T2/Capítulo 5: Guarda la Última.

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—Mantén tus brazos flexionados, si tensas tu cuerpo, podrías lastimarte.

Roy me explicaba apenas como disparar un arma, manteniéndome rígido por la nueva experiencia que había estado sintiendo, el poseer un arma era algo que jamás me llegué a imaginar, más encima, estando en medio de un apocalipsis.

A pesar de haber despertado hace tres días que tuve el accidente de auto con mis padres sin saber su paradero ni el de mi hermana, ya estaba algo mejor sobre la herida en mi pierna, al cuarto día, el pelinegro me dijo que empezaría a enseñarme a utilizar una pistola lo antes posible, cosa que yo tardo en aprender.

Mis brazos no dejaban de temblar por el miedo y la tensión de estar en medio de un bosque con un tipo que acabo de conocer aparte de que me está enseñando a usar una pistola semiautomática, pero veía que Roy reflejaba seguridad y protección cuando estaba con él.

Dejé escapar un gran suspiro temblorosamente, bajando el arma que tenía aún en manos. Sentía que la mano diestra de Roy se posaba encima de mi gorra marrón con blanco, haciendo que levante la mirada algo apenado por no darme un apoyo. Odiaba sentirme inseguro.

—¿Es necesario hacer esto?

Y como si él estuviera en mi contra, asintió con seriedad, mirándome con el mismo deje. —Es eso o tener que morir a manos de los muertos vivientes. No me importa si te lo explico más de mil veces, tienes que aprender a usar un arma sí o sí.

No objeté nada ante su órden, ya que técnicamente tenía razón, antes dijo que no quería tener la culpa de que algún caminante me vaya a matar o algo parecido. En ese tiempo las personas era algo que me tomaba con despreocupación. En el presente sabía el porqué Roy era tan desconfiado, un punto clave en el caso de la supervivencia.

Veo que el pelinegro suelta un suspiro resignado, tendiéndome su mano, al entender su acción, le dí la pistola aún apenado por no darme las fuerzas y el valor para dispararle a una mendiga botella de vidrio.

—Te lo explicaré una vez más. Y quiero que está vez, dispares.— Asentí con algo miedo, mirando los alrededores. —No me importa si los caminantes oigan el disparo, lo importante es que ya tú sabrás cómo utilizar un arma, sólo lo básico. ¿Está bien?

—Sí, entiendo.— Comprendía que lo hacía por mi bien, y la verdad me impresioné que había dicho que no le importaba si los zombies escucharan el disparo, con tan sólo saber el como funcionaban las pistolas...

El pelinegro tomó con firmeza el arma, le puse atención a sus movimientos, lo hacía ver fácil para él, no obstante, para mí era como un juego de ajedrez, tener que saber las piezas y movimientos, teniendo que memorizar las funciones de la pistola.

—Primero, no le tengas miedo, es sólo una cosa. Pero debes saber donde está tu dedo siempre.— Mientras me explicaba aquello con calma combinándolo con un tono serio, corría el seguro del arma, alarmándome por completo, sabiendo que le había quitado el seguro. —Y no lo pongas en el gatillo a menos de que quieras lastimar a alguien.

Tomé algo indeciso el arma, sintiendo nuevamente el peso de esta.

—Está bien.— Comenzaba a ponerme nervioso al tener la pistola de Roy en mis manos.

—¿Ves? No da miedo.

—Está pesada.— Fue lo único que pude decir en esos momentos.

—Te harás más fuerte con el tiempo.— Acto seguido, se hincó para quedar a mi altura, señalando nuevamente la pistola. —Para apuntar, debes mirar por la parte superior, por la muesca.

❝𝗧𝗲 𝗽𝗿𝗼𝘁𝗲𝗴𝗲𝗿é 𝗰𝗼𝗻 𝗺𝗶 𝘃𝗶𝗱𝗮, 𝗖𝗮𝗿𝗹 𝗚𝗿𝗶𝗺𝗲𝘀❞ (𝐓𝐖𝐃)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora