Capítulo 4 Un, dos tres. Un, dos, tres.

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La tarde empezaba a oscurecerse, la Luna llena queria emerjer.

Caroline llegaba puntual a la mansión Mickaelson. De su brazo colgaba un vestido de tipo majestuoso. Rojo sangre.

Entro alegre por la puerta principal, desconocía aun las habitaciones de la casa, pero no tardó en encontrar a Klaus.

Caroline: Hey, traigo los disfraces.
Klaus: Perfecto amor. De que son?
Caroline: Ya lo veras. Estan hechos por mi compañera de cuarto Sky.
Klaus: Entonces no hay tiempo que perder. Quiero ver ese vestido.
Caroline: Ten, en esta funda esta tu disfraz.
Klaus: Gracias amor. Te acompaño hasta tu habitación.
Caroline: Espera un segundo, mi habitación?
Klaus: Has oido bien, es una casa con muchas habitaciones, tu formas parte de esta familia, asi que tienes una habitación propia a tu disposición.
Caroline: Guau, gracias. Te sigo, quiero ver mi habitación.

Para sorpresa de Caroline, la casa tenia otra planta, algo mas pequeña que las otras dos. En el pasillo se encontraban cinco puertas, una de ellas era un baño.

Por lo que Caroline dedujo, en esa planta se encontraban la habitación de Hayle, el futuro cuarto de la bebé, una sala empleada como cuarto de invitados; y finalmente, su propia habitación.

Abrio la puerta y quedo perpleja ante las amplias dimensiones del cuarto, por no hablar de los preciosos cuadrados, la enorme cama con dosel, un rústico tocador, un gran espejo de cuerpo entero, un banco de ventana...

Caroline: Madre mia, la habitación es gigante. Parece la habitación de una reina. Los cuadros son hermosos. Y la cama parece de cuento.
Klaus: Me alegra que sea de tu agrado.

Caroline sonrió, dejo el vestido y el bolso sobre la comoda, y se dejo caer en la mullida cama.

Caroline: Parece de cuento.

Contemplaba maravillada las decoraciones del techo.

Desde el marco de la puerta se podia ver a Klaus sonriente, contemplando aquella escena. Caroline era un soplo de alegría y juventud. Un golpe de luz.

Klaus miro su reloj, ya era hora de que se preparasen.

Se acerco a la cama.

Klaus: Es hora de prepararse amor.
Caroline: No seas aguafiestas, por un minuto mas no pasara nada.
Klaus: Vamos.
Caroline: Yo no pienso levantarme. -Le saco la lengua y miro desafiante- Tendras que levantarme tu.
Klaus: Esta bien, no digas que no te lo avise.
Caroline: Adelante, no conseguirás moverme.
Klaus: Eso ya lo veremos.

Con movimientos rápidos y agiles, entre risas, "lucharon" uno contra otro. Batalla que Klaus pareció haber perdido. Caroline había conseguido tirar de él, haciendolo caer a su lado en la cama.

Caroline: Ves, no se esta tan mal aqui.
Klaus: Puede...
Caroline: Uhh, te has picado. -Se apoya en un costado, muy cerca de él - Qué se siente al perder?
Klaus: Quien dice que he perdido. Mires como lo mires, te tengo a mi lado. Salgo ganando.
Caroline: Muy bonito, pero eso son excusas de los perdedores.
Klaus: Siempre tengo un as bajo la manga.
Caroline: Ya, ya. Lo que tu digas.

Con las miradas conectadas, los ojos clavados el uno en el otro.

No pudieron resistir mas, se fundieron en un beso.

Antes de que Caroline pudiera darse cuenta, se encontraban de pies.

Klaus: Te dije que siempre tengo un as bajo la manga.
Caroline: Esto no va a quedar así, preparate para una revancha.
Klaus: Cuando quieras, pero ahora toca preparase para la fiesta.
Caroline: Vale, no tardo.

Los diarios de Caroline IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora