Parpadeo de manera lenta, notando la luz que filtraba de entre las cortinas blancas de su habitación. Otro día, otra mañana. El cuerpo aún lo sentía adormilado debido a la actividad de la noche anterior (Hisoka nunca se contenía) y la verdad, estaba tentada a continuar durmiendo. Sin embargo, recordó vagamente el trabajo que consiguió días atrás, el cual seguro iba a cubrir la mayoría de los gastos del departamento, porque seamos sinceros; Hisoka consume más de lo que aporta.
Suspiro para sí misma, ¿era necesario que él sea lo primero que piensa al despertar?
Su mano se deslizo a su lado izquierdo, donde suele dormir el pelirrojo. La costumbre común es que siempre se encuentre vacío, sin la presencia cálida de su cuerpo. Tenía la esperanza de que algún día, decidiera pasar la mañana con ella.
Sus dedos se cerraron en la sabana, tomando un puñado de la misma.
Se incorporó tras dar una respiración profunda; era hora de empezar el día.
Y allí fue consciente del sonido de la ducha de fondo, y de que la ropa de Hisoka seguía a los pies de la cama.
El hilo rojo del destino que los une se hizo visible al instante, y (T/n) se vio tentada en juntarlo con sus manos y ocultarlo bajo la cama. Era vergonzoso pensar que este representaba una cantidad enorme de sentimientos, y que Hisoka pudiera llegarlo a ver la mortificaba; ¡no la iba a dejar vivir en paz si lo veía!
La puerta del baño se abrió, dejando salir una cantidad casi exagerada de vapor, y tras unos segundos, la figura alta del cazador se hizo presente. Hisoka tenía una toalla alrededor de la cintura (raro, acostumbraba a ir desnudo) mientras que con la mano derecha tiraba su cabello hacia atrás.
(T/n) arrugo la frente, ¿estaba soñando?
—Esperaba otra expresión, pero esa es divertida también —dijo al verla despierta, pronto esbozando la misma sonrisa socarrona de siempre.
Hisoka señalo la cama, justamente su ropa interior y ella se la alcanzo, finalmente comprendiendo que todo era real.
—Yo...uh, ¿Buenos días? —titubeo, porque no todos los días amanece con la compañía de Hisoka, y temía que la alegría fuera demasiado notoria en su voz.
Lo escucho reír, dejando que el cabello rojizo le caiga sobre la frente.
Recordó la hora, pronto saltando de la cama para internarse en el baño. Los ojos dorados de su alma gemela la siguieron en todo el proceso, entrecerrados con diversión.
—Tengo que prepararme para trabajar, ¿puedes esperarme diez minutos? —tenía miedo de que en esos minutos Hisoka desapareciera como de costumbre, pero al ver como se dejaba caer en uno de los extremos de la cama, para secar su cabello con una toalla, supo que no se iría a ningún lado.
—Hmm, está bien~ pero tendrás que hacer mi desayuno favorito.
(T/n) esta vez sonrió, sin contener su alegría, y asintió. Antes de cerrar la puerta del baño, lo señalo con uno de sus dedos.
—No te acerques a la cocina, ¿de acuerdo? —advirtió—. No quiero morir en un incendio.
Hisoka hizo una expresión infantil, pero accedió, de todas formas, la cocina nunca fue su fuerte. Con suerte sobrevivía con comida pre-calentada y goma de mascar. Tal vez esta sea la primera vez que tenga un desayuno decente en su vida...
El pensamiento hizo que inmediatamente el hilo rojizo se hiciera visible, e Hisoka pronto lo enredo entre sus largos dedos. ¿Por qué se había quedado? Cierto, no tenía nada interesante que hacer en la mañana.
Froto el material rojizo entre sus dedos, notando las vibraciones y pulsaciones que emitía. Era el ritmo de sus corazones.
—Que interesante —murmuro, la sonrisa sin borrarse de sus labios.
Se preguntó cuánto tiempo duraría esta falsa felicidad.
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25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]
FanfictionSer el alma gemela de Hisoka Morrow, es, posiblemente, una de las cosas más difíciles que le pudo tocar. Era una relación rodeada de problemas y situaciones poco agradables, donde a veces llegaba a creer que Hisoka solo la veía como un juguete más...