Ariel se encontraba tirada en el sofá con la cabeza colgando al revés y los pies colgando por el respaldo. Se encontraba jugando con su teléfono, movía los pulgares a gran velocidad mientras presionaba las "teclas" que aparecían. Cada una de ellas de un color diferentes para poder entonar las canciones más populares de momento. Algunas de ellas eran canciones en una versión completa de algunas caricaturas famosas. Traía grandes cascos en los oídos, bien ajustados para que la gravedad no hiciera de las suyas y se cayeran al suelo.
Seguía moviendo los pulgares a gran velocidad mientras tarareaba y cantaba la canción al mismo tiempo, en un susurro suave. Sintió un fuerte golpe en sus piernas cansando que estas se movieran unos centímetros hacia un lado. Su pierna derecha envió una punzada por todo su cuerpo que causo que la letra que estaba cantando se detuviera abruptamente mientras apretaba los dientes abriendo los ojos con fuerza. Bajó el celular un poco e hizo fuerza para elevar su cuerpo hasta ver a Arista de pie del otro lado del sofá mirándola molesta. La muchacha alzó una ceja y luego quito la pausa de su juego para continuar, pero la rubia era persistente y seguía golpeándola. Al final tras quitarse los audífonos y dejarlos en su cuello, se inclinó sobre el sofá y movió los pies para poder sentarse. En seguida todo su cuerpo se sentía adolorido por la incómoda posición en la que se había sentado y por un breve mareo se preguntó si toda la sangre que había corrido hacia su cabeza estaba volviendo a su cuerpo de nuevo.
– ¿Por qué has hecho eso?
– Prometiste que irías conmigo al museo.
– ¿Yo dije eso?
– Sí, ayer, ¿recuerdas?
– No – Ella sacudió la cabeza inclinándola – ¿Por qué dije que iría contigo al museo? Es aburrido.
Arista resopló – Porque habrá una exhibición de arte única y quiero verla.
– A ti no te gusta el arte.
– Ya lo sé – La chica dijo como si fuese lo más obvio del mundo – pero a Collin McNight le gusta
– Está bien, Collin McNight – Ariel asintió con calma – No lo conozco
– Obvio que no lo conoces, está en mi clase – La chica dijo cruzándose de brazos – El punto es que dijiste que me acompañarías al museo porque querías ver algo
Ariel torció los labios haciendo memoria, pero en su mente el día anterior estaba completamente nublado desde la mañana hasta la tarde cuando Eric fue a cenar con su familia. Solo era capaz de recordar de ahí en adelante, no desde antes.
– Lo siento, no sé qué quería ver y tampoco me interesa. Ahora mismo estoy haciendo algo importante.
– Yo te veo jugando – La chica alzó una ceja.
– Error – Ella sonrió con superioridad – Estoy preparando mis oídos y mis manos para el piano
– Oh, ¿ya lo afinaste?
– Estoy en eso – Ella respondió automáticamente y tensa. La rubia alzó una ceja no creyendo en sus palabras, obviamente, de lo contrario Ariel no creería que Arista fuera su hermana realmente si confiaba en sus palabras. Algo que tenían todas sus hermanas eran su pequeña desconfianza hacia ella, lo cual la muchacha disfrutaba para gastar buenas bromas logrando nunca fallar. Por otro lado, cuando los temas eran más serios, ninguna de ellas cuestionaba su inocencia. Era traviesa, no malvada – Está bien – Soltó de mala gana – En realidad me estoy preparando mentalmente para acercarme al piano
– ¿Y cómo te ha resultado eso?
– Fantástico – Ariel dijo con sarcasmo. Rodó los ojos mientras alzaba uno de los cascos para poder ponerse los audífonos nuevamente – Mira, no sé por qué te prometí ir al museo contigo, pero sé que no quiero hacerlo así que por qué no vas sola y me dejas trabajar
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Melodía del Corazón
ФанфикElla y la música tenían una conexión especial, nadie la amaba más que ella en el mundo. Pero cuando un accidente busca convertirse en tragedia, Ariel sentirá que la música que tanto ama se le escapa entre las manos por un agujero negro. Para recuper...