EMMA
Fingí sorpresa cuando Mila me entregó un portarretrato con la primera ecografía de mi sobrino o sobrina en la que tan solo se veía un punto entre la oscuridad y me obligué a mentir diciendo que reconocía la forma perfectamente. Sin embargo, no tuve que fingir emoción ni mentir cuando ella y mi hermano me pidieron ser la madrina del bebé en camino, al escucharlos, aunque ya lo sabía, no pude evitar ponerme sensible y comenzar a llorar como una niña.
Me sentí un poco vieja porque tan solo tenía dieciocho años y ya sería madrina de un bebé, pero esa sensación de que la vida pasaba volando se fue cuando mi hermano y mi cuñada me abrazaron riendo por mis lágrimas.
—Estoy muy feliz —admití limpiando mis mejillas con el dorso de la mano, una sonrisa surcaba mi rostro—. Seré una madrina estupenda, la clase a la que mi sobrino correrá cuando quiera cometer una travesura o cuando ya la haya cometido y necesite cómplices.
—O sobrina —indicó mi hermano.
Mila y yo blanqueamos los ojos a la misma vez, que insistente era con el tema.
—Gracias a los dos por esto —continué—. No los defraudaré.
—Sabemos que no, Emma.
Mi cuñada acarició mi cabello con ternura y sonreí aún más. Ella sería una madre estupenda y no solo porque era cirujana especializada en pediatría, sino porque era amable, dulce, inteligente, graciosa y amorosa. Era la clase de madre que hubiese deseado y sabía que el bebé en proceso de montaje sería muy afortunado. Me aseguraría que nunca le faltara amor, comprensión y dinero para estudiar lo que deseara.
—¿Quién quiere postre? —preguntó mi hermano quien también sonreía ampliamente.
Elevé la mano al grito de «yo» y ellos rieron al escucharme. De todas formas, Ethan no tardó en ir a la cocina por unas copas con mouse que él y Mila habían preparado para la ocasión. No sabía cómo lo hacían, yo tenía poco tiempo para respirar y ellos conseguían apañárselas para siempre tener tiempo libre. Ambos trabajaban mucho, mi hermano tenía dos trabajos de hecho, se ejercitaban, pasaban tiempo con amigos y entre ellos, y aun así conseguían hacerme un huequito en su agenda.
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Uno y medio
RomanceEl chico que juraba no creer en el amor, se ha enamorado y el resultado ha sido un terrible corazón roto. El joven escritor Tyler Murphy ha caído perdidamente enamorado por su mejor amiga Genesis, pero su historia no ha tenido un "felices para siemp...