Capítulo 10

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Siempre que volvía a Madrid lo hacía vuelta mierda, agotada y sin ganas de ver a nadie que no fuera Leo. Me sentía como una persona diferente, como una espía Rusa o una mierda así... Como si llevara doble vida, en un lapso de 12 horas podía estarle poniendo la máscara de gas a Aníbal y luego estar trenzándole el cabello a Leonor mientras veíamos Frozen.

Una noche de esas cuando Leo ya había caído profundamente dormida, apareció en mi puerta Adrián Villar.

- ¿Vamos a comer?-

- No puedo, no tengo niñera- Dije con la cabeza asomada por la pequeña ranura de la puerta, no quería cenar con nadie y mucho menos con Villar, que se fuera a la mierda me gustaba más.

- Joder que arisca, se te va a arrugar esa linda carita muy pronto-

¿Qué mierda hacía Villar en mi casa a esa hora? Por más que intentaba descifrar en sus ojos no podía ver más allá y de todos modos no me confié, tenía una corazonada...

- ¿Cómo sabías que estaba en casa hoy?-

- Tamayo-

- Seguro... Entonces viniste a ¿Hacer vida social nada más?-

- Claro que sí- Sonrió. - Y a ver si podemos bailar de nuevo... Dejaste mucho que desear aquel día, estáis un poco oxidada Sierra-

- No me jodas. Yo no quiero bailar contigo, estoy cansada y tu cara era lo último que me apetecía ver la verdad-

- Venga, yo invito-

Villar quería información, abrí la puerta completamente y me recosté en el marco - Te voy a ahorrar el puto circo y te lo diré... Me han encargado una misión muy importante en Inglaterra, no puedo adelantar mucho más pero ya que estás tan cercano a Tamayo de seguro él lo hará-

- Es decir que si el profesor y su banda de idiotas vuelven al ruedo por Aníbal Cortés... No contamos contigo, inspectora-

- No sí, claro que sí- Sonreí.- Es más que probable que me llamen a mí a negociar ¿Quién mejor que yo?-

- Hoy lo hablamos junto a Prieto... Nadie te mencionó a ti- Me hirvió un poco la sangre en ese momento.

- No es importante que mencionen frente a ti, ambos cuentan conmigo a ojos cerrados-

- Y ya que tienes ese título tan prestigioso de "La torturadora"- Se mofó.- ¿Cómo es que no estás tú torturando a Cortes?-

Hijo de puta, me limité a sonreírle con el mayor desdén mientras él me correspondía - ¿Sabes cocinar?- Pregunté y él asintió con una sonrisa en la cara. Algo extraño pasaba con Villar, siempre lo supe y qué mejor momento para interrogarlo.

- ¿Tienes familia?- Pregunté mientras le hacía pasar.

- Soy viudo, eso tenemos en común al parecer- Dijo mirando las fotos con Germán que colgaban en las paredes.

- Vaya, que agradable comentario- Torcí los ojos.

- Pésimo sentido del humor tienes Alicia- Le dirigí a la cocina luego de que se quitara su saco.- La cocina no es lo tuyo, ¿Verdad?- Dijo al ver el montículo de empaques de comida vacíos que descansaban a un lado de la mesada.

- Por algo me casé con un chef- Le dediqué una sonrisa irónica y él rió.

Abrí una botella de vino luego de indicarle dónde encontrar las cosas que podría llegar a necesitar y me senté en el desayunador frente a él.

CATHARSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora