CAPÍTULO 23: "ARRUINARÁS TU IMAGEN ANTE ÉL"

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Cuando se despertó, Julia estaba tumbada boca abajo a su lado en la cama, con un brazo sobre el hombro de Elena, sus largas pestañas bajadas y su respiración pausada y regular. Se sintió pesada, como si hubiera dormido demasiado profundamente y siguiera así durante un momento, tratando de obligarse a despertar. Miró a la morena, y supo que, tal como había sentido desde el mismo instante en que había puesto su rápida y asustada mirada en ella la noche del robo, jamás podría permitir que nada malo le sucediera. Deseaba, más que nada en el mundo, acurrucarse en sus brazos y volverse a dormir, pero si quería cumplir con su parte del trato, tenía que volver a trabajar.

Se deslizó con cuidado de debajo de su brazo, se levantó de la cama y descalza se dirigió a la parte principal de la habitación. Le causaban cierta preocupación los guardias de seguridad que patrullaban los pasillos; no tenía motivos para esconderse de ellos, pero era un hábito y no iba a dejar que la vieran porque sí.

La oficina de Partino se encontraba en la planta baja, en el extremo opuesto del pasillo en el que estaba ubicado el cuarto de vigilancia, e igualmente accesible desde la escalera de uso habitual y desde la trasera, por la que también se accedía al gimnasio privado de la casa. Bajó por la de atrás, el silencio y la oscuridad eran como viejos conocidos para ella. Era estupendo hacer nuevamente uso de sus habilidades, aunque el subidón de adrenalina había desaparecido; si alguien la veía, se limitaría a saludarla con la cabeza y a dejarla pasar.

Aun así sintió una clara sensación de triunfo cuando se coló en la oficina de Partino sin ser descubierta. La policía había confiscado su ordenador y los archivos, los cuales probablemente contendrían información acerca de cualquier transacción reciente. Despegó un extremo de la cinta policial que cruzaba la parte frontal de los dos grandes archivadores de Dante. Del bolsillo sacó un pequeño trozo de cable de cobre y en un segundo ya había abierto el primer cajón. Los archivos estaban ordenados numéricamente, lo cual supuso era un modo de catalogarlos por orden de adquisición. Lena volvió al escritorio, pero si existía un listado maestro, éste se encontraría en la comisaría.

-De acuerdo, lo haremos por las malas... -Musitó, acercándose de nuevo al archivador.

El primer archivo contenía una fotografía de un tapiz medieval que había colgado en la galería la noche en el que ella había irrumpido en la casa. Con letra clara se detallaba cuándo había sido realizada la compra junto con las iníciales OV, así que supuso que Oleg había realizado la compra él mismo. El precio pagado, la propiedad en que se guardaba el artículo y la ubicación donde se mostraba también tenían su pequeño espacio en el formulario. Además, Partino llevaba una lista actualizada del valor de mercado estimado de objetos semejantes, que se remontaba a diez años atrás.

"Que tipo tan quisquilloso, quisquilloso pero preciso".

Ojeó los archivos por orden, aunque únicamente extrajo unos pocos para examinarlos detenidamente. Algunos objetos eran pequeños, como una sola moneda romana, mientras que otros eran tan grandes como un fresco de catorce metros pintado a mediados del siglo XIV. Prosiguió, aminorando el ritmo para mirar las fotografías, deseando disponer de más tiempo para examinarlas y para ver las obras al natural. El propio Oleg había adquirido la mayoría, a pesar de su supuesta confianza en Partino. Poseía un ojo extraordinario.

Al llegar a la tercera gaveta se percató de que no había visto el archivo del Picasso que se encontraba en el descansillo de la escalera. Dado que todavía quedaban otros tres cajones, no podía estar segura de que no estuviera... Aún. El expediente de la estatua estaba de nuevo en la oficina de Julia, pero había algo que no encajaba.

El pomo de la puerta se movió y Elena se apresuró a sumergirse en las sombras de detrás del escritorio por puro instinto. Julia se asomó a la habitación, miró en derredor y comenzó a cerrar de nuevo la puerta. Entonces se detuvo, enfocando la mirada en el archivador abierto.

LADRONA DE CORAZONES [tATu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora