-Ey, despierta Beb- sentí como alguien me movía lentamente pero lo ignore y segui en mi hermoso sueño- ¡que te despiertes dije!- me grito aquella voz, más fuerte acompañado de un enorme almohadazo que hizo me despertara de golpe.
-¡¿Qué te pasa?!- le devolví el grito sobandome la cabeza por el golpe, por más que haya sido una almohada el golpe fue duro.
-Ya te estaba llamando hace rato pero no hacías caso- hizo un puchero involuntario y salió de la habitación.
Ese, queridos amigos, es mi amado mellizo, Marcos.
Déjenme presentarme. Me llamo Beb y soy una espía, supongo que comenzamos fuerte, pero quería ser sincera. Como ya les dije soy una espía. Mi familia principal se dedica a lo mismo y amigos también. Fuera del trabajo no soy más que una chica normal por lo que solo tengo una amiga ya que tengo que aparentar ser alguien tímida y reservada, por lo que pasar desapercibida y no tener tantos amigos es lo mejor.
Baje las escaleras una vez ya lista y me encontré con mi madre y mi hermano, se veían muy cansados ya que la noche anterior habían tenido una misión, yo me quedé en casa porque ya estaba algo lastimada por la última misión que ya había tenido, eso lo agradecí ya que me sirvió para descansar.
-¿Cómo amaneciste?- me pregunto mi madre con una sonrisa amable.
-Bastante bien... si no fuera porque casi me quede sin cabeza- dije lo ulmito mirando de reojo a Marcos que solo rodo los ojos. Rodar los ojos es algo que tenemos como costumbre entre nostros.
-Yo lo mandé a que te levante- me explico mi mamá al darse cuenta de nuestro intercambio de miradas- enseguida tienen que irse al colegio.
-Ya, está bien- susurre rodando los ojos.
Luego de unos minutos donde cada uno estaba desayunando tranquilamente Marcos habló.
-Ya es hora de que nos vayamos- dijo rompiendo el cómodo silencio, luego me miró- Beb...
Aunque de portada Marcos parece alguien irritable, es una gran hermano. Se preocupa por mi y ambos somos muy apegados el uno con el otro más de lo que se creería.
-Marcos, sabes que no puedo. Tal vez el próximo haya una oportunidad- le di una sonrisa amable y simplemente salió de la casa sin decir una palabra más, claramente disgustado. Mamá me dio una mirada tranquilizadora y me dijo que me fuera y eso hice.
Vi como Marcos se subía en el auto mientras yo buscaba mi tierna bicicleta para ir al colegio.
Sabia perfectamente que a Marcos no le agradaba del todo esta idea de "no ser hermanos" ante el ojo público.
Desde pequeños que estamos así, solo muy pocas personas (a las que incluye familiares) saben que somos hermanos, claro.
Esto de ser espías, normalmente se pasa de generación en generación. Nuestra familia es una de las fuertes e importantes dentro de todo esto, por más que sea muy poco. Mi padre era el encargado de dar la cara por la familia; ahora que está muerto, somos mi hermano y yo. Gracias a eso, el distanciamiento público que teníamos antes, en el presente incremento al menos el triple. Por más que estemos en el mismo instituto, no pasamos a tener más relación que la de conocidos. Todo esto por seguridad, tanto como la de nosotros como la de seres queridos.
Luego de estar unos minutos más, hundiéndose en mis propios pensamientos, llegué al colegio. Una vez segura, entre al edificio.
Ya a pasado una semana desde el primer día de clases por lo que todo ya estaba un poco más tranquilo y organizado. Respire hondo tratando de acostumbrarme una vez más al olor de sudor, cosa que fue una terrible idea pues el olor era peor, hice una mueca y me dirigí hacia mi casillero, saqué los libros y libretas que usaría en el día.
Trate de llegar a mi primera clase: Historia. Digo 'trate' ya que sentí un pequeño estirón en mi brazo. Solté un gemido de dolor y miré al causante, era Lucia. La chica que se dedica a molestarme día a día. La mire de reojo ya que por alguna razón noble gustaba que la mire directamente.
-Fijate por donde vas, ratita- aviso y asentí, no quería cagarme el día tan temprano.
-Lo siento- masculle y la escuché hacer un sonido de queja para luego volver a su camino.
Suspire y me dediqué llegar lo más rápido a la clase.
(...)
Faltaba poco para la hora del almuerzo. Estaba ansiosa por que mi amiga quedamos en encontrarnos allí, ya que había llegado tarde y no tuvimos tiempo de encontrarnos antes.
Cuando sonó el timbre espere pacientemente a que los alumnos salgan del aula para que sea mejor para mi. Una vez fuera observé que la mayoría iba a la cafetería y otro grupo de estudiantes al parecer se iban a otros lugares, aproveche para salir.
Me enfoqué en buscar a Lila (mi amiga) de camino a la cafetería, pero alguno me interrumpió.
-¡Ey, pequeña rata!- escuché a mis espalda. Estaba caminando por los vacíos pasillos y no necesitaba darme vuelta para saber exactamente quienes eran- ¿a dónde crees que vas? En todo el día no nos vimos y noz vimos, ¿dónde está la educación hoy en día soltó con ironía la misma voz.
Y ahí estaban los más "populares" del colegio. Realmente se creían la gran cosa, algo que era irritante. Y como no, yo soy la que aguantaba todos sus insultos, tenía que ser tan sumisa como era posible, y eso es lo que trataba de hacer.
Para sorpresa del público, los mismos chicos que me molestaban eran los amigos de mi hermano, el mismo que insistía cada vez que podía en revelar nuestra relación. Irónico ¿cierto?
No me molestaban a tal medida de querer romperles la nariz, solo un par de insultos y unos "favores", nada del otro mundo, cosas que no me no molestaban seriamente, cosas de las cuales no me importan. Nunca llegaron a alzarme la mano, eso no lo iba permitir, si tan solo uno de ellos pensaba en tan solo pegarme o hacerme algo brusco no me importaba el papel de niña tímida y reservada, yo también les daría de lo suyo. Como (lastimosamente) Marcos estaba en su grupo de amigos él me dijo que tampoco iba permitir eso.
-Oye, ven aquí. Hazme las tareas de Quimica y Lenguas- me dijo Thomas buscando lo que parecía ser sus cuadernos.
-Si, también mis tareas- dijo con voz chillona Lucia, que se encontraba con ellos.
De ese modo cada uno me fue entregando sus tareas para que las haga. Esto era cosa de todos los días, ya ni me importaba.
-¿Y tú?- le pregunto Thomas a mi hermano, haciendo referencia para me entregue su tarea, yo solo le di una mirada tratando de decirle que me entregue sus tareas- vamos amigo, ella siempre lo hace muy bien. Un día de estos tienes que soltarte con la ratita.
-No es la gran cosa, no le veo el sentido a que ella haga mis tareas. No quiero que toque mis cosas- dijo seco, se que estas cosas no le gustan y lo note por que luego tragó duro. Sus amigos se rieron y se fueron no sin antes notar como Marcos me da una mirada apenada, la pasaba muy mal pero no se podía hacer nada, tampoco hacía falta que lo hiciera.
Luego de ese pequeño suceso trate de guardar los cuadros en mi bolso, como eran muchos no tuve otra opción que cargar con algunos en mis brazos todo el día, supongo.
-¡Beb, espérame!- escuche a mis espaldas mientras seguía buscándole a Lila.
-¿Paul?
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La música que pongo en multimedia es para que la disfruten cuando leen.
-M
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¡¿La Nerd Es Espia?!
Teen FictionBeb es una chica normal, con una vida normal y una familia normal... o es lo que ella quiere que todos crean. Es una espía, y como todo espía debe tener su identidad en secreto, desconocida por todo y todos. Este año será diferente de los demás, te...