T1/Capítulo 12: Código Wildfire.

2.3K 243 109
                                    

Cuando Shane, Rick y Dale comenzaron a retirarse de la caravana para comenzar con el patrullaje, no dejé de mirar a Lori interrogante, ella pareció haberle incómodado ya que también se retiró de mi presencia. Solté un bufido; sospechoso.

Sin perderla de vista, caminé en dirección a la fogata dónde estaban Carl, Sophia y los hijos de Morales, aún sin apartar mi mirada en la silueta de Lori, me senté a un lado de Carl.

—Hola.— Escuché la voz de Carl saludando, sin entender a quien se dirigía, seguí mirando a la pelinegra. Después sentí un movimiento en mi hombro derecho confundiéndome. —¡Eh! Lee, te hablo.

—Ah, qué.— Finalmente, me giré a verlo con el ceño fruncido, sin entender el porqué me dirige la palabra. —¿Ocupas algo?

—¿Adónde fue mi papá? ¿No está aquí?

Me cuestiona preocupado, observando a todas partes con la misma expresión palpada en su rostro.

—Fue al bosque a averiguar si no habían más caminantes, tranquilo.— Al finalizar, giré mi cabeza de nueva cuenta para dirigir mi vista en la posición de Lori.

«Bien, todavía sigue ahí de distraída afilando la punta de un palo». Pensé frío, hasta ya parezco un acusador, pero tenía que estar atento a las expresiones que hacía respecto al comportamiento que tuvo hace un rato.

—Lee...— Siguió hablándome Carl.

—¿Mmh?—. Siquiera me voltee a mirarlo, tan sólo limité a decirle en duda sin hablar (onomatopeya*).

—¿Quieres jugar conmigo un rato?—. Su pregunta inocente y dulce me causó desconcierto, que no pude evitar voltearme a verlo con incrédulidad. Veo que se puso nervioso ya que miró al suelo tímidamente. —Digo, entiendo si no quieres, pero tan sólo quiero olvidarme de lo que pasó hace rato. Por favor.

Está vez no supe que responderle, pensé unos momentos la propuesta, pero al instante recordé que aparte de mí, había otro niño un año más pequeño que Carl y yo.

—¿Por qué no juegas con el hijo del señor Morales? Apuesto a que quiere jugar contigo...

El ojiazul me miró, haciendo un mohín. —Quiero jugar contigo, Lee; eres mi amigo.

—¿Eh? Pero si acabas de conocerme...

De nuevo me interrumpió, negando con la cabeza tiernamente. «¡¿Pero qué piensas Lee Murphy!?»

Traté de mantenerme cuerdo a la realidad, pero simplemente ver esa carita, ese iris azul claro que me dan cosa... Okey, no.

—No me importa. Porque veo que mi papá te trata bien, y eso quiere decir que eres alguien bueno, no como los malos; los ladrones.— Ahora empiezo a dudar sobre lo que me está diciendo el pequeño Grimes. —Y-Y además...

—¿Hum?—. No entiendo porque comenzó a tartamudear bajito. Tuve que acercarme más a él para oírlo mejor. —Además, ¿qué, Carl?

—Y-Yo...— Sus mejillas de repente se tornaron un poco rojas... esperen...

¡¿Se está sonrojando!? ¡Oh por Dios! El pelicastaño se está comportando de repente nervioso, tartamudea, tiene la mirada desviada sin hacerme contacto visual. Eso quiere decir que...

¡¿Tendrá fiebre!? ¡¿Y si lo mordió un caminante en el ataque!?

Sin querer, exclamé sorprendido y a la vez triste, tomándolo de lo hombros haciéndolo obligar a que me mirase.

—¡Carl, ¿no estarás infectado!?

—¡¿Qué!? ¡No!

Él palideció ante mi pregunta, respondiéndome de inmediato impresionado.

❝𝖳𝖾 𝗉𝗋𝗈𝗍𝖾𝗀𝖾𝗋é 𝖼𝗈𝗇 𝗆𝗂 𝗏𝗂𝖽𝖺, 𝖢𝖺𝗋𝗅 𝖦𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌❞ (𝐓𝐖𝐃)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora