Capítulo 25 - Una cena en el infierno.

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Cuando llegue a casa, mamá y papá tenían una reunión de vecinos ahí. Y estaban jugando bingo entre otros juegos de mesa, pase por la cocina y robe unos bocadillos, subí a mi habitación y cerré la puerta.

Me preparé para dormir y me recoste sobre la cama tratando de hacerlo, sin que el ruido me molestará.

Al despertar, me levante de la cama y me preparé para otro día en el Hospital.

Cuando pase por las puertas del edificio, Sandy estaba atendiendo a clientes, mientras la Sra. Marshall mostraba el edificio a otros.

Me toco repartir la comida sola, y cuando pase por la habitación de Nathaniel, el estaba conversando con Zoe. Era raro, ella estaba más en Nowhere Land por los problemas de aquel lugar.

El día se fue demasiado rápido, y en todo este no deje de pensar en esa noche y en la cena que tendría Nathaniel con sus padres, y como un buen amigo me invito a ir. Vaya que me había metido en un buen lío. Ni siquiera sabia que usaría.

Al llegar a casa le dije a mis padres que iría a una cena, ellos aceptaron con la condición de que no regresara a casa muy alcoholizada y diciendo incoherencias.

Subí a mi habitación y lance sobre la cama todos los vestidos que tenía, pero ninguno me convencía.

Tome el vestido color negro, y ondulado del final, el cual llegaba arriba de las rodillas, tenía tirantes gruesos y era de encaje hasta la cintura. Recordé que no utilizaba zapatos altos, y reí. Iba a verme ridícula ante los ojos de sus padres si utilizaba otro tipo de zapatos. Fue ahí cuando acudí a mi querida madre. Ella me ofreció unos del mismo color del vestido, y no eran tan altos como suelen ser.

Tome la ducha, me vestí, y miré mi cabello hecho un desastre, pero mamá se encargo de el recogiendo la mitad de este y sujetandola con un prendedor resolvió mi problema en un minuto. Utilice un poco de maquillaje, y un poco de perfume.

Corrí al auto, y subí a este conduciendo hasta el restaurante donde habíamos acordado con Nathaniel. Al llegar ahí, con solo verlo desde afuera era uno de esos restaurantes para personas adineradas. Donde un vaso con agua te valía el precio de mi propia casa. Exagerando.

Baje del auto y entre ahí, el chico de la entrada preguntó si tenía alguna reservación y yo le dije que venía con la familia West. El chico me guió hasta su mesa. La cual estaba afuera sobre un balcón, y podían observarse luces de la ciudad.

-Señor y Señora West, Nathaniel, Es un gusto verlos.-Dije tomando asiento. Nathaniel solo rió y dio un golpe suave en mi brazo.

-Hola, chica que me ha llamado idiota.-Dijo su padre.

-Lo siento, no soporte la idea de que le dijera enfermo a Nathaniel.-Dije alzando un poco la voz.

-¡Oh No! Empezamos mal la cena.-Dijo su madre cubriendo la boca de su esposo.

-¿Cuál? Tengo un buen rato de esperar alimentos.-Dijo Nathaniel molesto.

-Espera Nathaniel, ya casí estarán aquí.-Sonrió su madre.

-Hablanos de ti Brielle.-Dijo su madre sonriendome.

-¿Qué quiere saber específicamente?-Pregunté.

-Ya sabes, a que te dedicas, que edad tienes, y esas cosas.-Dijo su padre.

-Estoy en mis últimos meses de mi año final. Pero ya casí para acabar este año nos han dado dos meses de vacaciones antes del mes y medio final, este septiembre.-Dije respondiendo a su pregunta.

-¿Que haces en Kings Park?-Pregunto su madre.

-¿Trabajar?-Respondí, era obvio lo que hacia ahí.

-Oh, eso lo sé, pero me refiero al porque.-Dijo su madre ante mi no muy buena respuesta.

-Brielle ama el servicio social, es un ángel que reparte amor y solidaridad.-Dijo Nathaniel hablando de mi como si fuera algo cierto.

-No es cierto, hice una apuesta con una amiga y ¡Bang! Gané. Trabaje en Kings Park y conocí a su hijo, quien hizo que viera vacas volar y esas cosas.-Reí. Y Nathaniel también lo hizo.

-Eres una boba ¿Sabias?-Me dijo Nath empujando suave mi hombro.

-Sí, lo sabia, pero es culpa tuya.-Reí haciéndole cosquillas. El se aparto y sus padres no dejaban de verme y eso me incomodaba.

-¿Pasa algo?-pregunté y ellos negaron.

-Para nada, joven. Solo que aun no lo sé.. No me cabe en la cabeza la idea de que tu seas amiga de.. Nathaniel.-Dijo su padre como si hubiese algo de 'Repudio' hacia el.

-¿Disculpe?, ¿Porqué habría de ser algo malo ser su amiga? Es decir, el no tiene ninguna enfermedad que se transmite al tacto, o tan siquiera una enfermedad que sea mortal o algo no lo sé.. Es más, este niño ni siquiera parece enfermo. Y si usted tiene algún problema con ello yo le aclaro que el es el tipo de personas que puede tener la cantidad de amigos que el desee por que es una persona preciosa del corazón. En cambio ¿usted?, usted ni siquiera podría llegar a tener una buena amistad por el simple hecho de toda la basura que tiene en la cabeza.-Sentí que al decir eso libere un gran peso de encima, pero al mismo tiempo temor. Y eso cambio cuando el padre de Nathaniel re lamió sus labios asintiendo.

-Gracias por sus palabras de halago, señorita Smith.-Pronuncio su padre para luego dar un trago a su Martini seco. Su madre me miro por un largo rato para luego bajar la mirada y asentir.

Alrededor de cinco minutos después, los meseros llegaron con la comida. Y era un platillo típico griego llamado Moussaká.

-¿Eso es Moussaká?-Pregunté a Nathaniel.

-Pensé que no sabias que era.-Dijo su madre riendo.

-La miré por un largo rato, tomando en mi mano un platillo de comida, y se lo lance a la cara. Bien. Eso quisiera decir, pero en realidad no fue así. Solo le sonreí mordiendo mi labio inferior. Ella sintió la razón de la mirada y dejo de reírse al sentirse intimidada.

Después de ese momento no les dirigí la mirada y la palabra a los padres de Nath. Solo conversaba con el, y el conmigo. Era como si sus padres no estuvieran ahí.


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"- Moussaká: es uno de los platos griegos más famosos, por lo que hay varias versiones. La más famosa es la que lleva carne picada, queso gratinado, salsa bechamel, berenjena y un chorro de aceite de oliva."

Kings Park AsylumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora