Todo empieza en ti [Rubegetta]

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Al llegar Samuel encontró un carro estacionado al frente de la casa del menor, entonces decidió estacionarse en la acerca del frente –Oh– comentó Rubén al reconocer el coche azul –¿Pasa algo?– le pregunta desabrochando su cinturón de seguridad –Es el auto de Mangel– responde al verificar la placa de este –¿Siguen hablándose?– la mirada que el castaño le lanzó era como si pudiera hablar por medio de expresiones "¿En serio?" Con solo mirarlo entendió que su pregunta era tonta, por lo tanto guardó silencio ayudando a bajar la pequeña maleta con algunas de sus cosas; estaban frente a la puerta, esperando el nosequé estaban listos para entrar; Alex iba de la mano de Samuel, que cargaba con un avioncito de metal pequeño, el castaño anteriormente le había dicho que tenga cuidado con ese juguete, ya que era su pertenencia más preciada, con eso en mente entraron a la casa, donde vieron en la sala tanto a Mangel como a Alexby charlando –Oh, ya llegaron– comentó el más pequeño –Tío Mahe– alzó la voz jalando de la mano al pelinegro que estaba a su lado –Hola pequeñín– respondió al abrazo –Sam, este es mi tito Mangel, y allá está mi tito Alex–.

Samuel sonrió cordialmente para luego estrechar sus manos –Miguel– el nombrado respondió igualmente, hubo un poco de tensión entre ellos, luego el de lentes habló solo para el menor y se lo llevó de la habitación, dejando a Samuel y a Alex a solas, ya que el castaño estaba ordenando la habitación donde por segunda noche se quedarían.

–De Luque...– Alargó la última vocal rompiendo el hielo que de había formado entre ambos –¿Cuáles son tus intenciones con Rubén?– preguntó serio, el mayor sonrió curioso –¿De que hablas? ¿De que viene la pregunta?– inclinó ligeramente su rostro sobre su hombro, una brisa recorrió el salón, haciendo que se erizara por el frío –Sabes bien a lo que me refiero– bajo la mirada a su celular para desbloquearlo y enseñarle la foto que Auron había compartido en el grupo; Samuel sudo frío y siguió sin decir nada –La última vez que estuviste en su vida lo dañaste como nadie lo había hecho jamás– recalcó caminando entorno a su cuerpo, se acercó a su persona tomando el cuello de su camisa como si estuviera arreglándolo para susurrar en su rostro algunas frías palabras que no se le olvidaría nunca.

–Tú le haces algo, lo dañas de alguna manera y dejas de existir, y no solo para nosotros– se escuchó abrirse una puerta y el más pequeño se alejó rápidamente –Samu, voy a demorar un poco allá, espero no te moleste quedarte– sonrió y desapareció del campo de visión del alto –Samuel, Rubén es casi un hermano para mí, así que tienes determinantemente prohibido lastimarlo a él, o tratar mal a Alex; ambos vienen juntos ¿Entiendes?– aquella sonrisa siniestra lo hizo asentir inmediatamente –Que bueno, ahora... VAN DEMASIADO RÁPIDO– exaltó el de menor tamaño –Se que vamos muy rápido, también sé que la última vez herí a Rubén, y nunca me lo perdonaré, me enteré de la depresión en la que se sometió después de mi partida, pero no te mentiré si te digo que desde el momento en que deje ese día el apartamento de Mangel, que no lo he extrañado, cada uno de esos días en diez largos años he pensado en él, y si volví es porque cuando lo dejé, una parte de mi se quedó con él, y vine a recuperarlo, a enamorarlo; y si tengo que hacerlo desde cero, junto a su hijo, lo haré–.

Alex sonrió, está vez sinceramente, supo que todo estaría bien, pero no por eso bajaría la guardia –Es por eso que estoy acá, por él, para luchar por él, por qué lo amo, nunca lo deje de hacer– una pequeña lágrima bajó por su mejilla, había vuelto para luchar por su amor –Hay un pequeño problema en todo esto "Chiqui"– imitó el apodo que utilizaba cuando eran jóvenes –¿Cuál es? Estoy dispuesto a todo por él– titubeó un poco, y se decidió por decirle –Irina– al escuchar el nombre recordó que el castaño la había agendado con un corazón al lado, pero ¿Ella que tenía que ver? –¿Mm?–.

–Estan saliendo desde hace tres meses, va algo en serio– Alexby rodó sus ojos –Pero por lo visto ya os comieron todo el morro–.

–Ella no se merece eso– una tercera voz se incorporó a ellos, que sorprendidos se giraron –Voy a llamarla ahorita– empezó a buscar su móvil por la zona –¿Cuanto escuchaste?– preguntó Samuel algo preocupado –Desde que mencionó a Irina ¡¿Donde coño está mi móvil?!– el menor alzó un aparato electrónico de tapa azul, era ese su celular, Rubén lo tomó y salió a la puerta.

Ring, ring, ring...

–¿Rubén? ¿Pasa algo?–.

–Debemos hablar, en persona–.

Perdón la tardanza, estuve full con los proyectos del colegio, pero ahora vuelvo.

Preguntas y weas asi

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Editado porque tengo 2IQ y olvide hacer negrita los dialogos