Pasión

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Su espalda choco contra la pared más cercana de la habitación, unas manos familiares recorriendo su cuerpo con experiencia, sin dudar un ápice. El hilo rojo que los conecta brillaba con intensidad en la oscuridad, iluminando sus figuras en tonos rojizos. Parecía hasta romántica la forma en la que Hisoka pegaba sus cuerpos, pero la acción estaba cargada de deseo. Los besos lentos se volvieron en algo más violento, los jadeos eran suprimidos por los labios del pelirrojo y en menos de un minuto, sus piernas lo rodeaban, manteniéndolo lo más cerca posible.

Olía a caramelo.

Todavía podía sentir algo de su nen inestable, debido a la pelea que tuvo horas antes; quedaba rastros pequeños de aquella sed de sangre tan característica suya.

Las uñas de Hisoka se hundieron en su piel, arrebatándole un gemido adolorido, el cual fue respondido por uno ajeno.

Lo sabía, lo sentía en cada parte de su cuerpo, en cada caricia, en cada beso, en cada suspiro; Hisoka se estaba despidiendo de ella. Trato de no pensarlo demasiado, solo concentrarse en transmitir todo lo que siente por el en tan poco tiempo, de golpe, sin importarle en absoluto lo que pueda decir.

Esa noche, Hisoka fue extremadamente romántico para su desconcierto y calvario, como si estuviera tratando de grabarse por completo en ella para que nunca lo olvide. Y lo odio, porque sabía que no podría jamás.

Cuando solo eran dos cuerpos cubiertos por el sudor y respiraciones pesadas, (T/n) soltó las dos palabras que había contenido desde hace tiempo.

—Te amo, Hisoka.

Si iba a irse, ¿Qué sentido tenía guardarlas con tanto recelo en su pecho?

Le pareció ver que sus ojos se abrían con sorpresa. Hisoka no dijo nada cuando se inclinó para besarla de nuevo, con cuidado, como si la amase.

Esa fue la primera vez que lloro frente suyo, sin inhibirse.



Las palabras rondaron por su cabeza por varios días, semanas incluso, junto con el recuerdo de los ojos llenos de lágrimas de (T/n). Hisoka estaba seguro que con el tiempo todo sería un amargo recuerdo, mezclado con momentos donde fue completamente feliz. Estaba seguro que se olvidaría de ello, como hacía con todas las cosas que destruía.

Para el segundo mes sin verla, casi finalizando el año, Hisoka se dio cuenta de que no podía.

Incluso con el charco de sangre a sus pies y el reflejo de su rostro demacrado, solo pensaba en ella.

¿Por qué era tan difícil aceptar que él también la amaba?



(T/n) observo la carta de dos corazones, acariciando los bordes gastados con la yema de los dedos. Había una que otra mancha de sangre vieja pegada en el cartón, Hisoka solía cuidarlas con dedicación y se apegaba demasiado a los mazos.

Fue paciente, fue sincera... ¿Por qué no lo aceptaba de una vez?

Cuando se dio cuenta, ya tenía la carta partida en dos trozos, para pronto tirarla al cesto de basura.

Si iba a regresar, más le valía apurarse.

Porque no lo esperaría de nuevo, nunca más


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Voy a tratar que los próximos caps sean ligeramente más largos ya que son los últimos, además así puedo darle un buen cierre a la historia <3 No se asusten, no va a pasar nada malo (? 

¡Espero que les haya gustado! 

¡Nos vemos la próxima! 

25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora