CAPÍTULO 22: "HAREMOS LO QUE TÚ DESEES"

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Cuando se levantaron para marcharse, Anya se había quedado dormida sobre el sofá. Elena volvió a estrecharle la mano a Natasha, algo que la honraba, e incluso aceptó un abrazo de Katya y Alex. Pero Julia no pudo ocultar su sorpresa cuando le entregó las llaves del Bentley.

-¿No te gustó conducirlo?

-¡Me encantó! Pero si vas tú al volante, vas a tener las manos quietas y yo podré pensar...

Julia se subió al asiento del conductor.

-¿Y eso tiene algo que ver con lo que ha estado preocupándote durante la cena?

-Sí...

-¿Aquello que prometiste contarme?

-Sí... -Le lanzó una mirada mientras se abrochaba el cinturón-, ¿De verdad no estás enfadada por el AM?

Tardó un segundo en descubrir que "AM" significaba Allanamiento de Morada. Alguien debía publicar un diccionario de "Jerga de Ladrones".

-No estoy enfadada...

Sus hombros se relajaron un poco, como si hubiera esperado cierta lucha.

-Bien...

-¿Tienes mucho en qué pensar?

-Limítate a conducir...

Riendo entre dientes, Julia condujo el auto camino abajo hasta la carretera. Elena tenía razón en una cosa; si hubiera sido ella quien condujera, no habría sido capaz de quitarle las manos de encima. Había pasado toda la noche con cierta incomodidad, y ahora que estaban de nuevo a solas, el calor en todo su cuerpo se tornaba mucho más agudo.

Elena se quedó en silencio durante varios minutos, mirando por la ventana sin expresión alguna. Julia, que no estaba acostumbrada a verla pensativa, puso la radio y localizó una emisora de radio cualquiera. Finalmente, Lena tomó una bocanada de aire.

-De acuerdo. Esto es en lo que pensaba: ¿Arriesgaría alguien como Dante Partino su libertad, su reputación y su carrera por la venta de un artefacto de millón y medio de dólares?

-Lo hizo, obviamente...

-No estoy tan convencida de eso...

Julia casi se salta un semáforo en rojo.

-¿Cómo dices? ¿No crees que colocara la falsificación o las granadas? ¿Por qué...?

-No, sí creo que lo hizo. Pero es un esnob, le encanta el prestigio que le confiere su trabajo. No creo que se arriesgara de ese modo por un único objeto. Y no creo que uno cometa un asesinato por un único objeto, no a menos que se trate del diamante Hope o algo por el estilo. Él tenía una falsificación, y ¿para qué otra cosa iba a tenerla, salvo para cambiarla por la verdadera? ¿Por qué deberíamos dar por sentado que...?

Entonces giró bruscamente, y se adentró en el estacionamiento desierto de un centro comercial. Comprendía lo que Elena estaba sugiriendo, y la idea le enfurecía e indignaba.

-¿Crees que lo ha hecho antes? -Espetó-, ¿Sin que yo fuera consciente de nada?

-¿Se ocupa de alguna de las otras propiedades, o sólo de ésta?

Julia estampó el puño contra el volante.

-Se encarga de realizar adquisiciones para otras propiedades...

-¿Cuánto tiempo al año sueles pasar fuera de la ciudad?

-Un mes o dos durante las vacaciones, algunas semanas durante el resto del año si se trata de negocios...

LADRONA DE CORAZONES [tATu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora