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Eh... ¿Sam no te había dicho para ver una exposición de aviones?– ojalá se olvide de su pregunta –¿Sam?– bueno, me preguntó otra cosa –El señor que estuvo con nosotros, el del super– un pequeño "ahh" salió de sus labios –¿Tienes sueño pequeño?– negó haciendo un puchero –No tengo sueño, y no quiero dormir– bostezo cruzándose de brazos –A dormir enano– creo que al decirle eso se molestó más porque frunció el ceño igual que su madre –No soy enano, yo ya soy un niño grande– se quejó –Ya Alex, ¿Sabes que es lo que hacen los niños grandes?– empezó a mirarme con más atención aún sin decir nada –Los niños grandes duermen temprano para jugar todo el día siguiente– abultó nuevamente sus labios acurrucandose en el pecho de su padre volviendo a bostezar –Papá– llamó al mayor –Dime Chiqui– respondió haciéndole cariño en su espalda –Te quiero mucho– lo abrazó con las pocas fuerzas que le quedaban para finalmente quedar dormido –Y yo a ti pequeño–.

Ya de día alistaron sus cosas para salir, lo que habían llevado ya estaba en el coche, Alexby llevaría a Alex en su propio auto, siendo Rubén el primero en irse para dejar el carro en su casa e irse a pie al trabajo, debía de ejercitarse más, se la pasaba todo el día sentado, eso no le favorecía, sus amigos le aconsejaban que salga más seguido, que no se preocupe por el niño, que ellos lo cuidaría con tal de que salga de la rutina, pero se se negaba, no quería perderse ni un segundo de la vida de su pequeño; ir caminando por las calles le gustaba, había dejado de hacerlo cuando empezó a levantarse más tarde, sus horarios habían cambiado y necesitaba descansar más, aprovecharía lo temprano que se había ido, para ir a por un café al Starbucks local, al salir tan temprano no tomo desayuno, pero le dejo todo preparado a los chicos; estaba en la fila para ordenar cuando sintió que alguien lo toco desde atrás, llamando su atención por el hombro, se giró a ver quién era -Hostia de Luque, me has asustado- exclamó llevándose la mano al pecho de forma exagerada.

-¿Que haces por aquí?- preguntó el moreno uniéndose a la espera para ordenar -¿No deberías estar con Alex?- volvió a preguntar buscando con la mirada disimuladamente al pequeño -Alexby se ofreció a llevarlo por hoy- la expresión del mayor cambio a una de sorpresa -¿Alex está acá? ¿No se había ido con Frank a...?- el castaño le cortó en ese momento -No hablamos de Frank, ya no- bajo el volumen de voz para decir eso último -¿Que pasó?- preguntó interesado -Si Alex se entera que te lo dicho me va a matar- presionó sus manos en puño -Tranquilo- lo calmó sonriendo como ponía unas manos sobre sus puños, de alguna manera eso lo calmó -Si no quieres, no me digas, también te digo que soy muy bueno guardando secretos- sonríe mostrándose amable -Tonto- golpea sin fuerza una de las mejillas del mayor -Rubén- habla suavemente señalando con sus ojos hacia el frente, el sigue mirando sus inmensos ojos cafés que lo habían atrapado -¡Rubén!- llamó esta vez captando su atención -La fila ya avanzó– señaló a su al frente -Debes ordenar- la realidad cayó sobre Rubén cómo un balde de agua fría poniéndolo nervioso el seguida.

Tras ordenar se salió de la fila esperando al pelinegro ya que tocaba quise lo atiendan -Ya está macho, ahora a esperar- dijo habiéndose a un lado para que los demás pudieran ordenar -Vamos a buscar una mesa- volvió a hablar echando un vistazo al local, buscando un sitio libre para que se sentarán a platicar, después de todo estaban 45 minutos antes de la hora de ingreso; el mayor visualizó como una de las mesas era desocupada, y corrió hasta ella para poder apartarla –Rubén por aquí– lo llamó, el castaño se acercó para avisarle que debía ir por su bebida y merienda –Vale– le respondió el moreno sentándose a esperar, justo en ese momento llamaron al pelinegro, y le pidió al menor que si le podía llevar el suyo que acepto inmediatamente –Acá están las órdenes– dejó la bebida del mayor junto a un bagel que había pedido mientras él saboreaba su dulce frapuccino con su pan de pavo –Y ¿Algún chico que te robe suspiros?– preguntó el castaño sonriéndole coqueto –Uff– bufó –No, nada serio, algún desliz en un antro, pero no– contó jugando con la bebida moviendola en círculos –¿En serio?– le preguntó aún mirándolo fijamente –Bueno... Será difícil de contar–.

Tengo tiempo– el pelinegro se acomodó para poder relatar –Había un chico, se llamaba Jayden, trabajábamos juntos, teníamos el mismo círculo de amigos así que pronto nos volvimos cercanos, salíamos tanto en grupos como solo nosotros dos; hubo un día que fuimos a casa de una amiga, había una fiesta, yo lo quería ir, pero terminaron convenciéndome para que vaya, la fiesta transcurría como cualquier otra, había gente que bebía más que otra, yo solo bebí soda toda la noche, no tenía ganas de más, así que llegada la media noche yo ya me quería ir a dormir, después de todo era fin de semana y solo quería estar en casita, me dijeron que llevara Jayden a su casa, ya que era el único que sabía dónde vivía, así que lo lleve prácticamente a rastras ya que él quería seguir en la fiesta; una vez que llegamos lo ayude a subir a su pieza para que se cambie y duerma, pero cuando estábamos en su habitación, quedamos frente a frente y el sin playera, empezó a balbucear varias cosas para que luego nos quedemos mirándonos; él se acercó a mí, estando a escasos centímetros de mi boca, me beso suavemente y al terminar de hacerlo dijo que le gustaba desde mucho tiempo atrás–.

¿Y qué pasó? ¿Qué hiciste?– preguntó al notar que había dejado de hablar –Huí, renuncie al trabajo y me ofrecieron otro, así que hice maletas y volví a España a la semana siguiente– sonrió al notar que había pasado hace nada de tiempo, sus piernas rozaban por debajo de la mesa, pero ninguno se daba cuenta –¿Y él te gustaba?– preguntó Rubén cual adolescente fuera –Aún me gustaba alguien, y por miedo de olvidarlo preferí alejarme– dio el último sorbo a su bebida para dejarla en la mesa –¿Y quien es esa persona?– volvió a preguntar el castaño –Es alguien realmente importante para mí, aunque es un poco tontito y aún no se da cuenta– río por lo bajo al ver a Rubén pensativo –Pero no seas cabrón y dime tío– exclamó alterado, era como si fuera una novela que estuviera siguiendo por años –Aun no creo que sea el momento para contarte– volvió a excusarse –Ya debemos ir al trabajo, antes que se nos haga tarde– afirmó para que ambos abandonaran el lugar.


Buenas gente

Hoy ando demasiado feliz, les quiero 💕

Buzón de sugerencias/preguntas/lo que sea💕

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora