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¡Alex, a cenar!– grito Rubén, y desde un pequeño cuarto al final del pasillo salió un niño con la cabellera despeinada con un avión en una de sus pequeñas manos –¿Te lavaste las manos chiqui?– le dijo al menor, quien negó con su cabeza y salió corriendo rumbo al baño a hacer lo ordenado.

Después de tiempo la palabra "chiqui " se quedó en su vocabulario, por mucho que lo detesto por marcharse, él fue una parte importante de su vida, lo amo, y ese apodo fue una manera de recordar el cariño que se tenían en el pasado.

Llegó corriendo un niñito castaño de ojos verdosos color caramelo, que le había heredado al padre –¿Lo hiciste?– el pequeño asintió –¿Y te secaste las manos?– el pequeño volvió a asentir –Vale, vamos a cenar– mencionó y luego lo tomo entre sus brazos y lo llevo a la mesa –¿Qué vamos a comer?– preguntó el pequeño castaño esperando a su padre quien traía los platos –Algo que te gustará– dijo desde la cocina –¡¿Tortilla de patatas con croquetas?!– preguntó emocionado por ser ese su platillo favorito –Tadán– dijo como para sorprenderlo apareciedose con dos platos con la comida mencionada –Gracias papá– dijo y salto a sus brazos en cuanto puso la comida sobre la mesa –No se dan mi niño, no se dan– y lo abrazo fuerte, esos momentos con su pequeño lo llenaban de alegría, y siempre quería que duraran para siempre, pero no era asi, en cuanto menos pensó su bebé se habia convertido en un niño, e iba a infantil, no quería que creciera tan rápido; una vocecilla lo saco de su mente –Papá, ¿Ya vamos a comer? es que se ve muy rico todo– confesó el castaño menor, a lo que Rubén reaccionó con mucha emoción por las palabras que había dicho.

Claro mi bebé– le respondió separándose de él –Que ya no soy un bebé– a Alex no le gustaba que lo llamen así, según él ya era un niño grande –Esta bien cabezón– lo regresó a su asiento mientras despeinaba su cabellera mientras ambos reían –Termina rápido y hoy te leo dos cuentos ¿Te parece?– con eso segurísimo lo convencía para que durmiera más temprano, el pequeño asintió con las mejillas llenas –Come despacio, si no luego te atoras– le advirtió mientras se llevaba una parte a la boca, pasando el rato antes de que se levantaran de la mesa el mayor le dijo algo al pequeño –Tu tío Mangel va ir por ti a recogerte, tengo que terminar algo en el trabajo y por la tarde vamos a hacer las compras de la semana ¿Bien?– para el castaño era normal que cuando su papá se ocupaba, su tío Mangel, tanto como Alex lo cuidarán; le hacia especial gracia cuando ambos lo cuidaban y cuando llamaban Alex ambos volteaban por llevar el mismo hipocorístico –Si, pero hay un nuevo cereal que ha salido, ¿Podemos comprarlo?– preguntó, ya que había visto que venía con una sorpresa dentro –Claro, te has portado muy bien, aparte ya casi se acaba el que tienes– dijo permitiendo darle el gusto –Ahora si vamos para que te asees antes de dormir– Ordenó al ver que ya había acabado su comida, el niño obedientemente fue a lavarse y cambiarse para ese nuevo día, no sin antes exigirle los cuentos que le debían.

/Chat con Mangel/

>Me haces un favor enorme al recoger a Alex «Rubén»
>Cuando quieras estaré para él «Mangel»
>... «Rubén»
>Y para ti también «Mangel»
>☺«Rubén»
>Tanto demoras en responder??? «Mangel»
>Qué tanto haces? «Mangel»
>Estoy preparando las cosas para la presentación de mañana «Rubén»
>Que otra cosa haría a estas horas??? «Rubén»
>Más o menos por las 5 «Rubén»
>Lo recojo de tu casa y voy para el super «Rubén»
>Vale «Mangel»
>Duerme!!! «Mangel»
>Nos vemos mañana «Rubén»
>Vale vale «Mangel»
>Bye «Rubén»

Todo empieza en ti  [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora