Heterosexuality [l.s]

Día 10

¿Alguien notó que me olvidé de este banner en los capítulos anteriores? XD

Louis estaba huyendo.

No tenía ningún sentido negarlo ni mucho menos fingir que si no contestaba las llamadas de Harry, era por trabajo, por ver a su madre o por cualquiera de las excusas que se había estado inventado sin cesar desde el día anterior con tal de no cruzarse con él tras la incómoda plática que mantuvieron en el baño.

Al volver a la empresa, el castaño fingió no notar la reacción sorprendida y ligeramente preocupada de Melody, cuando le dijo con voz firme y sin titubeos que no quería que nadie lo interrumpiera, ni siquiera el señor Styles y que lo detuviera a toda costa, pues tenía demasiado trabajo como para lidiar con él.

También fingió que su teléfono quedaba sin batería y fingió no notar cuando el aparato se apagaba, tras quedarse – de verdad – sin batería. Se negaba a cargarlo, pues sabía que de inmediato tendría llamadas o mensajes de aquel que sin dudar, se había convertido en la mayor de sus debilidades.

Era una reacción tan cobarde como natural, pues en medio de su atolondrado corazón y su cada vez más racional cerebro, sabía que Harry no había dicho lo que había dicho porque así lo sintiera, sino por miedo – un miedo que Louis no podía comprender del todo, pero que cada noche, antes de dormir, veía en los orbes verdes que suplicaban por un algo que él no podía entender –; pero, a pesar de saber de la falsedad en tan crueles palabras, no podía sacarse de la mente, la idea de que así sería en adelante.

Louis no tenía la certeza de que seguiría con Harry tras el matrimonio de este, pero los gestos y palabras que el rizado tenía con él a veces, lo hacían dudar de la fecha de expiración de aquella relación que habían construido en medio de un arenal de mentiras y secretos.

La manera en que Harry hablaba de un futuro – como si de verdad existiera esa posibilidad para ellos – hacía a Louis pensar que el ojiverde planeaba mantenerlo como amante incluso después de convertirse en un hombre casado.

Se había negado a analizar a fondo esa posibilidad y lo que implicaba moral y sentimentalmente para él; pero la escena del miércoles y la cruda y firme negación que había salido de los labios rojos que lo enloquecían, habían terminado por matar cualquier rastro de esperanza que su tonto corazón se había aferrado en conservar.