Cap12: La 2da Guerra Narniana (parte 2)

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La guerra oficialmente había comenzado. Los Telmarinos comenzaban a atacar, arrojaban piedras gigantescas por medio de las catapultas que tenían, Peter y Edmund yacían apacibles en el centro, donde hasta hace poco Miraz había muerto, el ruido de los caballos acercándose alertó a Susan para ponerse en posición.

-¡Arqueros, prepárense!- gritó. Todos obedecieron sacando sus flechas y colocándolas en los arcos.

Peter dio una mirada de alerta a Caspian e Idalia, ellos comprendieron y avanzaron inmediatamente junto con el centauro que los había acompañado fielmente en todo este enredo. Al llegar, pudieron notar que todas las criaturas estaban en fila, esperando las órdenes de sus líderes.

-¡Narnianos!- exclamó Idalia, estos lanzaron sonidos bravíos.

-¡A la carga!- gritó esta vez Caspian, y todos empezaron a seguirlos por donde los guiaban.

El sonido de los caballos incrementaba; Por debajo de la tierra se podía escuchar los gruñidos feroces de los Narnianos. A medida que avanzaban y se acercaban a la salida, un fauno tocó un cuerno, enviando la señal a Peter.

-Uno...- contó.- Dos...

-Tres...- contó esta vez Caspian por debajo de la tierra- Cuatro...

-Cinco...- siguió el rubio.-Seis...

-¡Apunten!- exclamó Susan, tendiendo su arco enfrente de los telmarinos, el resto imitó su acción.

-¡Sigan apuntando!- inquirió Trumpkin.

-Ocho...- dijo Peter.- Nueve... ¡Prepárense!- indagó.

-¡AHORA!- gritó Idalia.

Los Narnianos sacaron sus armas y empezaron a derribar las columnas que sostenían la fortaleza, ésta se iba desmoronando poco a poco, los demás corrían para poder alcanzar la salida y no ser aplastados por el castillo. A medida que se destruía, y los telmarinos llegaban, la tierra fue profundizándose, así haciendo que los telmarinos cayeran en un gran hoyo. Los caballos y los hombres agonizaban de dolor, algunos otros se hicieron para atrás para no caer en ese hueco.

-¡Ahora!- exclamó Susan. Su ejército dejó soltar las flechas y éstas cayeron directamente en los telmarinos, asesinándolos instantáneamente.

-¡A la carga!- dijo Peter.

Entonces todos los Narnianos lanzaron un grito de valor, diciendo que lucharían eternamente por su pueblo, por su raza, y que nadie en el mundo les podría quitar ese derecho. Edmund tomó las riendas de un caballo y lo montó, sacando su espada para combatir contra los telmarinos. Así hizo su hermano y el resto del ejército. Caspian e Idalia habían salido ya del castillo, enfrentándose valientemente a todos sus temores, a defender lo que era de ellos y a cumplir la promesa de ser grandes líderes.

Todos se atacaban entre todos, las criaturas luchaban bastante bien, la verdad, los hombres no tenían ninguna posibilidad de ganar contra bestias "salvajes" como ellos. Edmund apuntaba y disparaba contra los telmarinos con una ballesta que encontró tirada, Peter lanzaba golpes y luchaba a espada, mientras que Caspian e Idalia se mantenían todavía en el caballo apuntando a lo lejos.

Reepecheep peleaba tan valiente como el corazón de 20 hombres, afortunadamente nadie lo había pisado, fue él quien derrotaba a sus enemigos.

-¡Eres un ratón!- exclamó un telmarino asustado.

-Ustedes, los hombres, no tienen imaginación.- dijo divertido.

Al cabo de un rato de pelea, Peter se dio cuenta de que sus enemigos ahora utilizarían catapultas, lo cual sería devastador para ellos, no tenían medio ni forma por las que cubrirse. Antes de que pudiera hacer algo, las rocas habían sido lanzadas y arrojadas contra ellos, algunas aplastaban a los Narnianos y otras daban contra los árboles.

el principe caspian y la princesa idalia ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora