¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miré a todos lados para ver si Mateo o Manuel estaban cerca, al confirmar que no había rastros seguí a Valentín.
Tenía miedo pero me interesaba. Me interesaba saber el porqué hacía eso.
Lo seguí unas cinco cuadras y vi como entró a un hospital, y sinceramente no creo que hagan las peleas acá.
No entré, me quedé esperando en la puerta. Aunque no sabía qué esperaba, estaba segurísimo de que Valentín se iba a enojar si me veía y esta vez, motivos no le faltaban.
Aún así me quedé esperando unos minutos hasta que sentí una mirada fija en mi, levanté la vista del suelo y lo vi. Con los ojos rojos del llanto y la cara roja, mirándome con confusión.
-¿Q-Qué haces acá? -se limpió las lágrimas pero salieron otras-.
-No quise seguirte, perdón.
-No quisiste pero lo hiciste, ¿Qué querés Daniel?
-No sé, me interesa saber porqué hacen eso, me interesa saber porqué lloras tanto y porqué lo ocultas.
-Bueno, no debería de interesarte. Te estás metiendo en lugares peligrosos.
-¿Querés hablar? -pregunté tímido desviando el tema-.
No respondió, se me quedó mirando. Me sentí feliz cuando su mirada no era de enojo, al menos no me iba a putear.
Cuando vi las lágrimas que resbalaban de su mejilla nuevamente me acerqué y lo abracé, temblando y con miedo de que de lo tome a mal. Gran sorpresa me llevé cuando abrazó mi cintura con fuerza y escondió su cabeza en mi cuello, llorando ahí.
-¿Qué pasa? -susurré acariciándole el pelo-.
-Se está muriendo -sollozó-. Mi vieja se está muriendo.
