Capitulo 4

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―Me duele todo mi hermoso cuerpo.

Esta, sin exagerar, era la milésima vez que escuchaba a Jane quejarse de lo mismo.

Ambas estábamos caminando por los pasillos del instituto, dirigiendonos hacia mi casillero.

―¿Qué quieres que haga? Si hubieras atendido tu celular las miles de veces que te llamé no hubieras tenido que combatir a tantas personas y no-personas tú sola―dije abriendo mi casillero, escuchandola apoyar su espalda contra el casillero de al lado.

―Ya lo sé, pero no aguanto más el dolor―exclamó pasando una de sus manos mano por su, posiblemente, adolorido cuello.

―¡Muy buenos días!

El buen humor de Irma hizo que la envidiara un poco. Deseaba con muchas ganas despertar con ese humor en vez del con el delicado "recién me despierto, no me hablen"

―Hola Irma―. Le devolví el saludo, ahogando un bostezo―¿Algo bueno sucedio hoy?―pregunté haciendo enfasis en su desbordante felicidad.

―Nada... solo estoy de buen humor―contestó haciéndose la desinteresada, pero su sonrisa la delataba.

―¿Segura?―ella asintió―. Irma...

―Está bien, si insistes... hoy saldré con April, ¡No es genial!

Sonreí.

―Aprovecha cada segundo―. La felicite.

Desde hace un tiempo Irma me comentó que April tiene la costumbre de salir con "amigos secretos" los cuales jamás le presento. Y debido a eso, siempre la dejaba de lado.

―¿Quién es April?―preguntó Jane.

Irma iba a contestarle, pero el grito de una chica la interrumpió.

―¡Irma!―. Ella se volteó, y en efecto, era April.

La pelirroja venia sonriente hacia nosotras, pero su sonrisa se borró al vernos.

Ese golpe en su mejilla me resultaba bastante familiar. Mire a Jane, y por su sonrisa burlona, no me fue necesario preguntar nada.

―¿Por qué estás con ella?― preguntó April mirando a mi hermana entre enojada y ¿asustada?

―Es mi amiga...- contestó Irma un poco confundida.

La tensión entre ambas chicas se presbicia en el aire, e Irma me miro buscando ayuda.

―¡Mucho gusto! Soy Victoria- me presente, extendiendo mi mano.

Ese gesto la hizo sobresaltarse, pero de igual manera recibió mi saludo.

―April...―se obligó a saludarme para, segundos después, tomar la mano de Irma―. Nosotras tenemos algebra, asi que debemos irnos.

―Hoy no tenemos esa asignatu...―pero Irma no pudo terminar la oración ya que Abril se la llevó a rastras lejos de nosotras.

―Eso fue... interesante―comenté reprimiendo una carcajada.

―¿Interesante? Más bien fue patético―reí cerrando mi casillero, apoyándome sobre él.

―¿Acaso la asustaste o algo así?- pregunté.

Algo así...―sonrió, dando puñetazos al aire.

(***)

Al terminar el día, y después de escuchar el hermoso sonido de la campana anunciando el final de clases, fui a mi casillero acompañada de Irma.

Ella guardaba sus cosas con entusiasmo. Salir con April la mantuvo feliz todo el día.

Ambas fuimos hacia la salida, y vi a Jane en la entrada del instituto. Me despedí de Irma y fui hacia ella.

―¿Ya buscaste opciones de trabajo?

―Lo olvide por completo. ¿Ya tenías pensado alguno?

―Hay una pista de patinaje por aqui cerca que precisan personal.

―Que afortunada, yo aún tengo que buscar opciones.

―Por si te interesa, hay un restaurante de comida china que busca empleados.

―No suena mal... ¿Dónde está esta ese lugar?

―A unas dos cuadras de aquí.

―Perfecto, iré ver. Nos vemos más tarde―. Me despedí de ella y fui hacia el lugar.

(***)

La campanilla del restaurante me dio la bienvenida cuando entré. Un hombre, el dueño del lugar, levanto la vista inmediatamente.

―¿Qué se te ofrece?―preguntó cortésmente.

―Vine por el empleo.

Sonrió―. Primerl veremos cómo te va.

―¿A qué se refiere?―pregunté un tanto confundida.

Por mi lado pasaron algunos clientes, y la sonrisa del hombre creció un poco más.

―¿No debería entrenarme antes?

―El entrenamiento ya empezó―contestó divertido.

A decir verdad, las primeras mesas fueron las más complicadas (ya que debía lidiar con mi timidez repentina, y el anotar todo y no confundir los pedidos), pero luego de eso, no fue tan difícil como parecía.

Mi tarde se basó en eso: anotar los pedidos de las personas, llevarles lo que ordenaron, limpiar las mesas y esperar a que nuevos clientes la ocupen.

Cuando los últimos clientes se fueron, las puertas del lugar se cerraron.

―Lo hiciste bien.

―Gracias. ¿Me observast...?―. Al instante me arrepentí de lo que dije―. ¿Qué tal lo hice?

―Descuida, no debes avergonzarte―dijo refiriéndose a mi evidente olvido de su condición―. Se que esto es algo que debí preguntarte mucho antes de comenzar pero, ¿Cómo te llamas?

―Me llamo Victoria, Victoria Bradford.

―Bonito nombre. Tienes el empleo.

―¿¡De verdad!?―exclamé sin poder creerlo―. ¡Muchas gracias! Señor...

―Murakami.

Luego acordamos los días que tendría que venir, también sobre la paga y algún que otro aspecto del restaurante (sobre la ubicación de la puerta que daba hacia la parte trasera del lugar, cómo funcionaba su sector de trabajo y la ubicación de cada utensilio, además de una cierta pandilla que solía molestarlo, pero que él sabría que no llegarían muy lejos)

Al salir del lugar me lleve la sorpresa que ya habia anochesido.

Caminando por la acera escuché pasos de alguien siguiendome. No esperé más y empecé a correr.

Rápidamente doble en una esquina y me tope con un callejón, grandioso...

Me gire para regresar por donde vine, pero ese alguien saltó desde arriba de un edifico, cayendo frente a mi. Se enderezó y levantó la cabeza.

No puede ser...

La Elegida [TMNT] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora