fiesta).

Sky: La gente te adora, una fiesta legendaria.
Caroline: -rie- Gracias.
Sky: Me veo incapaz de dormirme.
Caroline: Y yo. Salimos a correr dentro de un rato?
Sky: Perfecto, oye, avisa si quieres a Rebekah para que se venga.
Caroline: Buena idea. La mandaré un mensaje.

{Hey rubia, te vienes a correr?}
La respuesta no tardó mucho en llegar

{Por supuesto Barbie, nos vemos en el parque dentro de quince minutos?}

{Claro, hasta ahora}

Caroline: Rebekah se viene, voy a cambiarme.
Sky: A correr se ha dicho.

Los diarios de Caroline IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora