CAPÍTULO 24: "INFORMACIÓN PRIVILEGIADA"

124 12 0
                                    

Decidieron comenzar por el Picasso, porque resultaba conveniente y porque Lena no había sido capaz de sacárselo de la cabeza desde que le había puesto la vista encima. Ni siquiera le gustaba especialmente Picasso; le parecía que algo no funcionaba bien en una persona que seccionaba a una mujer de ese modo, independientemente de cuál fuera el supuesto mensaje que quería lanzar.

-Me es imposible hacerlo con el cuadro colgado en la pared... -Se quejó, casi tocándolo con la nariz-, ¿Podemos bajarlo?

-Llamaré a Karev y le pediré que desactive la alarma... -Dijo Julia, apartándose del pasamanos donde había estado apoyado detrás de Elena.

Bajó la mitad del tramo de escaleras y entró en el estudio, donde ella le oyó brevemente al teléfono.

-Muy bien... -Dijo, saliendo para mostrarle los pulgares levantados.

-Esto es casi como hacer trampa... -Refunfuñó, levantando el pie de la pintura de la pared y desenganchando el par de cables que lo conectaban a la alarma. Repitió la operación con la parte superior, luego alzó el objeto de sus sujeciones.

-¿Demasiado fácil? -Preguntó Julia, tomándolo de sus manos-, Creo que lo mejor será que lo llevemos a la biblioteca. Allí hay mejor luz...

Julia había decidido que estaba totalmente satisfecha de acatar su evaluación de las obras de arte. Elena no se hubiera sentido cómoda reconociéndolo, pero el nivel de confianza que la morena depositaba en ella y en sus habilidades la sorprendía y complacía. Aunque era una sensación muy extraña. Lo que Julia le había pedido que hiciera era completamente legal y entretenido.

Había sacado provecho a sus habilidades en empleos en museos, pero eso había sido en gran medida para pasar el tiempo entre un robo y otro. Hasta ahora había creído que robar era lo único que sabía hacer, y lo único que verdaderamente disfrutaba.

-¿Julia? -Preguntó, siguiéndole a la biblioteca.

-¿Sí?

-¿Siempre has querido dedicarte a esto?

La morena la miró mientras dejaba el cuadro sobre la mesa de trabajo.

-¿A comprobar si mi Picasso de cuatro millones y medio de dólares es una falsificación? No.

-No, me refiero a lo que haces. Comprar compañías y propiedades para venderlas después...

-No expresamente. Me licencié en Administración de Empresas en la universidad... -Dijo, sentándose frente a ella-, Cuando mi padre falleció, simplemente todo pareció encajar. Por suerte, es algo que me gusta...

-Si no fuera así, no se te daría tan bien como se te da... -Lena encendió la luz de la mesa y la dirigió sobre la pintura.

-Un cumplido que no devolveré... -Dijo con una leve sonrisa, mirándola a los ojos-, Salvo para decir que eres una mujer extraordinaria...

-Gracias... -Abrieron el expediente con sus fotografías, pero Elena no creía que fuera a necesitarlas-, Es demasiado pulcro... -Dijo un momento después, y agachó de nuevo la cabeza para apoyar la barbilla sobre la mesa a fin de poder mirar la superficie de la pintura-, No se aprecia ninguna superposición...
-Como si alguien supiera lo que estaba pintando antes de comenzar... -Señaló Julia, sacando una foto y examinándola antes de tornar su atención de nuevo al lienzo.

-Es más rápido; no hay que dejar secar una capa antes de dar la siguiente. La gente no comprende que en ocasiones los artistas cambian de opinión en mitad del proceso creativo... -Se enderezó, dirigiéndole una mirada-, ¿Es éste el mismo marco con el que fue comprado?

LADRONA DE CORAZONES [tATu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora