Capítulo 24 Inesperado

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Ocho de la mañana, viernes,  en la tienda de discos...

Davina: Earl, qué tal?
Earl: Mejor cuando veo esa preciosa sonrisa.
Davina: Aww, ha llegado mi pedido?
Earl: Si, esta en la parte de atrás,  voy a por el.
Davina: Gracias.

Davina empezó a curiosear los vinilos dispuestos por la tienda. No había nadie,  excepto un chico de unos dieciocho años, muy atractivo.

Earl: Aqui tienes D.
Davina: Mi héroe,  no se que seria de mi si no hubiera conseguido el vinilo.
Vampiro1: Preocupate mejor por que te pasara ahora.

La tienda estaba atestada de vampiros desconocidos.  Amenazantes y sedientos.

Davina: Creo que no sabeis con quien os estáis metiendo.
Vampiro2: Tienes narices para enfrentarte a diez vampiros.
Davina: Esto os va a doler.

Comenzó recitar unos versos en latín a la vez que extendía el brazo.

Los vampiros comenzaron a retorcerse de dolor,  agarraban sus cabezas desesperados por para el ruido.

Davina: Salgamos de aquí.
Earl: Vamos chico.
Davina: Avisa a Marcel.
Earl: Hey, D, puedes "dormirles"?

Con un movimiento de mano, Davina partió el cuello de los vampiros.

Davina: No se como te llamas o quien eres, pero tenemos que salir de aquí.
Kaleb: Te sigo.

Una vez en la calle fuera de peligro.

Kaleb: Soy Kaleb, cuál es tu nombre,  preciosa?
Davina: Qué te hace pensar que te lo diría?
Kaleb: Veras brujita, tu sabes mi nombre,  además,  me has salvado,  no puedo dar unas gracias sin un nombre.
Davina: Davina, Davina Clair.
Kaleb: Bonito nombre. Gracias Davina.
Davina: Nos hemos visto antes? Tu cara me suena.
Kaleb: Recordaría a una chica tan guapa y especial.
Davina: Te han dicho alguna vez que tus métodos para ligar no son muy buenos?
Kaleb: Encantado de conocerte Davina,  tu y yo nos vamos a volver a ver muy pronto. Hasta entonces,  pensare en ti,  se que tu haras lo mismo.
Davina: Arrogante.
Kaleb: Oh, te encanta que lo sea, sino ya me hubieras causado un buen dolor de cabeza.

Antes de que Davina pudiera hacer o decir nada, Kaleb cogio su mano y la beso con una peculiar reverencia.

Davina: Eso fue raro. Ya nadie besa las manos.

Kaleb se limitó a guiñarla un ojo, luego se dio la vuelta, comenzó a caminar.

Kaleb: Me estas mirando de arriba abajo.

Davina se ruborizo, la había pillado.

                                       ◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆

Aiden: Siento tener que irme tan pronto.
Josh: No pasa nada porque llegues tarde.
Aiden: He quedado con los líderes de las manadas. No puedo llegar tarde.
Josh: Tan siquiera te apetece ir. Quedate aquí.
Aiden: Por muy tentador que suene,  debo irme.
Josh: Cinco minutos -con ojos de cachorro- venga.
Aiden: Dos minutos y ya.
Josh: Que blando eres.
Aiden: No puedo resistirme a los ojos de cachorrito.
Josh: Por suerte para mi.

                                      ◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆◇◆

Hayley: Bueno, hace mucho que sabiamos que lo nuestro estaba muerto.
Elijah: No sabia que pensabas así.
Hayley: Era obvio,  Elijah.
Elijah: Obvio?
Hayley: Puede que fuera porque te estabas distanciado poco a poco hacia otra mujer.
Elijah: Quien?
Hayley: No se, quizás Sky.
Elijah: Eso es ridículo.
Hayley: Sois muy cercanos.
Elijah: Porque es mi amiga. Bueno, mejor amiga.
Hayley: Me parece que te sientes atraído por tus mejores amigas.
Elijah: Y segun tu, quienes son?
Hayley: Caroline y Sky.
Elijah: Ambas son preciosas y agradables. Pero Caroline es la novia de mi hermano. Y Sky es mi amiga.
Hayley: La línea entre la amistad y el amor es muy fina. Y si Caroline no fuera la novia de Klaus?
Elijah: Quieres la verdad? No, nunca he sentido nada por ella que no sea amistad,  en todo cado seria como el amor que le procesas a una hermana. Respecto a Sky, no entiendo porque la gente se empeña en mezclar el amor con la amistad.
Hayley: Bien. Entonces,  por qué te ibas distanciando?
Elijah: No lo se. Si de algo estoy seguro, es que, te quiero, pero no lo suficiente como para estar contigo. Es confuso.
Hayley: No lo es, Elijah, te quiero,  pero si te vas ahora, no volveré a tener mas relación contigo que una familiar.
Elijah: Lo entiendo.

Los diarios de Caroline IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora