Elena se despertó con el sonido de unos murmullos. Abrió un ojo, y contempló las oscuras cortinas a centímetros de su cara.
-Verde... -Musitó contra la blanda almohada, intentando recordar dónde estaba.
Unos pasos se aproximaron desde alguna parte al otro lado de las cortinas.
-Buenos días... -Dijo una melodiosa voz, y Lena recordó.
-Dios... -Susurró mientras intentaba levantarse-, ¿Quién es él? -Sintió que la habitación le dio vueltas.
-Es mi médico... -Dijo Julia-, El doctor Kozov...
Elena se irguió, las sábanas de seda se deslizaron desde sus hombros hasta las caderas. Reprimió una queja un tanto divertida al ver que vestía un pijama de seda. Rescatarla no requería que la vistiera con ropa apropiada para dormir. Se retorció entre el profuso lujo para sentarse en el borde de la cama.
-Te dije que nada de médicos...
-Y yo te dije que sería discreto, no tienes nada de qué preocuparte...
Tenía varias y buenas razones para contradecir esa afirmación, pero al abrir la boca para hacerlo, se dio cuenta de que notaba mejor sus heridas, e hizo rotar el brazo tentativamente. Cuando se sintió razonablemente segura de que estaba agradecida, levantó la vista hacia su anfitrión y pudo distinguirlo con más claridad: un hombre delgado con gafas, vestido de un modo bastante informal, llevaba bluejeans, una camisa negra y zapatos deportivos.
-No parece un doctor... -Comentó, fingiendo que no le molestaba que durante ocho horas hubiera sido completamente vulnerable. Desmayarse no había formado parte del plan, y necesitaba calmarse.
-¿No? -Julia sonrió abiertamente, la expresión iluminó sus ojos azules-, ¿Entonces qué parece?
-Un jugador de hockey, un esquiador profesional... -Repuso de mala gana-, Todo menos un doctor...
El médico se aclaró la garganta.
-Bueno, creo que la apariencia no importa, lo que importa aquí son tus heridas, tu pierna necesitó trece puntos y el hombro siete. Lo del súper pegamento es muy ingenioso, pero no es algo que habitualmente recomiende. Julia dijo que no es probable que vuelva a verte, a menos que estés inconsciente, así que te he puesto puntos de los que se disuelven, no te los rasques...
"Hmm... discreto y competente". No vendría mal conocer a un médico como ése, un médico que hiciera visitas a domicilio. Lena le sonrió.
-Me parece que le debo un gran favor, doctor Kozov... -Dijo, haciendo caso omiso de la mirada asesina de Julia-, ¿Cómo podría pagárselo?
-Me conformo con que sólo acepte una invitación a cenar...
La sonrisa de Lena se hizo más amplia.
-Me parece bien...
-Conozco un buen sitio de comida italiana...
Julia se movió, colocándose entre ambos.
-¿Alguna otra indicación médica, Andrei?
-En realidad, no... -El hombre captó la indirecta de la ojiazul-, Yo evitaría la piscina y los baños durante una semana o unos diez días, pero las duchas rápidas están bien... -El médico la miró durante otro momento, su expresión suavemente divertida-, Me tomé la libertad de cambiar las vendas de la espalda y aplicar antiséptico, hay más pomada sobre la mesa... -Señaló un tubo blanco que se encontraba sobre la mesa de noche.
-Gracias... -Sonrió y extendió de forma coqueta su mano derecha-, Lo llamaré para comer...
-Estaré esperando... -Andrei sonrió besó la mano de la pelirroja.
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LADRONA DE CORAZONES [tATu]
Fiksi PenggemarLa galería estalló a sus espaldas con una explosión y un destello. El calor se cernió sobre ella aun estando apretada contra Julia en el suelo. Contuvo el aliento cuando sintió que la casa tembló, los cristales se hicieron añicos, la galería rugió c...