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Ya en cama, los dos nos acomodaron para dormir, pasé mi brazo por la pequeña espalda del menor, que ya estaba casi dormido, me quedé un rato acariciando sus delgados cabellos rubios hasta que ya se había dormido, seguí a su lado un rato más, hasta asegurarme de que su sueño era profundo, me levante porque aún no era mi hora para dormir, y salí para ver en que estaba Alex, quien probablemente estaba jugando algún videojuego de esos que tanto le agradaban; la sorpresa me la llevé yo al ver que estaba jugando un juego muy... ¿Rosado? Parecía juego de niños, tenía unos personajes que parecían sacados de un dibujo animado –¡Coño!– gritó fuerte lanzando el mando a uno de los muebles –Es que ese tío es idiota– me acerqué con cuidado de no alterarlo más –Eh, Alex ¿Todo bien?– pregunté llegando por detrás –Tu tío, este juego me saca de quicio– lo mire bien, parecía tierno a mis ojos –Parece de niños, ¿No se ve complicado?– su expresión cambió, y empezó a reírse –No es complicado dices, toma un mando y vente a jugar, a ver si no será complicado– por como lo dijo parecía dar miedo, pero accedí.

–¡Coño!– grité –Un gilipollas me a tirado de la hexagonía – estaba realmente alterado, no sé que me hizo este juego –Lo sé Rubén, lo ví– me contestó mirandome –Ese gilipollas fui yo– le dediqué una mirada de odio por como se estaba riendo –Joder, pero como querías que ganará, solo queda un tipo y yo– se sentó en estilo indio sobre su mueble y empezó a ir más lento, para lograr la victoria –¡Vamos!– gritó muy fuerte, tanto como para levantar a quien debía estar durmiendo –Calla tío, Alex está durmiendo– regañe, por qué sus gritos se oyeron por toda la casa –Iré a la cocina ¿Necesitas algo?– pregunté, necesitaba ir, ya se acercaba la hora –No nada, gracias; hay leche en la nevera– me comentó aún concentrado en el juego, saque una de sus ollas sin usar de la alacena, tenía juegos de ollas nuevas en ese lugar, empecé vertiendo leche y sacar un paquete de galletas para Alex, oí un grito venir de la sala donde tenía dos pantallas planas, solo para él –¡Vamos!– exclamó, luego escuché unos murmullos Y sollozos –Perdón niño– era la voz de Alexby, parecía consolar a... ¡Alex! No puede ser, ¡lo levantó!

Rápidamente llevé la leche y galletas a la sala, donde Alexby trataba de consolar a su sobrino, quién sollozaba llamándome por quejidos –Shh, por favor ¿Qué puedo hacer para que no llores? No me gusta verte así– desde lejos veía como trataba de calmarlo –No podrás, el único que sabe cómo, es Samuel– confesé entregando las galletas y la leche –¿Samuel? ¿De Luque?– preguntó –No me digas que olvidé decirlo– troné mis dedos algo nervioso, Alex se reía por mi actitud –Prometo contártelo todo, pero mañana, debo llevar a Alex a acostarse– pedí, y tomé lo que Alex había dejado para llevarlo a la cocina –Tranquilo fiera, no es para tanto, solo me sorprendió, todo a su tiempo– calmó entre risas –Hasta mañana tito Alex– dijo el pequeño para acercarse a darle un beso en la mejilla como despedida –Hasta mañana niño– se despidió despeinando sus cabellos castaños-rubios que sobresalían de su cabeza –Ahora sube para que mañana te levantes temprano– el pequeño subió las escaleras corriendo esperando a me apresurara para que vaya con él –Muchas gracias por dejar que los quedemos acá– en mi mirada había algo que hizo que Alex sonría –No hay de que Rub–.

Me recostó al lado del pequeño acariciando su pancita con suavidad en movimientos paulatinos para que se arrulle –Papá ¿Por qué el cielo es azul?– Había llegado el momento de las preguntas que se cuestionaba todo el día, las guardaba en su memoria para preguntarme cuando iba a dormirlo –Porque... El cielo se refleja en el océano y este también es azul– inventé una respuesta rápida para que pueda comprender –¿Y por qué el océano es azul?– volvió a preguntar –Pues, cuando los peces hablan dicen "blue, blue, blue" y eso es azul en inglés– me había acostumbrado a buscar respuestas inventadas para que Alex entienda, siempre me preguntaba cualquier cosa –Papá, Valentín va a tener un hermanito– contó –Ah, ¿En serio?– cualquier cosa era buena para entretenerlo –Si, dice que será niña– "No me sorprende" pensé, su mamá siempre estaba esperando un bebé –Papá– me llamo –Dime Chiqui– el tomó mis manos para jugar con mis dedos mientras hablábamos –¿Puedo tener un hermanito? Prometo ser bueno con él– pidió casi suplicando –Eh, yo... Creo que por ahora no se podrá– contesté –¿Por qué?– volvió a preguntar –No podemos ahorita– respondí –¿Por qué? ¿Como se hacen los bebés?– sudé frío.



Uiss...

Perdón mis días están muy, muy atareados, hasta me olvide que tenía celular:(

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora