Al entrar, hubo un largo y enorme silencio. La neblina verde se fue extendiendo en todo el barco, haciendo ver a los hombres aquello que más deseaban o sus peores temores.
-¡No puedo ver nada!- exclamó Drinian.- La niebla es muy espesa.
-Me han desilusionado mucho...- susurró una voz. Idalia y Caspian voltearon de inmediato para encontrarse con la figura de su padre.- Se hacen llamar mis hijos ¡Compórtense como reyes!
Luego de esto, se desvaneció.
-No es real.- murmuró Idalia más para ella misma.
Otra figura apareció ante la vista de Edmund, era la bruja blanca.
-Edmund, ven conmigo. Se mi rey. Yo te dejaré gobernar.- ofreció tentadoramente.
-Vete. Estás muerta.
-Jamás podrás matarme. Yo siempre estaré viva en tu mente, niño tonto.- dijo burlesca, desvaneciéndose entre la neblina.
-¡NO!
-¡Edmund! ¿Estás bien?- preguntó su hermana.
-Sí.
Del silencio surgieron unos gritos, más bien parecían agonizos, como si alguien estuviera siendo torturado. Decía: ¡No se acerquen!, la voz provenía desde una roca lejana solitaria la cual casi no se observaba debido a la neblina.
-¿Quién anda ahí?- preguntó Edmund.
-No te tenemos miedo.- dijo Idalia.
-Ni yo a ustedes.- respondió la voz.
Edmund tomó su lámpara e iluminó el punto exacto de dónde provenía la voz. Era un hombre, tenía el aspecto de un vagabundo, estaba flaco, casi se le podían ver los huesos, su ropa estaba desgastada y su cabello canoso cubría casi toda su cara pálida y ojerosa.
-¡NO se acerquen!
-No nos iremos.- dijo Caspian.
-¡No me vencerán!
-Caspian... ¡Caspian, su espada!-exclamó Edmund.
-¡Lord Rhoop!- el rey bajó de donde estaba y se acercó para poder observar a quien tenía la última esperanza de salvar Narnia.
-¡Ustedes no me poseen!- siguió diciendo el hombre.
-Bajen las armas, tráiganlo a bordo, pronto.- ordenó. Mientras todos bajaban sus ballestas y preparaban las sogas para subirlo. Sin embargo algo lo agarró de la cintura y lo obligó a subir al barco. Era Eustace.
-Cálmese, Mi Lord.- dijo Idalia observando que éste tomaba su espada desafiando a cualquiera a quien veía.
-¡Quítate, demonio!
-No señor, no venimos a lastimarlo.- prosiguió con dulzura, como si se tratara de un niño.- Somos sus reyes, Idalia y Caspian.
-¿Idalia?- cuestionó volteándose.- ¿Caspian? ¡Señores! ¡No deberían haber venido aquí! ¡No hay salida de aquí! Pronto, regresen antes de que sea demasiado tarde.
-Tenemos la espada. ¡Vámonos! - instó Edmund.
-Da la vuelta Drinian.- ordenó Caspian.
-Sí, su majestad.
-¡No piensen!- dijo de pronto Lord Rhoop.- No le revelen sus miedos o se convertirá en ellos.
-Ay no.- murmuró Edmund cerrando los ojos.
-Edmund ¿Qué fue lo que pensaste?- preguntó Susan preocupada.
-Ay, perdón.- se disculpó y se asomó hacia las afueras del barco, esperando que su temor aparezca.
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el principe caspian y la princesa idalia ✓
FanfictionEsta historia se empieza en tiempos del príncipe Caspian e Idalia X. Ambos herederos al trono, quien es usurpado por su tío Miraz, en la huida del castillo ambos se dirigen hacia el bosque y en un momento inesperado tocan el cuerno invocando a los h...