Heterosexuality [l.s]

Día 08

Para Silvia, porque hoy se hace un añito más vieja; porque es adorable, siempre me hace reír y me calienta el corazoncito con todo su cariño y apoyo. Para ella, esperando que esta loca que escribe de madrugada, le traiga un poquito de alegría.

—Maldita mierda...—gruñó, cerrando con fuerza los ojos cuando la luz del día golpeó de lleno sus pupilas.

—Mhhh...—escuchó el suave ronroneo a su lado.

Abrió los ojos lentamente, cubriéndose con una mano, y giró la cabeza a su derecha, donde encontró el delicado rostro de aquel ángel de ojos azules que estaba tomando más de lo que él estaba dispuesto a perder. Tragó hondo al sentir la respiración pausada y la elevación sutil del pecho del menor, en su costado y la tersa piel del castaño contra su brazo.

Sonrió suavemente, incluso con el dolor latente en la sien, cuando Louis se estiró levemente y se acomodó mejor en la cama, sin haber despertado ni siquiera por un segundo.

Recordó todas las veces en las que el ojiazul se había quejado del sueño pesado que Harry solía tener, sin embargo, no habían hablado de que el castaño también tenía un sueño profundo del cual era difícil sacarlo – principalmente por lo precioso que lucía con el gesto relajado y dulce –; el rizado alzó una mano con cuidado y acarició delicadamente el pómulo anguloso de su compañero.

—Dulce ángel...—susurró amoroso, recordando parte de lo sucedido el día anterior y sintiendo su corazón explotar de dulzura al rememorar el trato cuidadoso que el menor había tenido con él.

La despedida de soltero había sido un evento que él había obviado – quizás a propósito – de su calendario personal, no era algo que quisiera recordar o una situación a la que concederle importancia.

No en ese momento, y quizás nunca.

Louis se le había declarado.

Louis, el descarado e irresistible jefe de publicidad le había dicho en voz firme y sin titubeos que se había enamorado de él. Lo había dicho como si lo estuviera honrando, como si le informase que lo había elegido entre todos los miserables del mundo, para otorgarle el mayor de los regalos.