A medida que se acercaba a la enorme torre de Heaven's Arena, (T/n) podía sentir la ansiedad creciendo en el fondo de su pecho, su boca pronto secándose como si estuviera a punto de enfrentarse de nuevo a la Quimera que mato a sus padres. Había estado muy pocas veces en la arena, la mayoría de esas veces era solamente para ver a Hisoka pelear y darle apoyo (aunque no es como si lo necesitara en verdad, pero el pelirrojo tenía esa manía de regalarle su triunfo a ella, como un gato entregando una presa muerta a sus pies).
No necesitaba preguntar en que piso se encontraba su alma gemela, sabiendo perfectamente en que piso se hospedaba de memoria. Tan solo subió al ascensor indicando el nivel al que iría y eso fue todo. Las puertas metálicas al cerrarse le recordaron que estaba tan solo a unos metros de distancia de la persona que le trae tanto dicha como desgracia. Lo que hiciera a partir de ahora iba a definir el camino que la relación tomaría, o tal vez no...
Con el bolso con algunas de sus pertenencias colgando de su hombro, (T/n) agradeció a la joven que la acompaño hasta el piso, pronto notando la enorme cantidad de Nen acumulándose en los pasillos, perteneciente a los diferentes participantes que se hospedaban allí. Era asfixiante, para cualquiera lo seria, pero nada se comparaba a la sed de sangre de Hisoka, así que estaría bien.
Sus pasos eran amortiguados por la alfombra roja, y se detuvo antes de girar en la esquina, una gota de sudor deslizándose por su nuca.
Fue en ese momento que noto la presencia de tres hombres, claramente peladores experimentados de las Arenas. Probablemente pensaron que ella era una nueva participante por la forma amenazadora en que la observaban, pero la joven tan solo se hizo camino entre medio de ellos sin dirigirle otra mirada. Tenía cosas más importantes que atender antes que lidiar con, seguramente, unos cazas recompensas o mercenarios de baja categoría.
—¿Crees que eres la gran cosa por llegar a este piso, hm? —dijo uno, sosteniéndola de manera abrupta por la muñeca, ejerciendo más fuerza de la necesaria.
Su bolso se golpeó contra el costado de su cuerpo, y pronto su Nen hizo acto de presencia esperanzada de que ello fuera suficiente para ahuyentarlos. Su reaccionar solo los hizo reír, y su creciente tensión se transformó en un futuro gruñido que quedó atascado en el fondo de su garganta. Solo quería reencontrarse con Hisoka, discutir con él, posiblemente golpearlo y luego besarlo como si fuera el último día de su vida.
Abrió su boca para decir algo, pero la presencia bastante familiar del Nen de Hisoka apareció, arrasando todo a su alrededor con una enorme aura asesina. Agradeció tener el suyo activado o ahora estaría en la misma situación que esos tres.
—Me parece muy grosero que interrumpan la reunión de dos almas gemelas, ¿no crees, (T/n)? —estaba sonriendo, pero era de lejos la sonrisa más amenazadora que podría estar mostrando ahora mismo.
La mano que la apresaba retrocedió con velocidad, y cuando fue liberada, enseguida la figura alta del pelirrojo se interpuso en el medio.
—¿T-Tu alma gemela es Hisoka? —titubeo uno, retrocediendo a medida que el mago avanzaba con lentitud.
Era posesivo, si, sin duda alguna, pero nunca de esta manera. (T/n) casi sintió pena por esos tres cuando el cazador alzo una mano, varias cartas entre sus dedos. Poco iba a importarle matarlos en un sitio público.
—Si los matas aquí no podrás pelear de nuevo, Hisoka —le recordó, viendo cómo se detenía—. Es mejor que lo hagas en la arena.
Una excusa bastante barata, pero surtió efecto, milagrosamente. Hisoka dijo algo que la joven no llego a comprender, sin embargo, por el rostro atemorizado de esos tres, supo que no era nada bueno, para ellos por lo menos.
El ojos ámbar volvió a su lado, rodeándola por los hombros con un brazo.
—Nos veremos en la arena~ —se despidió, dando un vistazo por encima de su hombro.
(T/n) estaba segura que iban a renunciar a las peleas de Heaven's Arena.
Al abrirse la puerta del departamento, pudo captar un ligero aroma dulzón como a goma de mascar y perfume masculino. Enseguida dejo caer el bolso a un costado de la puerta, suspirando con alivio de por fin estar en un lugar medianamente seguro donde poder descansar.
—Hisoka, tenemos que hablar- —se cortó a media frase cuando el mencionado la sostuvo de la muñeca, alzando la misma a la altura de sus ojos.
Habían quedado unas marcas rojizas del agarre anterior, nada que un poco de hielo no hiciera desaparecer.
—Ah, debí cortarle los dedos... —murmuro, trazando el pulgar alrededor de la zona.
(T/n) se dio cuenta de algo, Hisoka estaba diferente. No sabía con exactitud en qué, pero ya con lo que sucedió en el pasillo eso era una señal bastante clara. Sus ojos ahora se concentraron en ella, alzando una ceja ante su mirada perpleja.
—¿Hm? ¿Dijiste algo, cariño? —preguntó, ignorando por completo que estuvieron cinco meses separados-
La furia le subió por todo el cuerpo, y alejo su muñeca con rapidez de su agarre.
—Debe ser divertido jugar conmigo —espeto, apretando la quijada hasta tal punto que un sonido se produjo—. Siempre parezco la demente en la relación cada vez que digo lo que pienso, porque nunca me escuchas, pero esta vez no me interesa, ¡Estoy furiosa!
Normalmente en esas situaciones su alma gemela se daba la vuelta y se internaba en algún lugar del departamento, dándole poca importancia a lo que dijera. Era como si ella estuviera discutiendo con algo invisible, y cuando quedaba agotada, el regresaba para aprovecharse de su estado de debilidad.
El Hisoka de ahora estaba cruzado de brazos, escuchando.
—Pero ahora te estoy escuchando, (T/n) —replico, ladeando la cabeza con una sonrisita.
Y otra vez se quedó sin habla, ¿Estaba jodiendo con ella? ¿Era otra de sus mentiras?-
El hilo rojo apareció cuando la rodeo repentinamente en sus brazos, hundiéndola en su pecho. Algodón de azúcar, muy, muy dulce. Era como el olor de una feria.
(T/n) no se dio cuenta de que se estaba aferrando a él con una desesperación y miedo palpable, hasta que sintió la tela arrugarse entre sus dedos y las lágrimas inundando sus ojos.
—Deja de jugar conmigo, Hisoka —pidió, en un tono de voz bajo, su rostro siendo alzado por las manos del Cazador.
—Hm, prueba superada —fue su única respuesta, inclinándose hacia adelante, hasta que sus narices se tocaron—. ¿Me extrañaste, alma gemela?
Cuando ella asintió, avergonzada, Hisoka se dijo a si mismo que podía intentarlo.
A su manera, por supuesto.
.
.
La verdad es que planeaba hacerlo un poco más dramático pero la verdad es que Hisoka no presta atención en las discusiones, más bien es uno mismo peleando con la nada. Pero creo que acá dio un paso importante; escuchar a su pareja. No alejarse, ni huir, ni fingir que nada paso, solo escuchar y tratar de entender.
Se me hace raro sacarle este tipo de reacciones pero creo que si estuviera "enamorándose" de alguien, podría tener ligeros cambios como esos que significan mucho en realidad (sobre todo tratándose de él!)
Capítulo largo como recompensa por mi ausencia, estaré actualizando como antes durante esta semana (si no me dan tarea extra...)
¡Espero les haya gustado!
ESTÁS LEYENDO
25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]
FanfictionSer el alma gemela de Hisoka Morrow, es, posiblemente, una de las cosas más difíciles que le pudo tocar. Era una relación rodeada de problemas y situaciones poco agradables, donde a veces llegaba a creer que Hisoka solo la veía como un juguete más...