❝𝖳𝖾 𝗉𝗋𝗈𝗍𝖾𝗀𝖾𝗋é 𝖼𝗈𝗇 𝗆𝗂 𝗏𝗂𝖽𝖺, 𝖢𝖺𝗋𝗅 𝖦𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌❞ (𝐓𝐖𝐃)

T1/Capítulo 7: Reencuentro.

No dije nada por el resto del camino, Rick seguía manejando, en dirección al campamento fuera de la Ciudad de Atlanta. El silencio dejó de apoderarse, cuando oí a Morales hablarle al sheriff.

—Mejor no pensar en eso, sin más se quedó allá. Nadie se entristecerá si no vuelve.— Eso es muy cruel. —Excepto... quizás Daryl.

—¿Daryl?—. Preguntó Rick el nombre, yo también estaba confundido.

Morales le responde. —Su hermano.

No dijo nada más, cuando se escuchaban claramente los enfadosos ruidos que provoca el auto que conducía Glenn, apesar de que oía la alarma del auto, también escuchaba los gritos de Glenn como si ganara la lotería.

—Al menos alguien se la pasa bien.— Comentó Morales haciendo amago de poner una anécdota.

El pelicastaño sonrió apenas. Yo diría que Glenn no se vaya acostumbrando.

(...)

Tenía tapado mis oídos con ayuda de mis manos, apuesto a que mi cara era una de fastidio, fruncía el ceño y también los labios. Habíamos llegado a unas montañas, sentía pequeños tambaleos, supongo que ahora estábamos en un camino terroso.

Ya no oía la alarma del auto rojo que estaba Glenn, apuesto que ya llegamos al campamento. Rick paró la camioneta, Andrea, Jacqui y T-Dog se levantaron rápidamente para tomar sus cosas y salir del camión, me levanté con pesadez. Reflexionando lo que había pasado en el Centro Comercial.

Me encaminé hacia el latino y al señor Grimes, estaba en medio de ambos.
Morales le dió palmaditas amistosamente en el hombro derecho.

—Vengan a conocer a todos.— Luego su mirada posó en mí, sonrió ligeramente para después salir del camión.

Me senté ahora yo en el asiento del copiloto, mirando a Rick preocupado, él se tomó la punta de la nariz, cerrando sus ojos.

—¿Está bien?

—Sí, sí... Es sólo que... los extraño.— Lo miré compasivo, él levantó la mirada, para posarla en la mía, sus ojos comenzaban a cristalizarse.

—No se preocupe. Estoy con usted, recuerde; los encontraremos.— Le sonreí, tomando titubeante la mano donde antes estaba agarrando la punta de su nariz.

—Gracias Lee. En verdad, siempre voy a estar agradecido contigo apesar de todo.— Solté una risa desganada, soltando mi mano con la de Rick.

—No tiene porqué agradecer.

Él se secó las lágrimas con brusquedad, recomponiéndose.

—Vamos. Nos iremos mañana para seguir, no tengo pensado en quedarme y rendirme.

Asentí está vez decidido. Rick bajó del auto, yo me bajé a su lado, cerré la puerta, caminando junto a Rick.

Oímos que Morales nos llamaba. Rick levantó la vista neutral, hasta que su vista se formó sorprendida y estupefacta.

Miré en su dirección y vi que miraba a un hombre que tenía una escopeta, de cabello marrón oscuro que lo traía ondulado.

Luego dirigió su mirada al frente, comenzó a caminar rápidamente hacia alguien en específico, yo quedé parado en mi lugar sin saber que hacer. Hasta quedarme pasmado al oír una voz de otro niño.