TYLER
Podrían haberme llamado en ese preciso momento desde la NASA para decirme que me enviarían al espacio y no se acercaría ni en un millón de años a la felicidad que sentí. Porque debajo de ese disfraz de chico desinteresado existía una persona que no podía negar que se encontraba feliz de ver a sus mejor amigos en su dormitorio cuando pensaba que estaban estudiando en sus respectivas universidades.
Y allí estaban los tres, luciendo tal y como los recordaba. Taylor, Theo y Genesis habían aparecido de la nada, haciéndome creer por un segundo que estaba soñando o que había perdido la cabeza.
—Creí que no vendrían —solté finalmente cuando los saludos y abrazos cesaron.
—Era una sorpresa —admitió Theo, dejándose caer en la cama de mi compañera—. Vaya, que suaves son estas mantas.
—Amigo, por favor, no te acuestes allí o la loca de mi compañera me matará.
Mi comentario lo hizo reír, pero se incorporó, quedando sentado en el colchón. De todas maneras, tomó la almohada en forma de estrella y lo abrazó, no dándole tanta importancia a mis palabras. Probablemente su perfume quedarían impregnado y Emma me gritaría como le encantaba hacer. Aunque por fortuna las últimas dos semanas no habíamos cruzado más de unas cuantas palabras.
—¿La chica que nos abrió es tu compañera? —preguntó Taylor quien había tomado asiento en la silla con rueditas de mi escritorio—. No se veía demente como nos hiciste creer. Era linda y bastante normal.
—Oh, eso es porque saca las garras y colmillos cuando estamos solos.
Genesis, que continuaba abrazándome por la cintura como si temiera que desapareciera de un segundo a otro, elevó las cejas con diversión y entendí el doble significado de mis palabras. Por alguna estúpida razón eso me hizo sonrojar levemente.
—¿Nuestro Don Juan ya está haciendo de las suyas?
—No, G. Demonios... —Fruncí el ceño—. ¿Con ella? Ni en un millón de años.
Los tres rieron por lo bajo e imaginé el rumbo de sus pensamientos. Eran mis mejores amigos, a dos los conocía desde que había nacido, y podía saber qué estaban pensando sin siquiera tener que mirarlos.
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Uno y medio
RomanceEl chico que juraba no creer en el amor, se ha enamorado y el resultado ha sido un terrible corazón roto. El joven escritor Tyler Murphy ha caído perdidamente enamorado por su mejor amiga Genesis, pero su historia no ha tenido un "felices para siemp...