Capítulo 9

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Tienda de Cartier- Roma, 2016.

Tatiana caminaba por los pasillos de la tienda de brazo con su cuñado; Sergio Marquina. Ambos se detenían a ver las joyas exhibidas en cada urna pero Sergio estaba visiblemente incómodo y distante, aunque le había prometido a Andrés ser menos frío con la pelirroja le costaba demasiado incluso entablar una conversación decente.

- Le dije que quería el collar de María Felix porque amo los reptiles. La colección la sacaron hace tiempo y son unas réplicas divinas... Mira nada más- Ambos se detuvieron frente al collar expuesto en una urna de vidrio.

- Se ve bastante costoso Tatiana - Dijo Sergio acomodándose los lentes y tragando saliva.

- Lo es, pero me lo merezco... Soy su esposa ¿no?, es que joder: Oro amarillo de 18 quilates, 1000 diamantes amarillos, 1060 esmeraldas- Saboreo, incluso tenía la pupila dilatada mientras miraba el collar. Sergio la miró fastidiado, aquella mujer era la representación humana de una migraña.

Andrés de Fonollosa, vestido con su gabán favorito y un sombrero de cuero, caminaba más adelante, iba visiblemente molesto e incómodo pero no perdía de vista las cámaras de seguridad. No estaba delinquiendo ni mucho menos, o al menos no aún, pero siempre estaba precavido.

Por otro lado su esposa y su hermano poco prestaban atención a esos detalles. A Tatiana la amaba realmente, pero aquella relación que empezó como un encantador juego prohibido entre una joven aventurera e irreverente y un ladrón, se había convertido en una banalidad completa, ella sólo vivía para los diamantes y para el peligro. Esas fueron características irresistibles para él en un inicio pero joder, ¿se iba a pasar el resto de su vida con esa niñata? No todo se basaba en sexo pero eso era lo único que los unía realmente.

Al llegar al mostrador de anillos de compromiso Tatiana y Andrés se miraron inmediatamente por una fracción de segundo... Cartier era Cartier, no podían esperar menos de la calidad de joyas pero lo que los sorprendía más era la seguridad tan precaria, o eso parecía. Sergio se soltó del agarre de Tatiana y se disculpó para ir a tomar un poco de aire, Andrés continuó su recorrido guardando la distancia de su esposa mientras esta tenía problemas despegando los ojos de la vitrina.

Madrid- España presente.

Narra Alicia

Como ya dije tengo sueños recurrentes con mi hermana, ya hace varios años que murió pero cada noche que despierto exaltada y sudada por haberla soñado siento que hay algo que quiere decirme, si es que eso tiene algún sentido. En esos días de pesadillas tomé la decisión de ver por primera vez las cintas de seguridad de la joyería que mostraban todo el operativo en el que terminó perdiendo la vida, el caso para ella estaba concluído pues fue la misma policía quien accionó el gatillo... Sin embargo, para mí había demasiadas incógnitas aún, sabía que iba acompañada de alguien y que esa persona logró huir ¿Quién era ese? No voy a negar que me hervía la sangre al saber que todo el peso de la ley no le había caído a ese hijo de la gran puta.

Yo nunca dejo trabajos a medias, siempre termino cada caso, cada investigación, cada interrogatorio, cada tortura, por eso mi excelencia es y siempre ha sido indudable en esta institución. Sin embargo, el inspector que tomó este caso era un cojonudo que tiró todo a la basura tan pronto tuvo oportunidad, nadie se preocupó por seguir buscando al otro ladrón aunque ellos digan que tienen orden de captura por toda Europa, no creo una mierda, este es caso archivado... Pero no para mí. Tan pronto pude, dí la orden para que Cartier enviara más material de grabación de los días previos a ese atraco, y fue en esas cintas cuando lo vi...

Sergio Marquina, caminando de brazo con mi hermana por toda la puta joyería. Bingo. El famoso profesor del célebre atraco a la fábrica nacional de moneda y timbre... Siempre me fascinó ese atraco y aunque no pude ser la inspectora al mando porque estaba cuidando una bebé y encargándome de mi marido enfermo de muerte, siempre tuve fé en Raquel Murillo pero la muy hija de puta resultó siendo una traidora.

CATHARSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora