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Pasamos un rato mirando los canales, al no encontrar algo agradable para ver, empecé a buscar en mi móvil alguna película en Netflix, ya que parecía que se estaba aburriendo aquí –Cuentame algo– solté de la nada mientras ponía una película –¿Te parece si te cuento algo del trabajo?– me preguntó –Claro, claro– asentí, me empezó a contar sobre sus pequeños, como jugaban, compartían, y uno que otro que se peleaban, por fortuna no pasaba nada grave, se veía contenta hablándome sobre eso, la película seguía transcurriendo, pero solo mirábamos por partes, ya que la mayoría del tiempo nos la pasamos hablando; la película ya estaba terminando, durante todo ese tiempo estuvimos conversando, y nos acercamos más de lo que estábamos en un principio, no sé en qué momento la abracé, pero lo había hecho, y ella estaba recostada sobre mi, no sé porqué solo estaba mirando sus labios, me percaté de que ella miraba los míos, un impulso me hizo besar los ajenos, moviéndome suavemente sobre ellos, me empecé a echar para atrás sobre el sillón, la tomé de sus caderas para sentarla en mi regazo, los besos subían de intensidad, yo no estaba hecho de piedra, sentía como mi sangre estaba empezando a acumularse en el área sur de mi cuerpo.

No me sentía preparado para algo así, pero no sabía cómo parar; sus manos se colaron por debajo de mi playera, ¡Las mías estaban debajo de su blusa!, Solo la tomaba de la cintura, pero no me sentía bien para hacer algo así, lo sentía muy pronto –Para, para– susurré tratando de alejarla con toda la delicadeza posible, ella se detuvo –Creo que fue demasiado– comentó –S-si– le respondí por lo bajo –Creo que me debo ir– fue lo último que dijo para tomar su bolso y salir del apartamento casi corriendo, solo quede en el mueble, tendido un poco extrañado por lo rápido que se fue, pero me tuve que levantar para poner los prendas en su lugar para poder ir a recoger a Alex, quién a esta hora debería estar durmiendo, solo rogaba de que su tío no le haya dado dulces más allá de lo que le mandé, porque sino no conciliaría el sueño, y no dormiría sus horas para levantarse de buen humor para ir a su colegio; tomé las llaves del coche para dirigirme nuevamente a la casa de Alex, con música para el camino.

Toque la puerta, se abrió al rato dejándome ver a Alejandro –¡Hombre!– exclamó recibiendome de un abrazo, el tono el su voz me hizo preocupar –¿Y Alex?– pregunté tratando de ver el interior de su casa –Vaya que estás hecho una fiera– comentó señalando unas marcas en mi cuello, parecían ser labial, trate de limpiarlo con la manga de mi abrigo –No quiero hablar de eso– susurré –Por eso llegaste rápido– especuló, lo aparte y me metí a su casa –Alex– llamé y no apareció, escuché unas risas de fondo, provenían del patio, así que fui, era mi niño que saltaba en el trampolín de Alex, quién se lo había comprado, solo saltaba para desestresarse –Hola papá– seguía saltando, ah, de ahí venía la agitación de su tío cuando me recibió ¿Por qué estaba tan enérgico? Se supone que a esta hora tendría sueño –Alejandro Bravo– no fue necesario gritar, estaba a mi lado, y estaba usando mi voz de cuando estaba molesto, a pesar de que no lo estuviera tanto, creo que debería dejarle en claro que específicamente le dije algo que hizo mal, vi que expresión cambiar. 

Ya tío, es que se cayó, y no sabía cómo calmarle, así que le dije que le daba un poco de mantecado y chocolate, se calmó con eso y para gastar energías pensé en dejarlo subir al trampolín un rato, en mi defensa creí que llegarías más tarde– comentó cruzándose de brazos, solo reí, sabía cómo era mi hijo, si yo no podía calmarlo, dudaba que alguien más pudiera, a excepción de Sam, que él pudo hacerlo mejor que yo; lo "perdoné" por haberle dado dulces, y nos sentamos en unas bancas que estaban en su patio, dispuesto a platicar me preguntó sobre lo que dije en su entrada –No se que me pasó, la cosa empezó a subir de intensidad, pero no me sentí bien haciendo eso, solo quería parar; ella se fue, se paró y se fue rápido, no se con qué cara la veré mañana– termine de hablar, el solo me miró sonrió un poco y habló –Mañana lo llevo yo– dijo –Quédense, tengo suficiente espacio, mañana lo llevo a su centro y de ahí bajo a desayunar algo, tu nos dejas a ambos allá, y vas a trabajar ¿Qué te parece?– parecía muy buena idea, pero dudaba. 




Buenaaaaas ¿Como están? Espero que bien.

Buzón de sugerencias/preguntas/lo que sea💕

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora