Capítulo 5 - Lentitud en el tiempo.

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Tarde alrededor de dos horas en acabar mis tareas, deje todo a un lado y me quede dormida.

Desperté, el ruido de mi despertador hizo que lo hiciera, me levante sin ganas realmente, y me metí a la ducha.

Luego de prepararme para ir a la preparatoria, me despedí de mamá y partí.

Cuando estaba en el salón era lo típico, personas sentadas en las mesas, chicas coqueteando con chicos, el maestro de literatura dormido, etc.

Tome asiento y pre sentí que esto duraría una hora. Y luego, clases todo el resto del día con Satán. Horrible.

La operación de Nathaniel empezaría a las diez, y acabaría cerca de las once de la noche. Eso me tenía, a parte de tensa, y preocupada, muy nerviosa. No dejaba de pensar en el. Levante la mirada a la pizarra, y Satán ya había llegado. Aun mas nerviosa.

No paro de hablar sobre las matemáticas y y todo eso, en solo 3 horas. Estaba que me lanzaba por la ventana.

Cuando el día acabo en la preparatoria, que.. ¡Gracias al cielo acabo! Fui directo al hospital. Estando ahí tome asiento en unas sillas pequeñas sobre la sala de espera, y aguarde. La operación de Nath llevaba cerca de unas horas, pero los minutos se me hacían eternos esperando. No estaba cómoda, no estaba tranquila, y no me iría hasta obtener una noticia positiva sobre todo. Y Prometí estar aquí.

Traté de dormir un poco, pero se me era imposible por todos los pensamientos que tenía en mente, apoye mi cabeza hacia atrás con la pared y miré hacia arriba, había un cartel roto, levante mi mano a el, y lo toque por unos segundos, luego me puse en pie y camine por la sala de espera por varios minutos. El tiempo no pasaba, y estaba muy desesperada, fui al sofá y me senté sobre el apoyando mi cabeza sobre el borde de este.

Sentí que alguien tocaba mi hombro repetidas veces, y abrí mis ojos. No sé como paso, no sé en que momento, pero me había quedado más que dormida.

-¿Señorita Smith?-Preguntó una joven enfermera.

-¡¿Qué hora tiene?!-Me levante de un golpe.

-Es la una y media de la madrugada, señorita.

-¡Diablos!-Coloqué mi suéter, y arregle mi cabello con rapidez.

-¿Esperaba saber algo sobre el joven Nathaniel?-Preguntó al ver que yo me iba, sin decir o preguntar algo. ¡Pues lo había olvidado!

-¡Sí!, ¿cómo está el?, ¿y cómo resulto la operación?-Me escuche demasiado alterada.

-El esta bien, y la operación tuvo los resultados positivos que se esperaban. Puede verlo mañana por la tarde, el debe estar en reposo mucho tiempo.

Asentí y respiré profundo, muy aliviada. Ahora, lo que no me aliviaba era la reacción de mis padres.

Agradecí a la enfermera, y salí del hospital. Pero, había una tormenta con relámpagos, y viento fuerte. Tendría que llegar hasta donde estaba el auto, pero.. ¿Cómo lo haría?.

Ni modo, tendría que llegar empapada. Corrí hasta donde estaba el auto, y trate de abrirlo, pero no podía. Tarde cerca de dos minutos y al entrar estaba mas que empapada.

Conducí a casa, y al llegar, no quería ni imaginarme lo que pasaría. Abrí la puerta de casa y estaba lo que mas temía. Mis padres esperándome en la sala.

-¡Brielle Smith!, ¿Qué pasa contigo?, ¡¿Dónde demonios estabas?!-Gritó mamá desde el sofá, y caminó hacia mi.

-En el hospital.

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