CAPÍTULO 2: "LAS RESPUESTAS ME PERTENECEN"

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Julia Volkova volvió en sí mientras un paramédico le abría el párpado y apuntaba una luz sobre su ojo izquierdo.

-Aléjese de mí... -Gruñó, empujándolo mientras trataba de incorporarse.

-Túmbese, señorita, puede tener heridas internas...

-Diermo... -Dijo con voz áspera, tumbándose de nuevo cuando el dolor le atravesó la parte posterior de la cabeza. Trató de inhalar, tosiendo bruscamente debido tanto al dolor, como al olor acre del humo. Recordó todo de repente, la explosión, el vigilante. La chica-, ¿Dónde está la chica?

-No se preocupe, señorita... -Dijo otra voz, y un segundo enfermero apareció borrosamente en su campo de visión-, Nos hemos puesto en contacto con su médico para que se reúna con usted en el hospital...

-¿Dónde está la otra chica? -No necesitó preguntar por Maslov. Había sentido el calor de las llamas, los escombros ardientes impactando contra su cara.

-No estamos seguros de nada. Están todos aquí; los artificieros; los de homicidios; los de la oficina del forense, pero tienen que esperar a que concluya su labor el cuerpo de bomberos. ¿Vio el artefacto?

Julia tosió nuevamente, haciendo una mueca de dolor.

-No he visto nada...

-¿Está segura de eso? -Preguntó una tercera voz, y ajustó de nuevo la vista.

Ropa sencilla, con una corbata barata pero elegante. Homicidios, a juzgar por lo que había dicho el enfermero.

-¿Y usted es? -Preguntó de todos modos.

-Chejov, departamento de homicidios... -Declaró el detective-, El vigilante de abajo dio el aviso sobre una explosión y una intrusa. ¿Imagino que es la mujer de la que habla?

Julia asintió.

-Supongo...

-Bueno, no cabe duda de que ella la quería muerta. Tanto como para llevarse por delante a su guardia de seguridad y a sí misma junto con usted. Tuvo suerte de lograr bajar las escaleras. ¿Puede describirla?

Por primera vez, Julia miró a su alrededor. Estaba en el segundo piso, al pie de las escaleras, y seguía palpitándole la parte posterior de la cabeza donde se había golpeado contra el suelo. El equipo de bomberos no le había arrastrado escaleras abajo o Chejov no hubiera hecho el comentario, y por supuesto, no había sido ella.

-Dijo que se llamaba Galina... -Respondió pausadamente, incorporándose otra vez-, Alta, vestida de negro, estaba de espaldas a mí y llevaba un antifaz. Me temo que no vi mucho más. Ojos verdes... -Añadió, recordando el fugaz vistazo a su rostro en el momento en que ella se lanzó contra su cuerpo. Cuando le había salvado la vida.

-No es mucho, pero buscaremos en los hospitales locales. Aun si hubiera llevado puesta una armadura, dudo que lograra salir de aquí sin un solo arañazo... -El detective se pasó un dedo por su espeso bigote canoso-, Le llevaremos al hospital y le alcanzaré allí.

"Estupendo" sacudió la cabeza con cautela.

-No voy a ir...

-Sí que lo hará, señorita Volkova. Si se muere, a mí me despiden...

Dos horas más tarde, caminaba por el angosto y cavernoso pasillo de yeso blanco y linóleo, deseaba haberse quedado en Italia. Le contó todo a su médico mientras cerraban con puntos una profunda herida de diez centímetros que le cruzaba la espalda.

-Lo estás tomando bien... -Dijo el doctor Kozov, vendándole la herida.

-Ni lo creas, estoy que mato a alguien... -Dijo Julia secamente, tratando de respirar poco a poco y de no desplomarse de nuevo en la cama. El efecto del calmante que le habían administrado los paramédicos en la ambulancia comenzaba a desaparecer. Alguien había intentado matarle, y no tenía intención de quedarse dormida mientras otro averiguaba su identidad-, ¿Dónde está Polovna?

LADRONA DE CORAZONES [tATu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora