18 de febrero de 2017

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Eva comenzó a llorar encerrada en el baño al ver aquel nuevo dispositivo marcar dos líneas. Se llevó la mano al vientre y lo acarició con cuidado. Había oído durante su adolescencia que los golpes podían provocar abortos, y cruzaba los dedos porque así fuese.

Envolvió el test en papel de baño y lo tiró al cubo de basura del baño. Era el tercer test que se hacía con la esperanza de que alguno diese negativo porque el feto que se formaba en su cuerpo había muerto a causa de los golpes de Marcus. Siempre había deseado la maternidad, y por eso acogió a Seth como si fuera hijo suyo, pero no deseaba una maternidad así. No quería tener hijos con ese monstruo, no quería que nadie sufriese su tortura o la del niño con el que compartía infierno. Ese hombre no estaba capacitado ni para cuidar de un gato.

Salió lentamente del baño, al otro lado de la puerta había un Seth curioso y preocupado. Apenas tenía cuatro años, pero había vivido más torturas y penurias de las que una persona debería vivir a lo largo de toda su vida.

Se acercó despacio a él y lo aupó para, una vez en el salón, sentarse en uno de los sofás. El niño le acarició la mejilla, queriendo borrar las marcas de lágrimas de la cara de la que tenía como modelo materno y a la que quería casi tanto como quiso a su verdadera madre.

—Seth... ¿Crees que habría alguna manera de que tu padre no me pegase? O mejor, ¿De que no nos pegase a ninguno? —Seth negó, no era muy hablador, y menos cuando el tema era su padre.

Marcus era un monstruo, pero a su manera quería a su hijo, solo por ser también hijo de Irene. Le había amenazado con tener también un hijo suyo para atarla aún más a él, todo por haber intentado evitarlo. Tal vez si tenía al bebé empezase a quererla más, dejase de pegarle al menos durante el embarazo. Si eso sucedía, podía evitar también que atacase a Seth, poniéndose en medio, no le pegaría a ella si le protegía a él, y menos si le preguntaba si era eso lo que Irene había querido.

—Cariño, no sé si esto va a ser bueno o malo, pero vas a tener un hermanito o una hermanita. —Los ojos del pequeño se iluminaron, como si le hubiera dado la noticia más maravillosa de la historia.

La sonrisa del pequeño desapareció al segundo, acompañada de un sonido de metal cayendo al suelo. Cuando Eva se giró a mirar vió a su marido ensangrentado, con un cuchillo junto a los pies, lo que había provocado ese sonido.

—¿Vamos a tener un hijo? —Se acercó a Eva, como un padre orgulloso, como si los últimos años hubieran sido maravillosos.

—N-no lo tendremos si sigues pegándome... Estoy muy delgada, será un embarazo de alto riesgo, no podré soportar golpes y —Marcus la besó, callándola, por primera vez Eva sintió amor en ese beso, Marcus sin embargo volvía a fantasear con que era Irene, reviviendo el día en que ella le comentó su embarazo, prometiendo que esta vez no la desatendería.

Eva, por otro lado, pensó que ese cambio de actitud podría ser el momento ideal para huir de ahí. Si dejaba de pegarle estaría en mejor estado físico, y podría huir de esa casa junto a Seth.

¿Cómo crear un asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora