El aire frío de la noche acaricio sus mejillas, algo cosquilleando la piel de su pómulo. No era la primera vez que se quedaba dormida en el medio del bosque luego de una misión, siendo acompañada por el sonido de los grillos y de los búhos. No obstante, esta vez fue diferente, porque sentado al lado suyo, estaba Hisoka. Mantenía sus ojos fijos en el mazo de cartas, jugando con las mismas de una forma tan familiar que le saco una sonrisa.
Una de sus manos se hundió en el espeso césped, tomando un puñado de la hierba entre sus dedos, el aire volvió a soplar y lleno sus pulmones con la brisa fresca, dándose cuenta de lo mucho que extrañaba el calmo silencio de la naturaleza. El prado que se extendía frente de ellos invitaba a que uno se perdiera en el horizonte.
—Hm, y yo que pensé que esto sería más divertido —lo escucho decir, con voz provocativa.
El pelirrojo miro a su costado, notando los ojos de su alma gemela centrados en el cielo nocturno. Creyó ver algunos puntos refulgentes reflejarse en los mismos, haciendo que detuviera cualquier acción que estuviera haciendo. Cuando ella palmeo la tierra, Hisoka solo pudo dejarse recostar en el suelo, notando la frialdad que se extendió por su espalda y las cosquillas que le causaban las diferentes hierbas a su alrededor.
—En la ciudad no se pueden ver con tanta nitidez —murmuro, como si compartieran un secreto—. Pero aquí... ¿no da la impresión de que estamos cerca del cielo?
La vio extender un brazo hacia arriba, la mano abierta, como si tratara de atrapar una estrella entre sus dedos.
Hisoka no hablo, demasiado concentrado en la respiración calma de la joven, en los sonidos de la naturaleza y en su propio corazón. Le frustraba no estar en total control de alguno de sus sentimientos cuando se encontraba a su alrededor, porque acostumbraba a tener las barreras tan alto que nadie podía traspasarlas, hasta que la conoció.
Su visión fue interrumpida por la figura del ojos dorados, que se había posicionado sobre su cuerpo, cubriéndola por completo.
—¿No crees que te olvidas de algo?~
Pronto, el brazo de (T/n) rodeo el cuello masculino, atrayéndolo sin mucho esfuerzo hacia su rostro. Los labios familiares de Hisoka la recibieron con una risa ahogada, enredándose mutuamente en un manojo de piernas y brazos. En cierto punto, el mago se dejó caer sobre ella, sosteniéndose con ayuda de sus codos, y se quedaron así, vaya a saber cuánto tiempo.
—Pensé que querías que te enseñe sobre las estrellas —dijo la cazadora, cerrando los ojos al apoyarse sobre el pecho de Hisoka.
Los dedos de su alma gemela recorrieron su brazo, en una caricia larga y detenida, cada tanto trazando las uñas sobre la piel. Era raro que se mantuviera en silencio por mucho tiempo, y (T/n) comenzaba a pensar que le ocultaba algo.
—Tal vez solo quería una excusa para pasar más tiempo contigo —replico al cabo de unos segundos, riéndose por lo bajo.
—Sabes que no necesitas excusas para estar conmigo, Hisoka.
Otro silencio, más viento y una caricia en su rostro; había apartado un mechón de cabello.
—Ten un poco más de fe en mi —Hisoka no necesitaba preguntarle porque hacia esa expresión compungida, ya se daba una idea de lo que pensaba—. No tengo pensado hacer nada raro...lo prometo~
Y era la verdad, solo estaba demasiado pensativo, después de todo, lo que planeaba era algo que no había imaginado jamás.
Elegir a alguien de por vida nunca era sencillo, aunque esa persona sea tu alma gemela.
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Les di un respiro del drama pero los siguientes capítulos tendrán bastante...aviso de antemano, aunque estoy segura que ya se lo esperaban, porque la calma no es algo que dure suficiente con Hisoka ;; más que nada porque es alguien de pensamientos cambiantes!
¡Espero que les haya gustado!
¡Nos vemos la próxima!
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25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]
FanfictionSer el alma gemela de Hisoka Morrow, es, posiblemente, una de las cosas más difíciles que le pudo tocar. Era una relación rodeada de problemas y situaciones poco agradables, donde a veces llegaba a creer que Hisoka solo la veía como un juguete más...