➤ God why.

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Título: God why.

Personajes: Nathaniel Hawthorne / Margaret Mitchell / Mary Shelley (oc, mía).

Rated: +14

Genero: ¿Humor?

Temática: Crucifijo.

Advertencias/Aclaraciones: Posible trama sosa | Inclusión de personaje original.

. . .

En todos sus años de servicio, Hawthorne nunca había presenciado algo de esta índole. En esos momentos, habría preferido no ver lo que estaba haciendo Shelley en su habitación.

'Reanimación.'

Algo impensable, incluso prohibido para las personas de fé, inconscientemente tomó el crucifijo que colgaba de su cuello, recordandole su vocación.

De hecho, en ese momento, quiso entrar para detenerla de sus experimentos desagradables.

—Hawthorne.

La autoritaria voz de Margaret se hizo escuchar en todo el pasillo, de tal manera, que llamó la atención de Shelley. No pudo evitar chasquear su lengua con molestia y retirar su mano de la puerta de Shelley, era demasiado tarde para un sermón.

—Miss Margaret.

Dios, ¿por qué?

Ya no era un par de zapatos que escuchaba acercándose, ahora eran dos. Podía adivinar que Shelley saldría solo para molestarle, de lo contrario, vería como Margaret se divertía a su costa.

—¿Por qué debo trabajar contigo? ¡Me niego!

—No es que yo desee estar con alguien tan quejosa.

Los dos se miraron fijamente, con disgusto, les era imposible estar de acuerdo porque terminaban en una discusión.

—Vamos, vamos. Podemos cambiar de compañero si te hace tan infeliz trabajar con Hawthorne, Margaret.

Ah, ese era el siseo tentador del demonio...

Shelley probablemente estaba jugando con la contraria, pero parecía demasiado seria para-

Oh, no...

—De acuerdo. Cambiemos.

—¡Perfecto! Te toca entonces con John.

—Hm. Es mucho mejor que este...

Y antes de retirarse, Margaret le dio una mirada maliciosa. Como si no tuviera suficiente ya...

No pudi evitar tocar nuevamente su crucifijo, deseando que le diera la paciencia necesaria.

—Shelley, ¿te divierte cambiar los planes de Fitzgerald-sama?

—Es divertido molestar a los moralistas como tú.— respondió la fémina. —De no haber escuchado a Margaret, habrias entrado a mi territorio para darme un sermon sobre algo que no te interesa ni te incumbe.

—No debes jugar con el sentido de la vida y muerte, Shelley, eso solo te convertirá en un demonio.

No le preocupa la mujer en lo más mínimo, pero era incomodo verla haciendo lo mismo siempre; metiéndose en el ciclo natural de las cosas.

—Basado en tus palabras, ya lo soy.

Dios, ¿por qué?

¿Por qué debe lidiar con esta insensata mujer?

—Solo deja de hacer tus 'cosas' en la nave, es desagradable. Limítate que sea en misiones, como mínimo.

—Si no hay quejas de Fitzgerald, no te escucharé.

Hawthorne la miró una vez más, Shelley tenía una sonrisa satisfecha, de oreja a oreja. Era simplemente desagradable seguir ahí.

Dios, ¿por qué?

¿Acaso debo guiar a esta oveja descarriada?

No importaba cuanto se quejara o buscará una solución, jamás recibía una respuesta que le dejará satisfecho.

Simplemente... habían cosas fuera de sus manos.

➤ 𝑶𝒖𝒓 𝑺𝒕𝒐𝒓𝒚┆ 𝐅𝐢𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 ┆ 𝐁𝐮𝐧𝐠𝐨𝐮 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐲 𝐃𝐨𝐠𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora