Melodía del Corazón

17| Encontrando el sonido

Tenía los ojos cerrados con la cabeza agachada, sus manos se movían libremente sobre la mesa, tamborileando un sonido profundo que casi no tenía melodía. Soltó un resoplido al abrir los ojos mirando hacia Sebastián que se encontraba de pie junto a ella con un libro en sus manos.

– En la vida twinkle twinkle little star había sonado tan mal como ha sonado ahora mismo – Ariel dijo con un tono pesado.

– Te falta técnica, la haz perdido. Solo tienes que recuperarla y volverá a sonar bien.

– Explícame de nuevo por qué estoy tocando en una mesa y no en el piano.

– Si usas el piano el sonido va a ser molesto para mis oídos.

– Es decir que no tienes interés en escucharme tocar el piano – Ella sonrió desafiante.

– Yo no lo habría dicho mejor.

Ariel resopló mientras miraba su mano, abriendo y cerrándola – No es solo con mi mano derecha, con la izquierda también siento que soy más lenta.

– Eso es falta de técnica – Sebastián bajó el libro y se le acercó tanteando con su mano los músculos del brazo de la muchacha, finalmente pincho donde los músculos del codo se doblaban y luego la miro a ella – sobre todo aquí

– ¿Mi codo? – Alzó la ceja con poca convicción hacia él.

– La muñeca ortopédica llegaba hasta aquí, ¿recuerdas? – Él señalo hasta la mitad del brazo – Por tanto, limitaba todo el movimiento de tu mano, de tal manera al no poder mover la mano inconscientemente tú misma limitaste el movimiento de tu brazo

La chica movió el brazo doblándolo varias veces antes de volver a mirar a Sebastián.

– ¿Qué te parece si hago algo más que pueda ayudarme aquí?

– Primero tienes que aflojar el brazo, estás demasiado rígida.

– Eso puede tomar mucho tiempo de hacer. Estuve más de dos meses sin tocar – Ella dijo con sorpresa en su rostro – El concurso es dentro de dos meses y medio, ¿qué supone que haré entonces? Además, tengo que tocar una canción nueva, ¿no? No tengo tiempo de aprender una canción y aflojar la muñeca nuevamente

– Ariel, ¿quieres confiar en mí? – Alzó una ceja con una expresión seria – Escucha, aflojaremos la mano primero y luego vamos a ver la canción. No necesitas una canción nueva, solo necesitas saber qué tocar

Él bajó el libro que tenía en sus manos y lo posicionó frente a la muchacha con un lápiz negro. Él la miró con calma y luego le hizo un asentimiento con la cabeza.

– Dibuja círculos.

– ¿Círculos?

– Varios círculos, donde quieras, solo hazlo.

Ariel hizo una mueca tomando el lápiz con desconfianza durante un momento. Coloco la punta sobre el papel mirando a Sebastián, esperando a que él le dijera que era una broma, pero cuando no sucedió ella simplemente trazó las líneas lentamente hasta formar cinco círculos de diferentes tamaños. Cuando termino, él la miro con una mueca en los labios.

– Bien, esta es la cosa – Él dijo tomando el lápiz y dando vuelta la hoja – Ahora, quiero que dibujes veinte círculos en diez segundos.

– ¿Es una broma? – Ella alzó las cejas – Es imposible

– Lo es si lo haces lento y de la manera en que lo has hecho. Hacer diez círculos perfectos en cinco segundos requiere de una mano flexible, que se mueva a gran velocidad y no se detenga por pequeñeces. Hacer veinte en diez segundos, requiere habilidad. Esto es lo que haremos. Ejercicios sencillos. Ya los hiciste, ¿recuerdas? Cuando eras una niña.