♡Prólogo♡

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-Por favor Rubén entiéndelo, es la oportunidad de mi vida- dijo con los documentos en su mano, mientras alzaba la voz suplicante.

-Esa es también mi vida Samuel, recuerda que estamos juntos, también me afecta a mi- respondió Rubén con lagrimas violentas cayendo de sus enrojecidos ojos.

-Me han ofrecido un puesto de director en diseño de telecomunicaciones, eso me haría gastar un montón de pasta ¿entiendes?- menciono, aun agitando mas los papeles sobre el aire.

-Solo te interesa eso- murmuro Rubén, con intenciones para que no lo oiga, pero fallo.

-No es solo eso, ese era mi sueño, mi meta ¿acaso no lo puedes entender?- Samuel estaba eufórico, no entendía como su novio, primer amor, dueño de su mente; no entendía que había logrado la meta que el mas ambicionaba.

-¿Acaso no puedes cumplir tus sueños acá en España? yo estoy trabajando para Neoattack, tengo lo que mas ambicionaba en mi ultimo año de estudio, y estoy en España, no me iré a otro continente, porque soy feliz acá, contigo- dijo eso ultimo haciendo sobresalir por sobre toda la oración anteriormente mencionada.

-Yo soy feliz contigo, pero esto también me hace feliz, seria dar un paso adelante en mi carrera como profesional-tomo una de sus manos para acercarse a su persona-No es mi elección, es mi sueño-. 

-Si eso te hace feliz, ve ¡hazlo! yo no te lo impediré-dijo Rubén con el rostro empapado de lagrimas, retirando su mano rápidamente, girándose hacia la puerta del apartamento que compartían- Pero solo diré una cosa, no me vuelvas a buscar- se giro solo para decir eso, y de un portado cerro la puerta.

-¡Rubén!- grito al viento Samuel, mientras lloraba fuertemente.

Había pasado un día, Rubén no regreso a su apartamento, Samuel sabia que el castaño se encontraba bien, gracias a Miguel, quien le había mandado un mensaje indicándole que su ¿novio? bueno, que Rubén se había quedado con él. Aquello dejo al mayor tranquilo, confiaba en Mangel, pero aún así había decidido ir a hablar con Rubén.

Al llegar a la puerta del lugar, un escalofrió recorrió su cuerpo, quería llamar a la puerta, pero le daba miedo; miedo a que Rubén no este ahí, miedo a que su separación sea definitiva, miedo a no volverlo a ver. Eso se acabo cuando llamo a la puerta, le abrió Miguel, dejando ver a un Samuel ojeroso, con los ojos tanto como su cara roja del llanto, sin duda le había chocado esa pelea -Esta vez la has caga'o, en grande- dijo mirando al chico de pies a cabeza -Él no te quiera ver, no se lo que a pasado, pero está peor que otra' vece'- le dijo el mientras que con su cabeza negaba a ambos lados -Déjame entrar, necesito hablar con él- Samuel sabia que lo que pedía era posible de que le responda con una negativa, pero aún así debía intentarlo -Solo un rato, pero si se pone peor ¡no vuelves!- advirtió el andaluz dando una mirada intimidante al pelinegro; este paso adentrándose al interior de la casa de su amigo -Está en la habitación terminando el pasillo- le indicó, Samuel empezó a caminar hacia donde estaba, en el camino escuchando como los sollozos se volvían más fuertes; tocó suavemente la puerta, con sus lastimados nudillos ardiéndole al roce con la madera -Rubén- llamó con la voz calmada -Mi vuelo sale en la madrugada, solo quiero verte una última vez- su voz salia un poco entrecortada -¡Vete!- se oyó su voz rota salir desde el otro lado de la puerta -Rub...- fue interrumpido por el castaño -¡Haz un bien a todos, vete y no vuelvas!- Samuel con el corazon en la boca se fue del departamente sin mirar atras, agradeciendole a Miguel por cuidarlo -Mangel, por favor, cuida de él cuando yo no esté- fue lo ultimo que salio de entre sus labios partidos antes de dejar el hogar de su amigo.

"A veces el amor no es lo que creemos, no es un te necesito, sino que es un te prefiero" fue lo que pensó Rubén cuando oyó al moreno dejar el apartamento de su amigo.

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora