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Tocó el timbre para volver a casa, junté mis cosas y salí del aula. Estaba cansado y estaba de mal humor, el pesado de mi primo no había parado de joderme, haciendo que no preste atención a lo que decía la profesora.
Esperé en el marco de la puerta unos minutos para que la salida se controle un poco y empecé a caminar con pesadez.
-¿Cómo te fue, Valu? -escuché su voz seguido de un beso en la mejilla-.
Creo que no siento mis piernas y no precisamente por el sueño que tengo.
-Bien -sonreí inconscientemente-. ¿A vos?
-Bien, ¿Ya te vas?
-Sí.
-¿A tu casa?
-Sí.
-¿Puedo acompañarte?
-Sí.
Rió pero después me miró con los ojos bien abiertos.
-¿No te jode?
-Nah, ¿A vos te jode? -le pregunté al notar su nerviosismo-.
-Nono -negó repetidas veces con la cabeza-.
[...]
Nos faltaban dos cuadras para llegar a mi casa, íbamos hablando de por qué la menta granizada era tan rica hasta que Dani me interrumpió.
-¿Hay alguien en tu casa? -preguntó nervioso-.
-Creo que mi hermano, ¿Te jode?
-No, ¿Cómo se llama?
-Manuel.
-Como el boludo de mi amigo -rió-.
Cerré levemente los ojos al escuchar su risa, era la más hermosa del mundo.
-¿Y si le caigo mal?
-No le vas a caer mal, a nadie le podes caer mal -reí y le agarré la mano-. ¿Te molesta? -pregunté refiriéndome al agarre de nuestras manos-.
-No -me sonrió-.
Inconscientemente empecé a caminar más lento, disfrutando el saber que tenía la mano entrelazada con Dani.
Lamentablemente llegamos a mi casa, pasamos y justo mi hermano se encontraba en la cocina.
-¿Qué onda, rey? -me saludó mi hermano-. ¿Cómo te fue?
-Bien, traje a un amigo -avisé ya que Manuel no me estaba viendo-. Se llama Dani.
Mi hermano salió de la cocina y nos saludó con un beso en la mejilla, con la diferencia de que a mi me susurró en el oído un
"¿Seguro que solo tu amigo?"
Haciendo que me ponga rojo y le pegué en el hombro.
-Vamos a ir arriba, ¿Te quedas?
-No, yo me voy con mis amigos. Nos vemos chicos, un gusto Dani -nos saludó nuevamente y se fue-.
-¿Podemos dormir un ratito? -pedí con un puchero-.
Dani asintió con la cabeza, lo agarré de la mano y lo llevé hacia mi habitación.
-¿Sos vos de chiquito? -preguntó emocionado viendo un cuadro que tenía en el que salíamos mi mamá, Manuel y yo-.
-Sip, ¿Fachero no?
-Facha desde chico, te envidio -rió-.
-Mira quien habla si de seguro vos eras la cosa más linda del mundo.
Me miró con las mejillas rojas y yo reí, se veía tan adorable.
-¿Vamos a dormir? -preguntó nervioso-.
-Dale -me acosté en mi cama y él se acostó a mi lado-. ¿Me haces mimos?
Apoyé mi cabeza en su pecho y sentí como su mano temblorosa acariciaba mi pelo, poco a poco se fue calmando y yo me fui durmiendo.
[...]
Me desperté, giré mi cabeza para ver a Dani y vi que estaba dormido. Se veía tan adorable y lindo, quería llorar de lo hermoso que era.
Agarré su mano y empecé a jugar con sus dedos, quería dormir junto a Dani todos los días.
¿Yo no era hetero?
Pasé unos pocos minutos así hasta que escuché un
"Hola"
acompañado de una risita. Agarré su mano y giré mi cabeza para arriba, encontrándome con la hermosa cara de recién levantado de Dani.
-¿Se te perdió algo?
-La heterosexualidad -dije sin pensar-.
Dani abrió los ojos como platos y rió nervioso.
-Perdón -me disculpé aunque no sabía por qué-.
-Valu.
-¿Qué?
-¿Podes cerrar los ojitos?
-¿Por?
-Un ratito, quiero ver algo.
Asentí con la cabeza y cerré mis ojos. Escuché un suspiro y no pasó nada más. Justo cuando iba a abrir los ojos sentí una presión en mis labios.
