El departamento de Leorio siempre tenía un aroma a perfume masculino fuerte y a productos de limpieza. Su bolso con ropa cayó encima del sofá de su oficina, y no pudo evitar pasar sus ojos por el enorme librero cargado de libros de medicina. Le daba cierta tranquilidad saber que, aunque sean unos días, (T/n) estaría libre de cualquier pensamiento invasivo o recordatorio de la existencia de Hisoka. Como unas mini vacaciones, donde se concentraría en ella, su trabajo...
Suspiro, escuchando la voz de su amigo en la lejanía del departamento, hablando por teléfono con Gon.
Inevitablemente, una sonrisa apareció en sus labios. Actuaba como un padre cuando se trataba de aquel joven cazador, siempre pendiente de su bienestar, o si necesitaba algo, lo que fuera. (T/n) se dio cuenta que su vida hubiera sido mucho más fácil y tranquila si alguien como Leorio era su alma gemela.
Casi al instante, sintió una punzada de dolor; culpa.
A pesar de todo, no se arrepentía de que Hisoka sea su alma gemela.
Salió de la oficina que de momento sería el lugar donde dormiría (se negaba a aceptar la cama, Leorio la necesitaba mucho más que ella) y parpadeo rápidamente en el momento que el castaño oscuro le lanzo una sonrisa dientuda. Definitivamente, el o la alma gemela del futuro médico seria alguien muy afortunado.
Sus ojos cayeron en su mano, la misma donde estaba el hilo rojo enroscado a su meñique. Llevaba varios días sin poder visualizarlo con facilidad, y eso significaba que Hisoka se encontraba bastante lejos de ella, mucho más de lo normal. La idea le generaba pánico, angustia y un enorme enojo también, porque prácticamente había huido de todo.
—(T/n), iré a buscar a Gon y a Killua, ¿vienes conmigo? —Leorio la bajo a tierra con suavidad, apoyando una mano amistosa en su hombro.
Tenía que prepararse para una misión, pero de todas formas asintió.
Después de todo, estaba encantada con la idea de conocer a las dos personas que más abundaban en la boca de Leorio.
Hisoka se preguntó de que huía exactamente, ¿de sus propios sentimientos? Parecía lo más obvio, y aunque se formule a si mismo miles de preguntas, era innecesario. Él mejor que nadie sabía de qué huía. La simple respuesta lo hacía reír con amargura porque a pesar de todo, su pasado siempre lo seguía, siempre, siempre... Sin importar cuanto avanzara, o lo mucho que hiciera para borrarlo, allí estaba, listo para saltarle encima ante el más mínimo momento de estabilidad en su vida. Se le colgaba en la espalda, lo ahogaba y buscaba hundirlo.
Apretó el vaso de vidrio entre sus largos dedos, casi partiéndolo en pedazos.
Y en ese momento, visualizo una porción del hilo rojo que lo ataba a (T/n). Tuvo que parpadear varias veces para verificar que no era una ilusión. Porque a veces le daba la impresión que lo era; cada momento, cada sonrisa, cada beso... parecía que iba a desaparecer en cualquier instante, hundirse en lo profundo de su pasado. Era lo poco que quería rescatar de los altibajos de su relación.
—Cada día puedo mentir mejor —se dijo a sí mismo, bebiendo el trago de alcohol de golpe, para después alejarse de la barra. Tenía una misión que terminar.
—¿Eeeeh? ¿Eres el alma gemela de Hisoka? —había gritado Gon, su rostro plasmado con sorpresa e incredulidad—. ¿De verdad?
Killua a diferencia de Gon, sabía fingir perfectamente su sorpresa, pero sus ojos curiosos estaban expectantes por una respuesta.
—Mhm, si, en verdad lo soy —dijo, casi riéndose.
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25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]
FanficSer el alma gemela de Hisoka Morrow, es, posiblemente, una de las cosas más difíciles que le pudo tocar. Era una relación rodeada de problemas y situaciones poco agradables, donde a veces llegaba a creer que Hisoka solo la veía como un juguete más...