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Quiero aclarar que el personaje de Sam, es como su personalidad de la vida real, y él ha mencionado que es muy emotivo y sentimental, lo mencionó en un directo de Twitch. Y es a quien ama so...

-Rubius, no tienes que hacerlo ahora- trató de detenerlo el menor de altura -Si no es ahora ¿Cuando?- tomó su chaqueta y salió azotando la puerta.

Momentos antes le había dicho a Irina que lo vea urgentemente en el centro, al lado de uno de los monumentos, técnicamente la haría ir a la plaza para terminar públicamente con ella, era obvio que no lo había pensado, y para colmo había empezado a caer una leve llovizna.

-Déja que camine un poco, después lo seguiremos en el coche- habló cruzado de brazos -Iré a ver a mi sobrino- salió en camino al patio -Cuando vuelva iremos a por Rubén- y se desapareció tras la puerta; Samuel palpó su bolsillo para asegurarse que tenía sus llaves ahí, fue entonces que salió de la casa y se montó en el auto al centro; casi llegando vio al castaño con la ropa mojada, la lluvia había intensificado y no llevaba paraguas -¡Rubén!- lo llamó, el nombrado se giró, y al hacer contacto visual comenzó a correr hacia su destinó. Samuel buscó estacionamiento para luego ir a buscarlo a pie, al encontrarlo al cabo de varios minutos, notó como se abrazaba con la rubia con una gran sonrisa.

Cuando parecía que se iban a alejar uno del otro, el castaño la tomo del brazo y la volvió a abrazar, cosa que hizo que se firmara un nudo donde empezaba el estómago del pelinegro, quién con la cabeza gacha camino a una banca, se le cayó una segunda lágrima, sonaría egoísta pero deseaba que ellos terminarán para poder tenerlo a su compartida disposición, según lo que vio no sonaba a nada de lo que imaginaba. Una mano lo tomo por sobre el hombro, asustando un poco, era Rubén, su niño ¿Qué hacía con ella?

Pasó rápidamente su mano por sus rostro, disimulando la lágrima -¿Doblas?- preguntó, obviamente el nombrado asintió -Sam...- sonrió y se sentó a su lado -Termine con ella- se recostó en su hombro pasando su mano derecha por su pierna, acariciando suavemente, el moreno lo miró, una sonrisa no dudó en salir por sus labios, el castaño solo miraba al frente, callado sin hacer contacto visual.

-Y... ¿Como fue? Los vi abrazarse- pasó su brazo al rededor de su espalda, abrazándolo como podía -Todo fue bien, creo que ya lo veía venir, en buenos términos, después de todo lo hacemos por Alex- eso último lo descolocó un poco -¿Alex? ¿Qué tiene que ver?-.

-Ella es su profesora- sonrió ante la ignorancia del contrario -¿Salías con su maestra?- utilizó un tono de indignación falsa, el castaño bufó, sonrió y asintió aunque no le pudiera ver -Es complicado- tomó su mano y entrelazó sus dedos -¿"Es" ó "era"?- apartó un poco su mano como exigiendo algo -Era- se aferró a su mano y se levantó a depositar un pequeño beso en su mejilla, el cual hizo que se tolera de rojo en cuanto los labios del menor chocaron con su piel.

-Mira, ahí están- se escuchó a lo lejos -¡Papá!- era un gritó que se escuchaba cada vez más fuerte por la cercanía, era Alexby, Mangel y Alex que se acercaban con rapidez, mientras Alex quería ver a su padre, los otros dos corrían tras él para que no se caiga y lastime; al parecer lo pensaron mucho, ya que al llegar a donde estaba su padre, tropezó.

El mayor lo sujetó justo a tiempo, había pasado tan rápido que no habían notado que Samuel se arrodilló en el suelo para frenar su caída, que terminó en un cálido abrazo -Perdón- se disculpó parándose -No pasa nada pequeño- revolvió sus cabellos castaños, y este se los peinó inmediatamente tirando los pelos para atrás.

Papá, ¿Por qué el señor está con los ojos rojos?– preguntó cuando Rubén lo subió a sus piernas –Ese señor se llama Samuel, y está así porque estaba algo triste, pero ahora está muy feliz– apoyó una de sus manos sobre el regazo del mayor –Ahora ¿Puedes ir y darle un abrazo?– susurró en su oido, el niño asintió y se bajó rápido, para acercarse y darle un abrazo al pelinegro –Necesitas un abrazo Señor Sam– por su propia cuenta eligió darle un besito en la mejilla y abrazar su cuello, este reaccionó devolviendo el abrazo y soltó una pequeña lágrima, necesitaba ese abrazo. Terminado el momento Alex se alejó un poco, todos estaban mojados por la lluvia, pero poco les importaba en ese momento, por lo menos a la mayoría –Alex, tenemos que volver a casa del tío Alexby y cambiarte, vas a pescar gripe si te quedas con la ropa mojado– el pequeño asintió y se paró firme esperando a más indicaciones –Voy a decirle a Mangel que traiga su carro– intentó pararse, pero había hablado lo suficientemente fuerte como para que sus amigos lo oyeran –Ni te preocupes, que el gi-Tonto ha pedido un taxi para venir– Rubén rodo sus ojos, y trataban de no hablar con lenguaje soez frente a Alex, entonces no tenían como regresar.



HOLAAAAAAAAAAAA
Sin nada que decir
Tengan un feliz domingo, que es el único día que no tengo clases uwu

Buzón  de  cualquier  cosa

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora