Día 11

27.9K 2.6K 7.7K
                                    

Harry despertó tranquilamente en la cama de aquel hombre que estaba rompiendo su mundo y armándolo nuevamente alrededor de unos ojos azules que se sentían como el paraíso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry despertó tranquilamente en la cama de aquel hombre que estaba rompiendo su mundo y armándolo nuevamente alrededor de unos ojos azules que se sentían como el paraíso.

La tarde anterior, el rizado tenía miedo de que el estúpido rubio le contara a Louis la cagada que había hecho; sin embargo, sus miedos eran infundados, pues cuando llegó la noche y fue al departamento del castaño, este lo recibió de la misma manera que todas las noches anteriores, cenaron juntos entre comentarios sobre el trabajo y luego tuvieron una fantástica noche de sexo.

Perfecto.

Perfecto porque fue con Louis.

Rodó en la cama, buscando el cuerpo cálido de su acompañante, pero solo encontró sábanas frías que lo hicieron abrir los ojos. Efectivamente, se encontraba solo en la cama, y a juzgar por la temperatura de las sábanas, el ojiazul se había levantado hacía ya un buen rato.

Se irguió dispuesto a buscarlo justo en el instante en el que la puerta que daba al baño se abría y de ahí salía el castaño, con el cabello goteando y el gesto serio. Gesto que cambió en cuanto lo vio y sustituyó por una sonrisa un tanto apretada.

—No me despertaste, Lou. —Harry dijo con un tono exageradamente ofendido, claramente bromeando.

—Lo lamento. —el castaño apretó más su sonrisa y caminó hasta su armario para vestirse —Si deseas ya puedes ir a bañarte. —comentó sin mirarlo.

El rizado frunció el ceño confundido.

—Oh, hmmm, claro. —se puso de pie, tronó cuidadosamente su espalda y se acercó a Louis, dispuesto a abrazarlo; sin embargo, el más pequeño se escabulló rápidamente fingiendo no haber notado las intenciones del ojiverde.

—Será mejor que te apures, ya es tarde. —dijo tranquilamente, abotonándose la camisa de un celeste pálido y sin mirarlo.

—Quizás tendríamos tiempo para algo más si me hubieras despertado un poco más temprano, gatito. —comentó en tono pícaro y divertido.

—Quizás. —concedió el ojiazul —Pero hoy es tarde y tienes que arreglarte rápido.

Harry abrió la boca para decir algo más, pero rápidamente la cerró al caer en cuenta que fuese lo que fuese que dijera, esto sería un motivo de disconformidad para el castaño. Le dio una sonrisa cariñosa y se acercó, dejando un suave beso en la sien del menor, antes de ir a bañarse.

Se bañó velozmente, sonriendo tontamente ante la vista de su propio gel de baño al lado del de Louis y sus cepillos reposando en un mismo vaso. Vagamente pensó en que siempre se había negado a que Nerea dejase cosas en su departamento o a dejar las suyas en el de su novia; no era algo que le quitara el sueño, pues la pelinegra lo sugirió un par de veces y ante la negativa del rizado, no le dio mayor importancia y siguió con su vida.

Mientras se limpiaba cuidadosamente, fue inevitable pensar en la situación ridícula en la que se encontraba.

Por un lado estaba Nerea, que en todos los sentidos era el prototipo de mujer perfecta y por otro lado estaba Louis, que lo hacía sentir vivo como jamás antes se había sentido.

Heterosexuality [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora