Capítulo 24 - Sr. y Sra. West.

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El día siguiente, desperté y me di cuenta de que había dormido en el sofá, papá estaba en el suelo y mamá estaba recostada en su abdomen. Los tres nos habíamos quedado dormidos ahí.

Me levante con mucho silencio y caminé hasta mi habitación, busque entre la ropa y elegí unos jeans rasgados y una camisa roja un poco ancha. Saque mis tenis All-Stars del mismo color de la camisa, bajo la cama. Y los lancé cerca del pie de la cama. Tuve una ducha, y al salir me vestí, y cepille mi cabello por un largo rato mientras cepillaba mis dientes.

Al estar completamente lista, baje las escaleras y mis padres aun dormían.

Así que cogí una de las ollas de mamá, y una cuchara metálica, y encendí el estéreo a todo volumen mientras golpeaba la olla con la cuchara.


-¡Arriba Bellos Durmientes!.. ¡Despierten niñitas! -Les grite.

-¡Brielle!.-Gritaron ambos poniéndose en pie, estaban molestos. Yo tire las cosas sobre el sofá y salí del lugar corriendo.

Cuando me dirigí al auto, miré que este no estaba. Como primer pensamiento creí que mamá o papá tenían algo que ver, así que entre.

-¿Y el auto?.-Mamá al escucharme, se preocupo demasiado y corrió afuera a ver que había pasado. Y como sorpresa mía, ella regreso molesta.

-Basta de bromas ya, señorita. Se te hace tarde.-Dijo entrando.

-¿Y piensas que voy a volar hasta Kings...-Al mirar el auto me quede en completo shok y negué.-¿De dónde saliste tu?.-Subí a el, cerré la puerta y me dirigí hasta el Hospital. Baje de este, y entre al edificio. Cuando ya estaba ahí, la Sra. Marshall no había llegado, y una pareja estaba esperándola en la barra de recepción.

-¿Necesitaban algo?-Pregunté sonriendoles, la Señora volteo a mi y respondió.

-Somos John, y Margareth West. Estamos de visita.-Dijo devolviendome la sonrisa. Por Dios, ¡Eran ellos!.

-¡¿Nathaniel West, cierto?!.-Reí y asentí.-Yo puedo llevarlos a el.

-¿No hay un horario de vistas o algo así?.-Pregunto el Señor.

-No, así que pueden seguirme.-Camine por el pasillo, guiando a los padres de Nath. Era genial, estaba muy nerviosa, quería conocerlos aun más.

La Señora Margareth West era alta, de piel caucásica, cabello rubio y lacio y casí el mismo color de ojos de Nath. El Señor John West, era alto, de piel medio caucásica, cabello café oscuro, lacio, y ojos color verdes. Ambos vestían muy bien. El Señor usaba un smoking y la Señora saco y falda. Al estar frente a la habitación de Nathaniel, pase la tarjeta y entre, el estaba sentado en la camilla, y al verme, sonrió.

-Hola preciosa.-Su sonrisa se borro al ver a sus padres entrar, hizo un mal gesto y volteo la mirada al suelo.

-¡Mi bebé!.-Dijo la Señora caminando a el, abrazándole con fuerza. Nathaniel ni siquiera se molesto en contestarle, o peor, corresponder el abrazo.

-Que grande estas, Nathaniel West.-Dijo su padre palmado su espalda.

-¿A qué vinieron?.-Preguntó Nathaniel molesto.

-¿A que mas mi amor?.-Ella beso la mejilla de Nath, y el la limpio rápidamente.

-Estamos de visita.-Dijo su padre.

Nathaniel me miro, y sonrió.


-Ella es Brielle Smith, es una princesa.-Dijo Nathaniel extendiendo su mano a mi.

-Hola, es un gusto. Pero no soy princesa.-Reí tomando la mano de Nathaniel.

-Es un gusto.-Dijeron en coro.

-Y..¿Ya sabe que estas loco?-Dijo su madre como si no le importara lo que sintiera Nath.

-Sí, es hermoso que su hijo sea especial.. Y sea esquizofrénico.-Dije molesta.

-No, mi hijo es un completo enfermo.-Rió su padre.

Miré a Nathaniel, y el bajo la mirada. Algo que no soporte.

-Y usted un idiota.-Dije más que molesta, alterada.

-¿Disculpa?-su padre me miro confundido.

-Sí, así como lo escucho.-Dije. Y Nathaniel rió.

-Ella es así.-Dijo Nath.-Perfecta.

-Es igual de malcriada que tu.-dijo su madre, Nath la ignoro y volteo a mi.

-Puedes irte, estaré bien, sobre viviré, lo prometo.-Dijo sonriendome.

-¿Seguro Nath?.-Reí leve acariciando el torso de su mano.

-Seguro princesita.-Dijo sonriendome, sin apartar sus ojos de los míos. Así era más que imposible que yo quisiera irme de ahí.

-Bien, Nathaniel, hasta luego.-Salí de la habitación, y me dirigí a la cocina.

Estando ahí, no dejaba de pensar en Nath y en sus padres.

-¿Y cómo son?-preguntó Sandy riendo.

-Son unos idiotas.-dije molesta.

-¿Tanto así?-Rió un poco.

-Sí, tanto así.-Respondí apoyando mis brazos sobre la mesa, esperando los desayunos.

Cuando estos estuvieron listos, Sandy y yo los repartimos.

Así se fue el día de lento, desayuno, almuerzo, receso y cena. No había visto a Nathaniel y eso me tenía preocupada. Quería saber como estaba. Cuando llego la hora de irme, no quise hacerlo y espere un poco más para ver a Nathaniel, así que me dirigí a su habitación, y justo sus padres pasaban por el pasillo.

Empuje la puerta de la habitación de Nathaniel, y entre.

-Nathaniel. ¿Estas vivo?-Reí al verlo.

-De milagro. Son un par de tontos.-Rió.

-Eso es bueno.-Reí sentándome a su lado, en la camilla.

-Mañana iremos a cenar juntos.-Dijo volteando a mi.

-Pobre de ti Nath, sufrirás.-Reí leve acariciando su mejilla.

-Sufriremos, dirás.-Dijo riendo un poco.

-Yo no, tu iras con ellos.-Dije negando.

-Oh no, tu vienes conmigo. Le dije a mamá que no saldría de aquí si no era contigo, y ¡Acepto! Así que usa tu mejor vestido.-Rió.

-¡Estas loco Nathaniel! Lo siento, estas solo en esto.-Reí empujandolo leve.

-Brielle, no me hagas esto.-Rió.

-Ni loca, ah no, no, no.-Reí bajando de la camilla.

-¡Vamos Brielle! En serio te necesito.-Dijo viéndome seriamente.

-Esta bien, Nath.-Dije.

-¿Lo juras?-Dijo viéndome fijo.

-Lo juro.-Murmuré.

-Listo, estas metida al mismo agujero conmigo.-Dijo Nath entre risas.

-¡Que buen tarado eres!-Dije empujandolo suave, mientras reía.

-Perfecto Brielle. Hasta entonces.-Dijo sonriendome de lado.


-Hasta mañana Nath.-Le sonreí saliendo de su habitación.

Salí del edificio, y subí a mi auto.

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