Hisoka siempre fue bueno observando, ya sea para copiar los movimientos de su contrincante o encontrar un punto débil. A veces, sus ojos se perdían en los paisajes que lo rodeaban en sus viajes; el cielo en sus diferentes tonalidades, las nubes bañadas en luces suaves ya sean por la luna o el sol...nada escapaba de él, de sus ojos curiosos y atentos. Como por ejemplo, ahora.
(T/n) tenía una fotografía vieja arriba del montículo de tierra (la había llevado ella), una simple vela encendida que iluminaba la oscuridad del bosque y unas flores silvestres que había encontrado en la salida de hoy. El pelirrojo se mantuvo al margen, solo siendo un espectador. Su alma gemela parecía estar meditando en medio de ese silencio místico, sosteniendo con fuerza entre sus manos una vieja libreta que fue roída con el tiempo, las hojas amarillentas delatando su antigüedad.
La luz de la vela proyectaba unas sombras agradables en el rostro de la joven, dándole el aspecto de un hada nocturna o algún ser parecido. Hisoka no festejaba el día de los muertos, porque de nada le servía recordar a los muertos (sobre todo alguien como él, que generalmente era el asesino) pero entonces (T/n) dejo una rosa blanca junto las silvestres y la curiosidad creció en él.
Como si lo hubiera sentido, ella hablo.
—Para tu madre —murmuro, casi temerosa de su reacción, porque sabía lo mucho que Hisoka detestaba que toquen su pasado o las personas conectadas al mismo.
Lo único que escucho fueron sus pasos al alejarse lentamente, yendo en la misma dirección por donde vinieron. No estaba enojado (de lo contrario el hilo rojo se hubiera tensado), sin embargo, había un sentimiento que no podía tocarlo con facilidad, ¿Era angustia? ¿Culpa?
Guardo la fotografía en el bolsillo de su pantalón y apago la vela con un soplido, siguiendo los pasos del pelirrojo.
Lo encontró en el camino que los llevaba de nuevo a la ciudad, esperando de brazos cruzados bajo la luz de la luna, dándole la espalda. Antes de acercarse lo suficiente para preguntarle si estaba bien, él la observo por encima de su hombro.
—Le gustaban las magnolias —dijo, y el dorado de sus ojos le recordó a oro líquido.
(T/n) enredo su brazo con el ajeno.
—Lo tendré en cuenta para la próxima vez.
El Cazador volvió a centrar la vista en el camino, perdido en sus propios pensamientos. De cierta forma, el comentario de su alma gemela le genero tranquilidad (tranquilidad de saber que, alguien además de el recordaría a su madre). Se preguntó cuántas veces la joven repitió durante su vida la misma tradición de honrar a sus muertos, sola y en medio de la oscuridad, tal vez a veces llorando...y decidió que, aunque no fuera del todo familiar con esas tradiciones, podría por lo menos acompañarla de ahora en adelante. Observarla, y aprender.
Al percibir a la distancia un grupo de jóvenes, su sonrisa habitual adorno sus labios, pronto arrastrando a la joven consigo.
—Hay un local abandonado en esa dirección, ¿cierto? —sonaba entusiasmado, y se daba una idea del por qué.
¿Qué mejor forma de celebrar el día de brujas que asustando personas?
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No muy relacionado con la temática pero me pareció algo tierno<3 Además de que estoy cien por ciento segura de que Hisoka seria de esos que visita frecuentemente lugares abandonados solamente para darle un susto a algún curioso/a que decidiera recorrer el mismo (o para jugar al típico gato y rato).
¡Espero que les haya gustado!
¡Nos vemos la próxima!
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25 días con Hisoka [Hisoka Morrow x Lectora]
FanficSer el alma gemela de Hisoka Morrow, es, posiblemente, una de las cosas más difíciles que le pudo tocar. Era una relación rodeada de problemas y situaciones poco agradables, donde a veces llegaba a creer que Hisoka solo la veía como un juguete más...