Los diarios de Caroline II

Capítulo 1 ¡Qué comiencen las aventuras!

Querido diario,
Nuestro tan ansiado reencuentro ha llegado.
De hoy en adelante,  seras testigo de mis aventuras,  sueños, alegrías, tristezasy de lo mas importante,  mi nuevo y único amor, Klaus.
Te preguntaras como me van las cosas desde la última vez que relate aqui mi planes. Hoy obtendrás tus respuestas.

Una semana después de mi conversación con mi madre, ya tenia todas mis cosas empaquetadas. Esa misma mañana me despedí de mis amigos, mi madre, y de toda mi antigua vida. Al salir del pueblo no puede evitar pensar dos cosas:
<Adiós vieja vida, Hola nueva vida> <¡Qué comiencen las aventuras!>

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Al llegar, en la entrada al campus, me maraville con la hermosa y mágica ciudad.
Ya tenía mis cosas en la habitación, mi habitación durante los próximos tres años. Eso si no me mudaba a un piso cerca del campus o del centro de la ciudad.
Deje todo lo que no necesitaba, me arregle un poco, cogi el bolso y sali hacia la nueva mansión de los Mickaelson. Hacia unas semanas de la última vez que vi a Klaus, y casi un mes que no veía a Elijah.

Llegue a la como no, enorme y majestuosa casa. Situada cerca del centro de la ciudad.
La puerta principal estaba abierta. Camine hasta casi llegar a las escaleras,  cuando una chica rubia me sorprendió.

Cami: Hola, soy camille, pero llamame Cami.
Caroline: Encantada, yo soy...
Cami: Caroline Forbes.
Caroline: Si, cómo lo sabes?
Cami: No ha sido muy difícil,  Klaus tiene un cuadro tuyo colgando en su despacho.
Caroline: Enserio? No lo sabia. Por algún casual no sabrás dónde esta el?
Cami: Estara al caer, puedes esperarlo en el salón.  Primera planta, tercera puerta.
Caroline: Gracias.
Cami: De nada, imagino que volveremos a vernos. Hasta pronto.

Segui las indicaciones y llegue a un gran salón lleno de cuadros, libros y esculturas.

Elijah: Buenos días Caroline, cuanto tiempo sin vernos.
Caroline: Buenos días a ti también Elijah. Cómo te va?
Elijah: Afortunadamente las cosas van bien,  gracias. Espero que a ti también.
Caroline: Todo va bien. Este va a ser un buen año.
Elijah: Imagino que mi hermano hará de guia turístico.
Caroline: Si, pero eso te salva de ir a tomar un café conmigo.
Elijah: No pensaba dejarte sin ir a tomar un café,  resulta que conozco lugares muy buenos para ello.
Caroline: Perfecto pues. En cuanto termine de instalarme en la universidad quedaremos a tomar ese café.
Elijah: Asi lo espero. Me temo que he de irme, hasta pronto Caroline.
Caroline: Hasta pronto Elijah.

Al ver que Klaus tardaba en llegar,  decidí explorar un poco la casa. Tras pasar por varias salas, llegue al despacho de Klaus.  Encendi la luz y al girar la cabeza hacia el fondo sur de la sala, vi mi retrato colgado en la pared.
Como no, la calidad de la pintura era magnífica, debía de haberle llevado varios días hacer tal majestuosidad. Si no fuera por la ropa, podria decirse que me estaba mirando en un espejo.

Klaus: Me gusta contemplar el cuadro,  pero ni de lejos es tan hermoso como verte en persona amor.
Caroline: Si desde el principio empiezas a alabarme de tal forma,  me veré obligada a darte un abrazo. Además,  el cuadro es perfecto,  es como un espejo.
Klaus: La perfección la pones tu amor, nada podra hacerte jamas justicia. 
Caroline: Tu lo has querido, yo te he advertido.

Me di la vuelta y le di un gran abrazo.  Cual quiera diria que el abrazo duro tres misisipis y medio,  pero para ambos fueron cuarto segundos escasos.

Klaus: Merece la pena que te "enfades" si asi puedo tenerte entre mis brazos amor.
Caroline: Umm... ahora que me acuerdo,  me debes una visita por la ciudad.
Klaus: Tengo planeados ya muchos lugares para enseñarte. Hoy quiero enseñarte el centro de la ciudad.
Caroline: Perfecto.
Klaus: Vamos?

Me ofrecio su brazo, acepte y salimos de la gran casa camino a mi primera aventura en Nueva Orleans.