Capítulo 21 - ¿La Verdad de Kings Park?

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Mi cuerpo no reaccionaba, era una pelea interna en mí sobre moverme y correr, o quedarme viendo como venía tal cosa hacia mí. Pero no podía, estaba clavada ahí y me era imposible.

Tenía la apariencia de ser una persona, pero al mismo tiempo no. Las luces del pasillo no dejaban de apagarse y encenderse, y tal espectro parecía acercarse más a mí. Sus piernas eran alargadas y delgadas, demasiado delgadas, casi como si fueran huesos, al igual que sus brazos, los cuales arrastraba dejando atrás sus muñecas y flacos dedos. Traía un vestido roto color blanco, sucio, y con manchas rojas. ¿Eso era sangre?

Su cabello castaño y sucio caía hasta su cadera, era una mujer. Corrí la mirada lentamente desde sus pies hasta la cabeza. Su rostro no se visualizaba por estar atrás de su cabello, casi como si no tuviera uno, desde ahí goteaba lo que parecía ser sangre, y cuando estuvo más cerca de mí, pude sentir el hedor.

Necesitaba moverme, pero no respondía mi cuerpo, seguía en shock. Su espalda parecía tener jorobas, y su cabeza casi estaba a la mitad de su cuerpo, ni siquiera tenía cuello. Me quede de pie ante ella y hasta tenerla frente a mí, muy cerca, pude ver con dificultad si rostro. Si es que podía llamársele así a algo parecido a un rostro de cera derretido. El olor a putrefacción era insoportable, sentía que me desmayaría en cualquier instante.

Levantó uno de sus largos brazos pasando sus dedos delgados por mi hombro tomándolo con fuerza y presionándolo con mucha ira. Dolía, pero estaba aterrorizada y no me podía despegar. Abrió su mandíbula tanto como pudo, y libero un grito chillante y muy fuerte.

Mi cuerpo despertó.

Sus uñas afiladas comenzaron a rasgar mi hombro, la tome de su muñeca, empujando su brazo con fuerza zafándome de su agarre, y comencé a correr. El espectro liberó otro chillante grito y corrió atrás de mí.

No sabía a donde iba, estaba corriendo a ciegas, las luces de los pasillos seguían apagándose y encendiéndose, pero tenía que correr. Choqué varias veces con paredes, y objetos, pero lo que me perseguía no lograba alcanzarme.

No logré ver que el camino que había tomado acababa en escaleras abajo, y resbalé. Caí por estas rodando y golpeando mi cabeza en la pared, miré hacia arriba buscando al espectro, y debido al golpe mi vista estaba nublada y fue con dificultad que visualice que este estaba siendo empujado y retenido por una niña con cabello largo y rubio. Aproveche el momento y a pesar del mareo y el dolor, me puse de pie y baje las escaleras lo más rápido que pude, empujando puertas y entrando a lugares desconocidos sin importar qué había del otro lado, solo quería perderme de aquello.

La última puerta que abrí me llevo a un salón parecido a un sótano, el polvo se sentía en la nariz y las telas de arañas a donde sea que caminaras te retenían. Atrás de varios muebles que estaban al fondo, podía verse una luz tenue. Trate de llegar hasta ahí, sin dejar de voltearme hacia atrás con temor a que apareciera de nuevo aquella cosa. En uno de esos momentos, choque con una silla, pero no una cualquiera, tenía algo en sus reposabrazos y arriba en donde se reposaba la cabeza, no podía ver qué era, pero se me hizo inquietante y comencé a buscar algún interruptor o alguna bombilla colgante. Alce mis brazos hacia arriba buscándolas y en ese momento todo el salón se iluminó.

-¿Estás seguro que escuchaste algo por acá, Lenny?

-Te lo he dicho más de dos veces, sí, deja de estresarme y busca.

Eran dos empleados, ambos eran del club de locos del tipo raro de hace unos días, y estaban parados justo de donde la luz provenía. Me escondí atrás de unos muebles de madera parecidos a una repisa e intente no hacer ningún ruido.

Kings Park AsylumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora